Capítulo 35 "Cincuenta Sombras de Jaz"

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Llegó la mañana y en la Tita una desnuda Florencia Estrella se despertaba tras una larga noche de pasión. Miró hacia su lado y se sorprendió al ver que su compañera había desaparecido. ¿Dónde estaba Jazmín?  Se levantó y se puso una batita por encima para cubrirse y comenzó a mirar hacia todos lados extrañada por la ausencia de su chica.
   No le dio tiempo ni de enfadarse cuando sintió la puerta abrirse, mostrando a la hermosa colorada ya vestida de chef con sus dos rodetitos y una bandeja con un desayuno especial para su chica.
-Ay, te despertaste- dijo con tono de desilusión –Quería sorprenderte con el desayuno en la cama-
-Vos siempre me sorprendes- dijo la morocha con una sonrisa de enamorada – ¿A qué hora te despertaste?- curiosa
-Muy temprano, pero como vos dormías decidí ir y adelantar el desayuno, para luego venir y traerte este manjar- dijo con una dulce sonrisa
-No tenías porque traerme el desayuno-
-Quería hacerlo, a parte, es mi trabajo- dijo Jaz sirviendo todo
-Ah, ¿Por trabajo lo hiciste?- dijo Flor con un tono juguetón
Jaz la miró pícara y con el mismo tono le respondió –Obvio que no- y ambas rieron como dos niñas pequeñas
Comenzaron a desayunar sentadas una frente a la otra en la cama, cuando de repente Flor dejó de comer y miró a Jaz muy seria –Te quería pedir perdón-
-Ah, basta, Flor- exclamó Jaz ya cansada de hablar del tema
-No, no, yo necesito pedirte perdón. Me comporté como una imbécil al esconderte delante de Mariano, cuando en verdad tenía que haberle dicho que sí, que sí estaba con vos, que había pasado la noche con vos y que ¡ME HABÍAS COMIDO LA ALMEJA!-dijo Flor decidida
Jaz se río con esto último que dijo, realmente le causaba mucha gracias las expresiones que hacía Flor en cuanto a esta situación debido a su Tourrette
-Eh, ya está- dijo Jaz dándole una hermosa sonrisa
-¿Segura?-
-Ah, por favor- exclamó Jaz tomándola con fuerza de las mejillas y dejando un sonoro beso en sus labios –Basta, córtala, eso ya yo lo borré. Te quiero-
-Gracias- dijo Flor aliviada
-No, el amor no se agradece, tonta- dijo Jaz con una carita súper tierna
-No, digo gracias por perdonarme- dijo Flor volviendo al tema
-Ah, no, Flor. Si seguís me voy a arrepentir de perdonarte- la miró pícara –del beso que te di recién- dijo Jaz juguetona
-Bueno, igual el beso, aunque te arrepientas ya está, ya me lo diste. No podes quitármelo. Lo tengo acá- dijo la morocha tocándose los labios
Jaz la miró con los ojos entre abiertos y siguió con el juego -¿Sabes qué? Estoy re enojada. Devuélveme el beso-
-¿Querés que te devuelva el beso?- risueña
-Sí, es mío, dámelo- dijo Jaz fingiendo enojo
-Toma- dijo Flor sorprendiéndola con un rápido y fugaz beso
Jaz la miró sorprendida, mientras que ella se reía de su cara
-Ahora devuélveme vos el mío- exigió la morocha
-¿Querés que te lo devuelva?- dijo Jaz con cara de picarona 
-¡Sí, devuélvemelo!-
Sin borrar esa sonrisa pícara de su rostro, Jaz alejó la bandeja de ellas dejando a Flor a todo su disposición
-Ah, ¿Se viene con todo?- dijo Flor riéndose al ver a la colorada acercarse a ella
Jazmín se lanzó sobre Flor besándola, haciendo que cayeran acostadas sobre las almohadas de la morocha.  Ahí acostadas comenzaron una cadena de besos y risas que hacía que hasta el más duro de los corazones se muriera de ternura.
Así pasaron un buen rato, hasta que Jaz miró su reloj y vio que se le estaba haciendo tarde. Había dejado a Javo solo en la cocina y sabía que este se molestaba un poco, además no quería provocar la furia de la más loca de las Estrellas: Carla.
