Capítulo 29 "En las sombras"

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  La noche pasó rápido para Jazmín. Eso es lo que pasa cuando estás al lado de la persona que amas, los segundos pasan volando y el tiempo nunca es suficiente. Habían pasado toda la noche, abrazadas una a la otra como si fueran una sola persona, sintiendo el dulce aroma y el calor de sus cuerpos.
Llegó el día y la primera en despertar fue la pelirroja. Trató de hacerlo lo más sigilosa posible, no quería despertar a Flor, aún no. Primero quería disfrutar de aquel maravilloso espectáculo que tenia frente a sus ojos.
No se lo creía aún, no podía creer que hace apenas unos meses lloraba por el temor a perderla para siempre y ahora la tenía ahí, tan cerca de ella, tan suya. Creía que era un sueño, un sueño del cual no quería despertar nunca.
Comenzó a acariciar el delicado rostro de la morocha, apartando un mechón de cabello y colocándoselo detrás de la oreja. Pasó suavemente su mano por aquella hermosa mejilla, para recibir a cambio una sonrisa somnolienta de Flor. La pelirroja la miraba de arriba abajo tratando de memorizar esa imagen y que nunca saliera de su cabeza. Se veía tan frágil así dormía que la mataba de amor.
Todo era tan perfecto que parecía irreal. Pero como todo tuvo que acabar, cuando de pronto alguien tocó en la puerta de la habitación. Al oír el toque, Flor se despertó de golpe, levantándose bastante agitada.
-¡TIJERAS!- exclamó debido a su Tourrette
En un principio su reacción le dio un poco de gracia a la colorada, pero luego se quedó un poco confundida ante sus tics.
-¿Qué pasa?- tratando de calmarla
-Es que tocan la puerta- dijo casi en un susurro
-Sí, ya lo sé. Anda a abrir- le dijo Jaz muy natural
-Mmm, Ah, mm- exclamaba seguido la morocha haciendo movimientos con sus manos –No, es que no… no… no- no sabía que decirle
Al ver su actitud Jaz comprendió todo. Flor no estaba preparada para mostrarla aún, pero no se atrevía a decirlo. Por lo que decidió ayudarla
-Entendí- dijo parándose de la cama y recogiendo sus cosas
-Jaz, ¿Qué? ¿Qué haces?- exclamó asustada al verla levantarse de golpe
-Hago lo que vos no te animas a pedirme- dijo Jaz muy seria. Esta situación realmente la incomodaba, no le gustaba nada estar en las sombras.
Sin decir una palabra más Jaz se fue con sus pertenencias a esconderse en el baño, cosa que a Flor le dolió. Ella no quería seguir ocultándola, realmente no lo quería, pero sus miedos eran mayores, así que decidió no enfrentar la situación.
Triste abrió la puerta para encontrarse con nada más y nada menos que Daniel. Este tenía una mirada extraña y desde el primer momento solo trataba de observar curioso hacia dentro de la habitación. Flor al verlo, no pudo evitar ponerse nerviosa. Tenía a Jaz escondida dentro y temía que se encontraran. Sin duda la situación era incómoda.
-Ey, ¿Cómo estás?- dijo Flor con una risa nerviosa, que la delataba por completo
-Bien. Solo venía a darte este obsequio- dijo entregándole un gran oso de peluche
Flor se sorprendió al verlo, no se esperaba un regalo de su parte y menos en este tiempo –Ah, gracias, Dani. Es realmente hermoso-
-Es para que abraces algo en las noches- dijo con una sonrisa
-¡ABRAZO LA MERLUZA!- exclamó Flor por el Tourrette –Ah, perdón, perdón-
-¿Te pasa algo?- dijo curioso
-¿A mí? ¿Por qué lo decís?- nerviosa
-No, no. Es solo que te veo así. Agitada. Estás algo rara- dijo Dani analizándola
-No, no es nada. Es que me acabo de despertar y eso me altera un poco- le explicó la morocha
-¿Vestida?- preguntó Dani al ver que Flor no llevaba su pijama clásico
La morocha se miró de arriba a abajo, el chico tenía razón –No, es que nos quedamos… ¡AH, UH, OH!- exclamó nerviosa –Me quedé ayer dormida viendo una película-
Al ver su nerviosismo la mirada de Dani aumento hacia el interior de la habitación. Sabía que la morocha ocultaba algo y se moría de ganas por saber qué, aunque en su interior ya tenía una idea de lo que era.
