Tú eres para mí (Flozmín)

Prólogo

Todos en nuestra vida desde que nacemos soñamos con el amor y esa historia perfecta que sería nuestra vida. Desde décadas de pequeñas anhelamos las típicas historias de príncipes y princesas, en las que el honorable caballero salva a la damisela en el castillo o en la que la princesa se enamora del mendigo pues se da cuenta de que es de mejores sentimientos que el príncipe. Cuando crecemos estas historias se modifican un poco y en vez de ser príncipes y castillos son chicos normales y la escuela. Sea como sea en nuestra adolescencia comienzan nuevamente las fantasías y las historias, esas que cuentan como el chico más guapo de la escuela se enamora de la más fea dejando a todos de lado, o cuando la chica más popular se enamora del perdedor y lo hace convertirse en un príncipe. Luego cuando crecemos estos sueños no paran y aquellas que no encontraron pareja en la escuela y que ahora tienen ya treinta años comienzan a soñar con las típicas películas románticas, y empiezan a esperar que aparezca en su vida un galán que les diga Ídem como Sam se lo decía a Molly en Fantasma, o un hombre maduro e interesante que las saque de esa vida como Richard Gere en Mujer Bonita.
   De esta forma nos pasamos toda nuestra vida, porque estamos diseñados a soñar con esto y en nuestra mente se va creando como nuestro proyecto de vida. Por este motivo somos tan ásperos y renegados cuando la historia cambia y se sale de lo común, de lo normal. Cuando una cosa es diferente la mayoría de las personas se ciegan y se niegan a aceptarlo actuando como si esos sentimientos fueran algo horrible y nadie se detiene a pensar que el amor no tiene nada de horrible. Siempre va a existir este tipo de gente, pero solo hay que saber que no podemos ceder ante la sombra de su dedo acusador, y acordarnos que nuestros peores enemigos somos nosotros mismos.
    Esta historia es para aquellos que aun creen en el amor sin importar nada, y que tienen la suficiente mente abierta como para aceptar que el corazón es caprichoso y no puede elegir de quien enamorarse pues esto sucede cuando está destinado. El amor no discrimina, esto es lo que nos muestran  las protagonistas de esta linda historia las cuales encuentran el amor en dónde nadie está acostumbrado a verlo. Nos demuestran que no todas las princesas buscamos un príncipe azul y que el amor es algo tan bello que nunca tiene nada de incorrecto.