Tras dejar un pequeño beso en los labios de Flor esta se levantó de golpe
-No, no te vayas- le suplicó Flor agarrándola del brazo –Ya no sé que es estar sin ti- dijo sujetándola bien fuerte
-Yo tampoco sin ti, mi amor- dijo Jaz besándola –Pero, Florencia, soy una empleada- haciendo acentos bastantes chistosos
-¡Y yo soy tu jefa y te ordeno que te quedes!- dijo Flor siguiéndole el juego, haciéndole también un personaje
-Re mala ese personaje- dijo Jaz riéndose a carcajadas
-¿Por qué? No, es re bueno el personaje. Porque le dice a la empleada que se quede disfrutando de la vida- dijo la morocha sujetándola de la cintura y pegándola a su cuerpo
-De verdad tengo que irme. Dejé a Javo solito- dijo Jaz poniéndose seria, por lo que Flor fingió estar triste haciendo puchero
Jaz la miró enamorada. Ni ella misma se creía lo que amaba a esa morocha. Mordiéndose el labio pensó en algo que le pareció una excelente idea –Para, tengo un re plan- emocionada
-¿Qué?- curiosa
-¿Qué te parece si a la noche vienes a mi casa y hacemos un pijama party?- dijo haciendo voces nuevamente
-¡PERO SIN PIJAMA!- exclamó Flor
-Puede ser- dijo riéndose
-Dale, sí, obvio. Me encanta- dijo emocionada
Jaz sonrió feliz de la vida –Bueno, llega temprano y nada, así tenemos más tiempo de estar juntas sin que nadie nos interrumpa- dijo la colorada poniendo tono seductor en esta última parte y besando a su chica
-Bien, llego temprano y te ayudo- dijo rozando sus labios
Jazmín se separó al oír esto –No, no, no. Vos hoy sos mi invitada. Lo voy a hacer todo yo-
-¿Por qué?-
-Porque me toca- dijo dándole un dulce beso
Se iba alejar nuevamente de ella con intención de irse, pero los brazos de la morocha la detuvieron, volviendo a colocar sus labios sobre los suyos. Flor aumentó el beso, mordiendo levemente el labio de Jaz
-Te quiero- dijo rozando sus labios
-Yo también- dijo Jaz con voz de dibujo animado -¿Me das otro muakiss?- con los ojos cerrados
Petición que Flor no tardó en cumplir. Ante tal beso, Jaz se olvidó de todo y dejándose llevar sujetó a la morocha por la cintura pegándola a su cuerpo, mientras profundizaba el beso.
  Cuando el beso estaba llegando a su punto máximo, de pronto la puerta de la habitación se abrió, haciendo que las dos chicas se separaran asustadas. Era Miranda, la cual al verlas juntas se puso roja y volvió a salir mientras pedía perdón.
-¡TIJERETA LOCA! ¡RABA EXPUESTA!- exclamaba Flor nerviosa
Jaz estaba más roja que nunca, pero echó su vergüenza a un lado para encargarse de Flor. Sujetó su mano para evitar que se siguiera golpeando –Ey, ya está bien-
-Sí, sí- dijo respirando profundo
Se miraron por un segundo y estallaron en risas al recordar la cara de Miru. En ese momento volvieron a tocar –Ey, ¿Ya puedo entrar?- dijo Miranda desde afuera
-Tranquila, yo me encargo- dijo Jaz guiñándole un ojo a su chica siendo ella la que abriera la puerta –Nos vemos, Flor. Chau, Miru- y se fue
Una vez sola con su hermana, Miranda no pudo contener la curiosidad ni Flor pudo contener su enojo
-¿A vos no te enseñaron a tocar antes de entrar cuando eras chiquita?- dijo irónica
-Sorry, perdón. No sabías que ibas a estar- dijo riéndose haciendo gestos de tijera
-No estábamos haciendo nada- dijo Flor en su defensa -¡FELPA CON FELPA!- nerviosa
-Tranquila, no me aclares. Está todo bien- dijo Miru –Lo que me molesta es que no me hayas contado que ya era oficial-
-¿El qué?-
-Lo vuestro-
–No, aun nadie lo sabe. Y quiero mantenerlo así por un tiempo. Hasta que esté preparada-
-¿Pero están saliendo? ¿Son novias ¿O no?- curiosa
Flor se quedó pensativa y muy pronto se le dibujó una sonrisa de oreja a oreja, a la vez que sus mejillas se ponían rojo intenso –Sí, creo que sí…- y ya Miru daba un salto de victoria –No lo hemos hablado. Como que no le hemos puesto nombre a esto que somos, pero sí… se podría decir que somos novias- dijo Flor muy segura
-¡Esa es mi hermana! ¡Sos increíble!- dijo Miranda abrazándola orgullosa de ella
Por otra parte, Jaz llegó a la cocina con una cara de enamorada que se le notaba a la distancia, por lo que no tardaron en caerle las típicas bromas de Grace.
