Capítulo 8 | Jodido

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Era raro escucharlo, más porque tenía desde el lunes que no me había llamado. O que no había molestado a los Grayson. Es extraño que la respuesta a la pregunta que hizo sea afirmativa, ¿Lo extrañé de verdad?

-Siempre dejándote sin habla, ¿Tengo que disculparme por no haber llamado antes? -Dice, evidentemente bromeando.

-Ni recordaba que solías llamar. -Miento.

Su risa resuena por primera vez; -Ay mamacita, me encanta que estés a la defensiva y también saber que mentir se te da fatal.

Frunzo el ceño; -No pretendas conocerme.

Por esta noche había olvidado a Casey, tal vez no me estaba acostumbrando mucho a la idea de que llamase demasiado pero algo dentro de mí le gustaba cuando hablaba con él. ¿Qué tan raro suena?

-No me gustaría que te enfadaras pero te conozco solo sabiendo tu nombre, puedo hacerme las ideas solo escuchando como reaccionas a todo lo que digo.

Juro que imaginé a un chico de cabello castaño encogiéndose de hombros con un cigarrillo en la boca.

-No puedes sacarte tus conclusiones si no me conoces.

-Peleas demasiado. -Suspira. -De todos modos... ¿Qué hacías tan tarde que contestaste de una vez?

Vuelco los ojos tan solo escuchar el sonido de su voz, sé a lo que se refería a que era lo que hacía tan tarde.

-Llegaba de una fiesta, genio. No te hagas ilusiones que tendremos esa conversación.

Se ríe de nuevo.

-He aprendido algo más de ti. -Dice y se detiene un momento esperando que le responda pero al ver que no lo iba hacer prosigue. -Me di cuenta que a veces mencionas las cosas que dices que no quieres cuando en verdad es que las quieres. Lo repites demasiado.

Arrugo el ceño dispuesta a escupirle en la cara lo idiota que es pero la puerta de la habitación se abre sin mi permiso y entra Mus con Alexander indicándole que aquí estaba y que podía pasar cómodamente si era mi amigo pero Alexander solo tenía ojos para mí cuando la puerta se abrió.

- ¡Mus! ¡¿Qué mierda?!

Salto tomando una de las almohadas dejando el teléfono en la cama ocultándome de Alexander, Mus estás colorada y Alexander en shock con la mano tendida y en esta estaba mi celular.

-Habías... Habías dejado tu celular en el salpicadero de mi coche. -Dice sin quitar la mirada de lo que no ocultaba la almohada.

Mus seguía parada en el mismo sitio y a mí se me iban a salir los ojos intentando decirle que saque Alexander de aquí antes de que arranque su cabeza y los ojos de este. Pero a ninguno de los dos moverse alguien más se cola en la habitación asignada.

-Sal de esta jodida casa, pedazo de mierda. -Ruge Jase mirando directamente hacia Alexander que no le prestaba atención. - ¿Qué es lo que...?

- ¿Esto es una jodida broma? -Chillo cuando se me queda viendo sorprendido, por suerte para mí reacciona de inmediato y empuja a Alexander fuera de mi habitación a quién se le cae mi teléfono y sacude a Mus quién corre dentro de mi closet.

Jase cierra la puerta y suspiro, probablemente estaba más roja que cuando Charlie y su padre estaban halagándome. ¡Me vieron semidesnuda!

-Lo lamento mucho, señorita Levae. -Vuelve Mus entregándome una bata de baño. -No sabía que estaba en ropa interior y ese chico insistió tanto abajo que lo ayudé a escabullirse arriba ya que no le cae bien a la señora. Me supuse que es su novio o algo porque la beso y...

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