Capítulo 32 "Eres mía"

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Cuando se está con la persona amada el tiempo no se siente transcurrir y esto fue lo que le pasó a las chicas. Ya era de madrugada y aun estaban acostada una al lado de la otra en aquella cama que había sido testigo de su gran amor.
Flor descansaba sobre el pecho de Jaz, mientras que la colorada le acariciaba la cabeza. Ninguna de las dos se creía lo que había pasado. Había sido tan perfecto que parecía un sueño. Jazmín miraba al techo alucinando, estaba viviendo un sueño del cual no quería nunca despertar.
Abrazó bien fuerte el cuerpo desnudo de Flor, como queriendo aferrarse más a ella, para evitar que se escabullera, para asegurarse de que todo esto era real.
Al igual que la pelirroja se encontraba Flor, la cual hacía unos meses ni se imaginaba en esta situación. Se había acostado con Jazmín, con una mujer. Pero nada de esto le importaba ya. Lo único que le importaba era seguir así, con ella, bien abrazada a su cuerpo, él cual le daba seguridad. Ninguna de las dos hablaba, no hacía falta, ya todo lo habían dicho con gestos.
  El placer de estar juntas no tenía descripción, Flor nunca pensó que disfrutaría tanto al estar con una persona, mientras que Jaz nunca pensó encontrar a alguien que la volviera tan adicta a su ser.
Jazmín acariciaba la mano de Flor con mucha delicadeza, mientras que la morocha la observaba enamorada
-¿Vos piensas que los deseos se cumplen?- dijo la morocha de repente
-¿Y eso?- sorprendida por la pregunta
-Que si deseas muy fuerte algo, así por desearlo muy fuerte se cumple ¿Piensas eso?- dijo con una sonrisa
Jaz sonrió enamorada y con los ojos brillosos asintió segura –Yo te desee muy fuerte a vos y estás acá- acariciando su cuerpo
-Yo también- dijo la morocha besándola derretida de amor
-Y deseo que sigas estando acá, conmigo, así, sin miedos- le dijo la pelirroja perdiéndose en esos ojos marrones que la volvían loca
-Yo también, mi amor- entrelazando sus manos -Quiero que se quede así todo, como estamos ahora- dijo Flor besando las manos de su amaba
Ambas se quedaron mirándose un buen rato, disfrutando el momento. Hacía mucho tiempo que ambas deseaban estar así, tan juntas una de la otra.
-Yo siempre lo supe- le dijo Jaz de repente
-¿Él qué?-
-Que tú eras para mí- Flor se sonrojó ante esta declaración –Sí, no te rías. Desde el momento en que te vi entrar al bar supe que vos serías mía- dijo con una sonrisa de oreja a oreja, mientras analizaba cada gesto de su amada
-Te voy a hacer una pregunta un tanto tonta…- dijo Flor tapándose la cara de la vergüenza
-¿El qué?- riéndose ante su reacción
La morocha tomó aire y dijo de una -¿Vos sos mía?-
Jaz no pudo evitar sonreír ante esta pregunta. Amaba la ternura de la morocha
-¿No es evidente? Claro, que soy tuya- le contestó la colorada segura de sus palabras
Al oír esto Flor se lanzó a sus labios,  besándolos como ya sabía que le gustaba besarlos, dejando pequeñas mordidas entre besos. Poco a poco el calor del beso fue aumentando y Florencia fue tomando su lugar sobre el cuerpo de Jaz.
Una vez sobre ella , con los pechos casi en su cara, la morocha comenzó a besar el cuello de su chica, la cual la fue cubriendo poco a poco con la sábana, hasta quedar en una especie de cueva
-Este es nuestro refugio- dijo la pelirroja mirándola enamorada
-No, vos sos mi refugio- y volvió a besarla
Esta vez el beso fue más delicado y lleno de amor.  Las manos de Jaz se aferraron a los cabellos de Flor, la cual profundizaba el beso lo más que podía. Ya casi sin aire la morocha se separó un poco de la colorada, dándole espacio para hablar –Dilo de nuevo- dijo en un suspiro
-¿Qué cosa?- dijo Flor con la respiración entrecortada
-Lo que dijiste recién. Dilo de nuevo- rozando sus labios
-¿Qué soy tuya?- dibujando una sonrisa en su rostro
-Sí, eso. Di que eres mía. Necesito oírlo- le suplicó Jaz
Flor la miró un segundo, analizando cada gesto de su cara hasta que lo dijo
-Sí, soy tuya. Jazmín del Río, soy completamente tuya- casi en un grito de júbilo
Al oír esto los ojos de Jaz se iluminaron por completo y llena de felicidad comenzó a besar de forma frenética a su chica. –No sabes cuánto tiempo he esperado por oírte decir eso- dijo entre besos
De un solo movimiento se posicionó sobre Flor, teniendo ella ahora el dominio. La morocha solo la miraba a la expectativa. Ya había probado lo que era estar con ella y sin duda quería más.