-Cacho, que diferencia de ayer a hoy. Se nota que bebiste el agua directo del pozo- dijo Javo bromeando
-No seas asqueroso- lo regañó pero sin parar de reírse
-¿Todo bien entonces?- preguntó curioso
-Todo súper bien- dijo Jaz con una sonrisa de oreja a oreja
-Que bueno, Juanca. Por fin a uno de los dos que nos sale las cosas bien- dijo abrazándolo feliz por ella
En ese momento llegó Vir quien al verlos abrazados lanzó una expresión de celos pero en forma de broma
-¡Eu! ¿Me tengo que preocupar?- dijo riéndose
-Tranquila, que esta está igual que yo- le dijo Javo
-¿Cómo igual que tú?- preguntó Vir confundida
-Atada a una estrella- dijo Javo riéndose y poniendo a Jaz en una situación incómoda
La colorada le dio un golpe en el hombro y sus mejillas se ruborizaron -¡Javier!- exclamó molesta
-Ey, tranquila, que ya sé de qué Estrella está hablando. Y debo admitir que me parece maravilloso. Siempre quise tener una cuñada chef- dijo Vir dándole todo su apoyo
Ante tanto hablar de ella, Jaz dejó a la parejita solos y se fue avergonzada. A ella no le gustaba contar sus cosas, y menos hablarlas con Vir, pues no sabía cómo reaccionaría Flor.
Pasaron las horas y por fin llegó el momento del pijama party. Jaz ya estaba en su casa acomodando todo cuando llegó Flor con una botella de vino.
-Te dije que no trajeras nada- dijo besándola y dejándola pasar
-Ah, no voy a ser tan maleducada de venir con las manos vacías. A parte es solo un vino- dijo la morocha
-Que formal-riéndose de ella
Flor dejó el vino sobre la mesa y en ese momento se percató de un lienzo muy cerca de ellas -¿Estabas pintando?-
-Sí, estaba pintando pero después me colgué- dijo Jaz
-Podes pintar si querés, a mí me encanta verte- dijo Flor –Yo me pasaría la vida mirándote- y dejó un pequeño beso en sus labios
-Creo que me ves mucho más interesante de lo que soy- dijo Jaz entre pequeños besos
Flor se separó con los ojos aun cerrados –Yo no te veo interesante. Te veo hermosa-
Al oír esto Jaz sintió que moriría de ternura y la besó llena de amor. Tras perder el aliento, las chicas se separan para continuar con los preparativos del pijama party
La colorada abrió el vino y lo sirvió en dos copas, dándole una a su chica y proponiendo un brindis.
-¿Por qué brindamos?- preguntó Flor alzando su copa
-Yo brindo porque… porque agradezco cada día haberte conocido- chocando su copa sin apartar la mirada de sus hermosos ojos color café
-Yo también- dijo besándola para luego saborear el vino que había tomado de sus labios
Jazmín comenzó a preparar la cena, cuando de pronto vio una escena que la mató de amor. Flor estaba parada frente al lienzo, con un pincel en la mano y lo miraba curiosa. Se veía que se moría de ganas por pintar pero no se animaba. Se mordió el labio mientras la miraba de arriba a abajo y no dudó en acercarse.
