Capítulo 3 | Oportuno

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Como Charlie prometió, me había dejado la casa solo para mí.

Mus me dijo que se habían ido a una de las tantas fiestas que eran invitados constantemente, y que aunque tuvieran la noche libre ellas igualmente estarían a mi disposición si yo necesitaba algo. Era perfectamente capaz de hacer mi propio plato de comida si me daba apetito, no deberían tomarse las cosas tan en serio conmigo.

Por la ventana de mi habitación o más bien puertas, había una pequeña terraza donde se veía debajo una gran piscina. Le pregunté a Mus si podía nadar y me recomendó hacerlo de día y no ser tan noctámbula, me divierte un poco esa chica. Parece que me tolera más que cualquiera, y eso que no me ha hecho nada.

De igual manera no le hice caso, como había dicho antes; El abuelo siempre dejó que siguiera mis propias reglas, la crianza de mi abuelo no era tan peculiar para que alguien lo entendiera. Me dio la liberta necesaria y me aconsejaba que nadie me pudiera decir que hacer tuviera la edad que tuviera, un papel diciendo que eres mayor de edad no quiere decir. Pero yo pienso que a él no le quedaba otra alternativa, era descuidado y yo tenía que hacerme cargo de ambos chiquita no había otra manera de no ser libre. Supongo que esas eran sus maneras.

Luego de ponerme un traje de baño de pieza completa, bajé con solo una toalla. Charlie me dijo que podía hacer lo que quisiera, otra en mi puesto organizaría una mega fiesta y comería comida chatarra o metiera chicos. Yo en vez de ello, nadaría en paz.

-No creo que esa sea la prenda adecuada para escapar de casa. -Bromea Mus saliendo del estudio de Antonelle y cerrando las puertas detrás de ella.

-Nadaré un poco, la verdad no tengo a donde huir. A menos que no sea ilegal refugiarme en mi antiguo hogar.

Mus sonríe; -Sí necesitas algo, házmelo saber.

Suspiro cuando se marcha, estaba cansándome escuchar lo mismo. ¿Acaso las personas con dinero eran inservibles? No entiendo porque tenían que contratar a tanto personal para hacer algo que ellos tuvieron que hacer en algún punto de su vida antes de amansar tal imperio.

Me llevo una mano al pecho sobresaltándome cuando suena el celular de la casa, termino de bajar las escaleras maldiciendo entre dientes antes de coger la llamada.

- ¿Bueno?

Una risa resuena a través de la línea y se me eriza la piel.

-Sí no vivieras ahí diría que te da gusto contestar mis llamadas.

Vuelco los ojos, es el mismo idiota.

-Yo no te dije que vivía aquí. -Escupo cruzándome de brazos.

-Entonces te da gusto contestar mis llamadas, no te preocupes a mí también me gusta escucharte. Y no sabes cuánto...

-Me da jaqueca tu tono, ¿Acaso ya dije que eres un idiota?

-Dije antes que hubiera sido divertido si me odiases, creo que lo estoy logrando. -Dice. -No me importaría divertirme a través de un teléfono después de tanto tiempo...

Aferro los dedos al teléfono.

- ¿No tienes algo que hacer que llamar para molestarme? Ya dejaste bastante claro que no quieres hablar con Charlie. -Mascullo recogiendo la toalla y echándome a caminar a la parte trasera de la casa.

-Ayer había llamado porque quería que los Grayson me contestarán, estaba prácticamente obligado pero ya que tú me contestas cada que llamo no me importa que seas tú quien tome su lugar.

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