Flor se dio cuenta de las sospechas de Dani, por lo que comenzó a cerrar la puerta poco a poco, hasta cerrarla por completo, sin darse cuenta de que se había quedado afuera y sin llave.
-Cerraste la puerta- dijo Dani riéndose de la situación
Flor al darse cuenta empezó nerviosa con un montón de tics y a soltar puteadas a lo loco -¡CONCHA DE LA LORA PUTA! ¡LA PUTA MADRE QUE ME PARIÓ!- exclamó tratando de abrir la puerta
-¿Busco la llave?- dijo el chico dispuesto a ayudarla
-No, no. Yo tengo la llave. Ahora abro- dijo nerviosa
-¿Dónde tienes la llave?- confundido
-¡EN LA CAJETA!- exclamó –Dale, boludo. Dani, anda, déjame- dijo prácticamente echándolo
El chico se fue confundido, dejando a una nerviosa Florencia Estrella fuera de su habitación.
Flor comenzó a golpear suave la puerta y a llamar casi en un susurro a la colorada. Mientras Jaz estaba en el baño pensando en qué hacer ante esta situación. Tenía que decidir si seguir con Flor pero en la sombra o ser libre y quedarse sin ella. En ese momento oyó a Flor suplicando que le abriera.
Se levantó y se dispuso a abrir, para encontrarse a una Flor muy avergonzada con ella por la situación.
-Me quedé encerrada. Cerré la puerta- dijo avergonzada
-Sí, sí, me di cuenta. Casi no te abro- dijo molesta por la situación en la que la había puesto
-Sí, me lo merezco. Perdón, no quería, pero era Dani. No sabía qué hacer- dijo Flor nerviosa
Jaz no dijo una palabra, simplemente le dio un beso en la mejilla y se fue de allí muy seria, dejando a una avergonzada Flor en la habitación. –No te enojes, Jaz- le suplicaba parada en el pasillo
Lo que no sabían las chicas era que Dani estaba observando todo. Ahora sí que lo tenía claro: Flor lo había dejado por Jazmín. Y esto era algo que él no estaba aun dispuesto a admitir.
Por otro lado Flor sabía que había metido la pata una vez más y si quería ser perdonada debía actuar bien esta vez. Decidida vigiló a que la cocina se vaciase y solo quedara la colorada para ir a enfrentarla.
Apenada caminó hacia Jazmín, la cual cortaba unos pimientos. Al verla Jaz le sonrió y continuo trabajando. Flor tomó uno de los pedazos de chocolate que la colorada tenía sobre la mesa y se lo comió para aliviar los nervios
-Perdón- dijo de una
-No, tranquila, hay un montón- dijo la colorada pensando que era por el chocolate que se había comido
-No, no lo digo por el chocolate. Lo digo por lo de hoy a la mañana- le dijo Flor
-No hay problema. Ya medio que me estoy acostumbrando a que me escondas. ¿Me parece?- dijo irónica
-No, no me digas eso. No te quise esconder- le dijo Flor triste
-No pasa nada. Todo bien- dijo la colorada haciéndose la fuerte. No quería que Flor se diera cuenta de sus inseguridades
La morocha se dio cuenta de que esa actitud era solo una tapera, de que en verdad sí que le había molestado, por lo que continuo hablando –Jaz, era Dani ¿Qué le voy a decir? ¿Qué estoy con vos?-
Jaz la miró sorprendida ¿Estoy con vos? Era la primera vez que ella se refería a su relación de esa forma
-¿Estás conmigo? ¿Acaso no era solo una amiga que iba a ver una película a tu cuarto? ¿No era así?- dijo juguetona. Quería que Flor se lo confirmara
-No, no es así- dijo la morocha segura
-¿Y cómo es?- dijo Jaz acercándose peligrosamente a Flor
La morocha soltó un suspiro y su mirada se clavó en los labios de la cocinera –Sabes muy bien como es- dijo de una
Jaz iba a besarla cuando ella se separó nerviosa –Solo tenme un poquito de paciencia, nada más- le suplicó
-¿Paciencia para qué?-
-No lo sé- dijo Flor confundida
-Mira, está todo bien. Yo ya no estoy enojada. Y que me escondas, la verdad, es lo de menos. El tema es que te estás escondiendo a vos misma y eso es un tema- dijo Jaz muy seria.