-¿Qué haces?- con un tono picaresco
-Eh, nada, aquí, mirando- dijo Flor soltando el pincel avergonzada
-¿Querés pintar?-
-No, no, soy muy mala- dijo negándose rápidamente
-No, Flor, para. Basta. La próxima cosa que decís mala sobre vos y se termina el pijama party- le advirtió la colorada ya cansada de sus quejas
-No estoy diciendo una cosa mala sobre mí. Estoy diciendo algo objetivo y es que soy muy mala con las manos- continuó diciendo la morocha hasta que Jaz la cayó de la mejor manera posible, con un beso
-¿Confías en mí?- dijo Jaz con una idea en la cabeza
-Si-
-Siéntate ahí- dijo indicándole una silla que estaba frente al lienzo
-¿Qué vas a hacer?- riéndose nerviosa
-Dale, confía en mí- tomando a la morocha por la cintura y llevándola hacia la silla
Flor se sentó confiada –Cierra los ojos- dijo la colorada vendando los ojos de Flor con una tela roja
-¡CINCUENTA SOMBRAS DE JAZ!- exclamó la morocha al sentir la tela
Al oír esto la colorada no puede contener la risa y estalla en un ataque de carcajadas –Es que me hiciste acordarme a la película- se justificó la morocha
-¿De Jaz?- riendo aún – Que linda- llena de ternura
-¿Y ahora?- preguntó la morocha
-Ahora, espera un poco- dijo la colorada cogiendo sus cosas de pintura
-Yo te voy a dar…- poniéndole un pincel en la mano, pero Flor se sobresaltó –Tranquila, eso es un pincel- le advirtió riéndose
-¿Es un pincel? ¿Segura?- riéndose nerviosa sin poder ver nada de lo que hacía su chica a su alrededor
-Y aquí tienes un lienzo nuevo- dijo colocándolo frente a ella
-Ah, no, no. Gastar un lienzo en esto. No me lo creo- dijo Flor mientras Jaz guiaba su mano indicándole lo que debía hacer
De esta forma comenzaron a pintar en aquel lienzo. Jaz elegía los colores por ella y su mano la guiaba haciendo hermosos trazos. Flor estaba como en un nube, se sentía tan bien, tan enamorada y solo esperaba ansiosa a que su novia dejara pequeños besos sobre su boca. Dios, sentir sus labios con los ojos cerrados era la más magnifica sensación. Entre el vino, besos, caricias y trazos las chicas terminaron su obra de arte, y Jaz liberó a Flor de una vez
-¿Qué te parece?- mostrándole el hermoso cuadro que habían hecho juntas
Flor miró sorprendida, no podía creer que la había hecho ella, cosa que emocionó a su maestra –No está tan mal- dijo la morocha con ojo crítico
-¿Te gustó?- ilusionada
-Pensé que estaría mucho peor- dijo Flor volviendo a ser negativa
-Está precioso y lo hiciste vos sola- dijo Jaz envolviéndola entre sus brazos y apoyando su barbilla en su cuello, mientras dejaba un tierno beso
-Es abstracto- dijo Flor autocriticándose, pues no se entendía nada de lo que había pintado
-Sí, pero hermoso- dijo Jaz moviendo el pelo de su chica hacia un lado para poder besar su cuello
Flor se volteó quedando frente a frente con la colorada –Lo hice con vos. Y vos haces que todo lo que yo haga quede lindo-
Jazmín la miró muerta de amor y muy pronto sus ojos bajaron hacia su boca. Sujetó las mejillas de la morocha con ternura guiándola hasta su boca, la cual beso llena de amor. Fue un beso largo y repetido. Jaz gruñía durante el beso, no quería separarse de ella por nada del mundo. La morocha, que le encantaba jugar comenzó a alejarse para tener la satisfacción de ver como Jazmín la seguía sin despegarse un segundo de su boca, de la cual era oficialmente adicta. Se separó un segundo, para ver lo hermosa que se veía con los ojos aun cerrados, por lo que decidió ser ella la que la besara ahora.
En esta cadena de besos Flor se apoyó sin darse cuenta sobre la paleta de pintura, embarrándose la mano y haciendo que se despegara del beso.
-Ay, no. ¡MIERDA! ¡LA CONCHA DE MI MADRE!- exclamó Flor al ver que se había embarrado –Ay, no, no, no, que burra- lamentándose
-Ey, para- dijo Jaz deteniéndola –No pasa nada- con una sonrisa llena de confianza
-Me voy a lavar las manos- dijo la morocha
-No, para. Tengo una idea- dándole la vuelta y poniéndola frente al cuadro –Apoya la mano ahí-
Flor la miró extrañada pero siguió su orden y colocó su mano sobre el lienzo, dejando su huella marcada
-Ahí está. Esa es tu firma- dijo Jaz orgullosa
Flor comenzó a reír ante las ocurrencias de aquella chica. Sin duda Jazmín era una persona muy especial y única
-Ahora todos saben que este cuadro es tuyo- dijo orgullosa de Flor
La morocha se le quedó mirando enamorada y se le acercó. Colocó su mano pintada sobre su pecho, embarrando a Jaz, la cual la miraba curiosa –Ahora todo el mundo sabe que este corazón es mío también-
-Y siempre lo será- dijo Jaz besándola
Flor sin importar que se embarrara o no, besó a la colorada llena de pasión, haciendo que sus labios bailaran sincronizados. Fue un beso lento pero realmente excitante. Tras un rato, Jaz se separó para darse cuenta de que tenía toda la cara cubierta de pintura por culpa de Flor
-Ah, perdón- dijo al verla
-No pasa nada. Ahora me doy una ducha y vengo. ¿Me esperas?- dijo la colorada y Flor asintió
Jazmín se fue hacia el baño, mientras que Flor aun miraba su obra de arte. De pronto siente la llave de la bañera abrirse y no puede evitar que venga a su mente la imagen de Jaz totalmente desnuda. En silencio sin querer ser vista, Flor se acerca al baño, donde Jaz había dejado una rendija abierta. Se asomó con cautela y allí estaba ella.