Sabiendo esto, y ya totalmente excitada, Jaz comenzó a dejar leves besos sobre su cuello, hasta llegar a sus pechos, los cuales mordió y besó a su gusto. Tomó uno de sus pezones y lo comenzó a chupar su piedad, viendo como la morocha se retorcía de placer debajo de ella. Con su otra mano a masajeaba el otro seno, mientras observaba a Flor en un estado de éxtasis. Sin duda le gustaba lo que le estaba haciendo.
  Jaz que tenía más experiencia en este sentido, sabía que Flor debía ya estar necesitando de sus atenciones en su sitio especial, pero no quería apresurarse, quería disfrutarla poco a poco. Quería sentir una vez más que era suya.
  Su mano bajó casi inconsciente hasta la parte interior del muslo de la morocha, la cual se tensó de solo sentir su tacto. Comenzó a dejar pequeñas caricias desde su rodilla hasta casi llegar a su centro, sin tocarlo.
-Jaz…- dijo en un suspiro –Hazlo-
Ante esta aprobación, Jazmín no lo dudó y colocó sus dedos sobre el centro húmedo de Flor. Sonrió de medio lado satisfecha de ver lo que provocaba en aquella chica. Al comprobar que ya estaba en su límite, sacó su lado más salvaje, ese lado que poco gente conocía y comenzó a dejar un rastro húmedo con su lengua desde el canalillo de Flor hasta su abdomen.
Dejó pequeños besos por aquella delicada piel, hasta que se colocó entre las piernas de Flor, las cual abrió para dejar su centro a toda su merced. Con una mirada llena de lujuria miró a Flor, la cual tenía los ojos cerrados y echaba su cabeza hacia atrás tratando de contener la excitación.
Sonrió, y tras esto se colocó muy cerca del centro de Flor, el cual pedía a gritos su presencia. Comenzó a besar sus alrededores, tratando de absorber su humedad, hasta que ya no resistió más y colocó su lengua dentro de él. Comenzó a chupar y a lamer con fuerza el sensible clítoris de Flor, haciendo que se retorciera de placer aferrándose a las almohadas. Jaz sabía exactamente lo que hacía y rápidamente hizo que su amada disfrutara un glorioso orgasmo.
El cuerpo de la morocha cayó desvanecido sobre aquella cama, tratando de recuperarse. Su respiración era pesada y su vista la tenía hasta nublada. Sin duda Jazmín era una diosa en la cama.
La pelirroja se recostó a ella, a pesar de estar aun excitada, pero nunca se lo pediría, no así tan directamente. Por suerte para ella, Flor pareció darse cuenta y tras tomar coraje se colocó sobre ella
-Creo que ahora me toca a mí- dijo con una sonrisa
-¿Segura?- preguntó Jaz.
-No seré una diosa como vos, pero creo que haré el intento- dijo Flor entre risas
-Vos sos mi diosa- reafirmó Jaz y Flor comenzó con su labor
Besó aquellos carnosos labios con fuerza, como queriendo comérselos de un solo beso. Sujetó el cabello de la pelirroja haciendo que gimiera. Bajó hasta su cuello, chupando su punto más sensible. Ahí estuvo un buen rato, cuando de pronto sintió las caderas de Jaz hacer movimientos leves. Sin duda ella la necesitaba.
Sin separarse de su boca, bajó su mano hasta el centro de Jaz. Abrió los ojos sorprendida, no podía creer lo húmedo que estaba. Encantada comenzó a masajear su centro, haciendo presión sobre el punto más sensible. Muy pronto esto tuvo su efecto, pues la colorada comenzó a hacer pequeños gemidos cerca de su oreja.
Con una sonrisa pícara Flor introdujo un dedo dentro de su chica, la cual abrió los ojos sorprendida ante la destreza de la morocha
-Aprendo rápido- dijo con esa sonrisa pícara
Jaz cerró los ojos ante el placer que le estaba dando la morocha, la cual metía y sacaba sus dedos sin parar, haciendo presión sobre su clítoris con el pulgar. Se mordía el labio ante semejante escena. Jaz se veía jodidamente sexy con los ojos cerrados por el placer, y su cuello hacia atrás. Esto hizo que Flor se pusiera nuevamente caliente y comenzara a moverse sobre la chica al compas que metía sus dedos.
Al notar esto, Jaz abrió los ojos y delicadamente dirigió su mano hacia el centro de Flor, acariciando su clítoris.
-Ah, Jazmín- exclamó al esta introducir dos dedos de golpe
De esta forma entre movimientos, mordidas y besos, ambas llegaron al deseado orgasmo, cayendo sobre la cama realmente agotadas
-Dios- exclamó Jazmín recuperando la respiración
Flor la miró igual de agitada –Estoy preocupada-
-¿Por qué?- confundida
-Porque creo que me voy a hacer adicta a ti- dijo Flor volviendo a lanzarse sobre la colorada
El resto de la noche pasó y en esa casa reinaron los gemidos y gritos de placer. Las chicas habían perdido mucho tiempo por causa de sus dudas y era hora de recuperarlos.
¿Y qué mejor forma de recuperarlo que hacer el amor hasta el amanecer?

Tú eres para mí (Flozmín)Where stories live. Discover now