Flor se le quedó mirando pensativa. Ella sabía que la colorada tenía razón, pero no sabía qué hacer, cómo actuar ante esta situación que tenía. No era fácil el cambio.
-Sé que debes pensar que soy una cobarde- dijo
-No lo pienso- le dijo Jaz
-Es solo que… no sé qué hacer, no sé nada, lo único que sé es que te quiero mucho. Y que no te quiero perder- dijo siendo muy sincera
-No me vas a perder- dijo Jaz con una sonrisa
-Jaz, yo no quiero quedarme sin hacer todo lo que yo siento- dijo muy seria
Jazmín la miró confundida y cuando se vino a dar cuenta ya tenía los labios de Flor sobre los suyos. La morocha la tomó por las mejillas para dejar un beso bien fuerte sobre aquella boca que la volvía loca. Tras un rato se separó, dejando sin habla a la colorada.
La pelirroja respiró profundo. Sin duda después de la última noche, cualquier beso de Flor le removía el piso y para calmar los nervios se comió un chocolate. Flor imitó la acción.
No tardaron ni tres segundos en volver a besarse. Ya era demasiado la tensión que había entre ellas. Jaz se dejó llevar y durante el beso pegó a Flor contra la encimera, reteniéndola entre sus brazos. La morocha colocó sus manos sobre el cuello de la colorada, para luego sostener sus dos rodetes con fuerza. El beso iba ya tomando su temperatura cuando la colorada sintió a alguien acercarse.
Ella sabía que Flor quería mantenerlo en secreto, por lo que la apartó al ver que Javo venía entrando. El chef llegó con una sonrisa como siempre y al verlas tan agitadas sospechó algo. Por mucho que quisieron disimular se veía a la legua que algo había pasado. Flor muy nerviosa y agitada se dispuso a irse para dejar a los amigos solos.
-¿Qué?- preguntó Jaz al ver la mirada picaresca de su amigo
-Juanca, se te nota que estás comiendo el fruto directo del árbol- dijo riéndose
-No seas ordinario- lo reganó
-¿Te chapeaste a Flor?- preguntó burlón
-No me he chapeado a nadie- negó la colorada ignorándolo
-Pues avísale a tu cara. Tienes todo el labial corrido, Cacho. Mírate en un espejo- dijo riéndose a carcajadas
Jaz alarmada se miró en su celular, tenía razón. Estaba completamente cubierta por el labial de Flor. Agitada trató de limpiarse lo más que pudo, mientras Javo reía a carcajadas.
