Capítulo 45 | Apuntando

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Ha pasado alrededor de dos semanas desde que Melanie y yo habíamos hablado, dos semanas alejada de Casey y los chicos en casa. Estaba en la isla, no salia siquiera a tomar algo de sol abstenida de alguna pista mía que pueda conseguir Jennifer. Era lo correcto estar encerrada, tenía un arma conmigo y suficiente comida para no buscar nada afuera y espero que así permanezca hasta que me toque salir de aquí.

Durante las dos semanas, recibí llamadas de los hermanos A pero no había contestado. No hablaba con ellos desde que les informe que Melanie iría hacerse cargo de Casey, sé que les dejé dicho que me llamaran siempre y más si Casey despertaba o si algo el llamaría para hablar conmigo pero no había querido contestar el celular en lo absoluto. Sentía que estaba haciendo las cosas bien así y la verdad es que prefiero mantener para mí esta paz, sé que Casey despertó y las llamadas son él tratando de contactarme pero no podía hablar con él luego de todo lo que estaba pasando o pasó. Tengo miedo, y mucho.

Finalmente había llamado a Sam para hablar con ella, fue un riesgo muy grande pero ella supo entenderme cuando le dije que no podíamos hablar demasiado. Entre la poca conversación que tuvimos, pude pedirle el numero de Alexander. A quién necesitaba para una ayuda, al menos para que me ayudara a sustentar por el momento y sé que eso estaba muy mal de mi parte pero no podía acudir a nadie más por dinero. Ni a Mac quién probablemente me odia y yo a él, y a nadie que se vincule con Casey porque entonces él me contactaría aparte de que no confiaba en nadie más.

Viajé hasta donde se encontraba Alexander, me ayudó viajando algo más cerca de donde estaba pero tendiendo a que yo no quería verlo aquí en la isla lo hice ir cerca y nos encontraríamos en un hotel de habitación que él había pagado.

—Dios mío, Lev. —Dijo al verme y me refugié en sus brazos, sentí un poco más de paz y comodidad. Como si él me recordara a mi casa y a todo lo que había tenido antes de Casey.

—Lamento todo esto, sé que te estas arriesgando. —Susurro al separarme, él nos hace pasar y yo me dejo caer en un sofá dejando mis cosas a un lado.

—No te preocupes, sabes que voy ayudarte. —Apenas me sonríe. —Dios, no te veo desde...

—Las noticias sí, lo sé.

—Iba a decir desde el día de tu cumpleaños. —Agacha la mirada. —Pero sí eso cuenta...

Paso saliva y corro la mirada a la mesilla en medio de la habitación, había comida y vino.

—Ordené de comer pero no sabía que vendrias tan temprano así que no pedí para ti.

—Esta bien. —Le digo. —Pero si me serviría algo de vino.

Alexander asiente y procede a servirme una copa.

—Este tema es algo complicado. —Dice de nuevo. —Siento que estés pasando por todo esto, y sabes que voy ayudarte pero ¿Porque no me pediste ayuda para irte?

—Porque lo haré por mi cuenta. —Respondo tomando la copa de sus manos cuando me la estira. —No voy a involucrarlos a ninguno en esto, no he llamado a Charlie en dos semanas ni al abuelo... Solo necesitaba este dinero para irme los contactos los conseguiré después.

Alexander asiente.

—¿Crees que sea buena idea irte como si nada? Sigues siendo esposa de... Él.

Me bebo todo el vino que está en la copa.

—Lo sé, pretendo arreglarlo después. —Me paso una mano por el pelo. —Pero no voy a pedirle el divorcio ahora que probablemente quiera matarme apenas me vea.

Alexander suspira y toma asiento a mi lado llevándose las manos a la boca.

—¿Es el peor momento para decir que te hubiese quedado conmigo?

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