Capítulo 43 | Línea

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Estaba buscándome un riesgo muy grande tratándose de la doña, me compró por completo no tanto por saber que es lo que tiene que decirme si no más bien quitarme este precio tan grande que tenía mi cabeza lo que me va a llevar a saber porque era de todos modos.

Casey me había dicho que teníamos que viajar pero sin duda que no lo haría sin mi, y yo me iría sin decírselo. Ya era de noche y me aseguré de que los hermanos A obedecieran mis ordenes solo por esta noche, al ver que les hablaba en serio solo asintieron con la cabeza y le dijeron a Casey que tendrían que hacer un par de cosas fuera y tendiendo a que este tenía planes de viajar no necesitaba a todos los escoltas con él y los dejó ir sin chistar.

Después de haber cenado con él nos fuimos a la habitación, tuvimos sexo casi de inmediato que vimos la cama solo que no lo hicimos en esta. Me sentí un tanto extraña cuando me tocó solo por pensar que esa mujer tuviera razón respecto a que él era un mentiroso, en cierta manera lo era porque me estaba ocultando muchas cosas que aún sin dudar yo le dejé que me ocultara. La verdad no sabia en cuántos puntos Casey y yo íbamos a estar, solo sé que todo esta vida de ambos era un lío y ya era momento de darles tantas vueltas al asunto. Si a eso se le llamaba cortar de raíz todo.

Le dije un par de horas después que iba a disparar, que me sentía motivada con aprender y que le diría a uno de los escoltas que me ayudara. Casey se quedó haciendo maletas mientras me respondía que estaba bien si él era la mujer esa noche y se encargaba de todo, yo salí riendome de la habitación aprovechando que teníamos un buen ambiente para que él no sospechara nada en lo absoluto. Cosa que me dio ventaja para decirle a la empleada que hiciera comida para los chicos de afuera, cuando ellos pasaron a comer yo caminé ocultando el arma en mi cinturilla fuera de la casa. Cerré la puerta con sumo cuidado y dejé el celular en una maceta que estaba en la entrada, no podía arriesgarme que en cinco minutos casey me rastreara a donde iba y entonces dañaría todo.

Los hermanos A estaban esperando en el auto afuera, cuando me subí le dije a uno de ellos me ayudara a colocar el arma en la pretina de mi sujetador para que así si al revisarme no encontrarían en la cinturilla ni en los tobillos. Ellos me llamaron astuta pero que igual estábamos en una misión completamente suicida y francamente no me importaba y si alguien me preguntaba la razón por la que lo hacía no sabría contestar. Eso porque no había respuesta alguna.

La doña me envió una dirección extraña que los hermanos A no tardaron en reconocer, supongo que es fácil para ellos saber cada rincón de San Diego por eso Casey los había contratado.

Nos tardamos alrededor de media hora llegar ahí, durante el trayecto Adam recibió una llamada de Casey preguntándole por mí. Él al mirarme por el retrovisor entendió que yo no quería que le dijera que estaba con ellos, claramente porque les había pedido que se arriesgaran por mí y le sacaran un permiso a Casey de irse de la casa por lo tanto él respondió que se pondría a buscarme pero que no sabia absolutamente nada de mí.

Cuando llegamos, los hermanos A se pusieron detrás de mí observando la zona. Sorprendentemente era un lugar con mucha gente, cosa que no llamaría astuta porque si esa mujer era peligrosa entonces no me sorprendería que estuviera en un lugar publico y todos trabajaran para ella. Un club. De eso se trataba, pero si ella quería fiesta entonces esta noche bailáremos.

Al cruzar la puerta el olor a cigarrillo me invadió y eso hizo que mi piel se erizara por completo, levanté la barbilla y camine con los hermanos A hasta el centro del club. Había mucha gente, bailando, bebiendo y un montón de mujeres medio vestidas seduciendo a hombres refinados.

Ella se aseguró de dejarme la dirección y decirme que la buscara en el segundo piso, los hermanos A se aseguraron de abrirme el camino para yo subir. Al dar con el segundo piso unos escoltas el triple de mi tamaño se me atravesaron y haciéndome un paso hacia atrás me preguntaron que hacia donde iba pero en lo absoluto no sabía que contestar y lo único que se me ocurrió fue decir que tenía pendiente algo aquí arriba. Y como no le demostré miedo se aseguró de asentir y de llevarme a una puerta que estaba a lo último asegurándose que nos adentráramos todos.

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