-No te rías- dijo lanzándole un pañuelo de la cocina
-Lo que más me duele es que no me lo hayas contado-
-No podía. Flor no quiere que nadie se entere- dijo Jaz muy seria
-¿Y ya tijeretearon?- dijo haciendo gestos de cortar
Jaz le dio un ligero golpe en el brazo –No, aun no hemos hecho nada-
-Aun… Eso es que se está acercando el momento- con una sonrisa de pícaro
-Ojala- dijo Jaz en un suspiro. Sinceramente sentía que ya no aguantaba más otro encuentro de ese tipo con flor. Otro beso como ese y terminaría haciéndola suya sin importarle nada
Ya era tarde en la noche y Jaz antes de ir a su casa tenía que reponer las bebidas en el deck. Lo que no se imaginaba la colorada es que se encontraría con Flor, la cual estaba sentada viendo las estrellas. Era una imagen hermosa, ahí en medio de la oscuridad, solo iluminada por la luz de una pequeña lámpara, se encontraba la mujer más bella que había conocido en su vida, la cual la tenía al borde de la locura.
En ese momento se le ocurrió una idea, que podía resultar bastante romántica. Cogió su móvil y le tiró una foto a Flor, para luego enviársela con un texto que decía: ¨Para que veas lo hermosa que siempre te veo¨
No tardó ni un segundo en llegarle el mensaje a Flor, la cual sorprendida miró en dirección a donde había sido tomada la foto esperando encontrar a la colorada, pero no había nada. Frunció el ceño tratando de encontrarla, cuando de repente sintió su voz en su oreja
-Aquí estoy- dijo por el lado contrario en un susurro. Flor sintió su cuerpo erizarse ante su presencia
-Aquí estás- dijo mordiéndose el labio –Perdón por lo de hoy- apenada
-No hay problema- sentándose a su lado
-No, en serio. Yo no quiero esconderte más-
-Deja de decirlo y empieza a hacerlo- dijo con una mirada pícara
-Es que sos muy linda como para que te escondan- dijo Flor muy pícara acercándose más a ella y provocando una risa enamorada en la colorada
-Vos sos linda- le dijo Jaz con las mejillas rojas
-No, vos sos linda- con los ojos brillosos –Vos me pones linda-
Jaz mira al cielo mirando las estrellas -¿Qué hacías? ¿Mirabas las estrellas?-
-Sí, siempre lo hago. Me relaja. Me da la sensación de que tengo el cielo más cerca. ¿Nunca lo has probado?- le dijo y  Jaz negó con la cabeza
-Bueno, vamos a hacerlo- dijo Flor mirando hacia arriba para que Jaz la imitara
Pero la colorada no miró al cielo. ¿Para qué quería ver las estrellas si tenía a su preferida ahí delante de sus ojos?
-¿Lo sientes ahora?-
-Sí, es como si el cielo bajara a la tierra. Como si pudiera tocarlo con mis manos- dijo mirándola embobada. Jaz estaba hasta los huesos por Flor y sabía que ya no tenía salvación
En ese momento la morocha se percató de la mirada de Jazmín y se acercó a ella sonriendo enamorada –Estás acá- dándole las manos
-Sí, estoy acá. Y nunca me voy a ir de acá- dijo Jaz perdiéndose en sus ojos negros
Flor estaba dispuesta a besarla cuando ella habló –Se me ocurre un plan genial-
-¿Cuál?- preguntó curiosa
-¿Quieres venir a pasar mañana el día conmigo en mi casa del Tigre? Las dos- dijo nerviosa. No sabía que iría a responderle la morocha
-Sí- dijo sin pensarlo dos veces
-¿Estás preparada para que el cielo baje a la tierra?- dijo con una sonrisa enamorada
Flor suspiró –Sí, estoy preparada- decidida
-Bien, mañana te paso a buscar y vamos las dos juntas- feliz
-Qué lindo suena eso-
-¿El qué?-
-Lo de juntas- dijo Flor mirando fijamente sus labios
Jaz se acercó lentamente para besarla. La besó llena de amor y pasión. Quería dejar todos sus sentimientos grabados en ese beso. De esta forma así pasaron el resto de la noche, besándose y amándose, ocultas en las sombra.

Tú eres para mí (Flozmín)Where stories live. Discover now