La colorada estaba metida en su bañera, dándose un delicioso baño de espumas. No se veía su cuerpo entero, pero eso era más que suficiente para la morocha. Sintió su corazón latir a mil cada vez que la colorada pasaba su esponja por sus brazos, como acariciándose con ella. Se mordió el labio inferior al ver como se mojaba sus pechos. No podía creer lo perfecta que era.
Mientras Jaz, que no sabía nada, se bañaba tranquilamente cuando de pronto sintió unas manos sobre su espalda
-¿Te ayudo?- dijo Flor casi en un susurro mientras acariciaba su espalda
Jaz se volteo con una mirada pícara y asintió sin dudarlo. Flor tomó la esponja y empezó a pasarla por cada parte del cuerpo de Jaz, tentando y haciendo que el cuerpo de su chica se tensara una y otra vez.
-Sos tan perfecta- dijo observándola hipnotizada
-No, vos sos perfecta- dijo la colorada tomándola del brazo y lanzándola a la bañera con ella
Ahora sí que estaban igual, Flor totalmente mojada frente a ella. Jazmín no tuvo que pedir nada, pues en menos de un segundo ya la morocha se había quitado su ropa quedándose completamente desnuda. Al verla así la pelirroja no aguantó y comenzó a besarla. Dejó suaves besos por su cuello, mientras que una de sus manos acariciaban sus pechos.
Las manos de Flor acariciaban cada parte de la colorada, tratando de memorizar cada detalle de su piel. Se separaron por un segundo mirándose llenas de amor, y continuaron el beso. El agua corría por el cuerpo de Jaz haciendo pequeñas gotitas, las cuales Flor absorbía con gusto. Las manos de la colorada se aferraron con fuerza sobre el hombre de la morocha, al sentir uno de los dedos de Flor entrar en ella y comenzar a moverse.
Totalmente excitada comenzó a moverse al compas de ella, y sin detener su ritmo colocó sus dedos dentro del centro de su novia también. Ambas comenzaron una danza desenfrenada, mientras dejaban necesitados besos sobre sus cuellos, hasta que juntas al mismo tiempo llegaron al maravilloso estado de éxtasis.
Llegó la noche y ambas estaban sentadas sobre el sofá de Jaz. Flor, estaba prácticamente acostada sobre ella, disfrutando de cada momento a su lado, mientras que la pelirroja bebía un vaso de vino.
-Flopi, vamos a comer-
-No me puedo mover- dijo aferrándose a su cuerpo –Estoy agotada-
-Perdón, por la parte que me toca- dijo Jaz provocando la risa de la morocha
-Quedémonos un rato más así- suplicó Flor
-Yo me quedaría toda la vida así- dijo Jaz embobada con su belleza
Estuvieron un rato en silencio, Flor tenía los ojos cerrados y Jazmín acariciaba su cabello mientras la observaba embobada. De pronto tomó aire y acercándose al oído de su chica susurró –Te amo-
Al oír esto Flor se levantó sorprendida -¿Qué?- risueña
-Que te amo- dijo sonrojada
-¿En serio?-
-Ah, perdón no te quise incomodar- dijo nerviosa
-No, no me incomodas- dijo Flor con los ojos iluminados
-¿Y por qué pones esa cara?- dijo Jaz con las mejillas color fuego
-No, es que nunca me lo había dicho así. Por eso- le contestó Flor
Jaz bajó la mirada avergonzada –Bueno, no te lo había dicho para no hacerte… bueno, para no presionarte- le explicó mientras jugaba con sus manos nerviosa
-No, no me presionas ¿Estás loca?- risueña
-Hace un montón de tiempo que lo siento- dijo la colorada dispuesta a abrir su corazón
-¿Un montón de tiempo?- sorprendida
-Sí-
-¿En serio?- mordiéndose el labio de la emoción que sentía
-Sí, hace un montón. Desde que te conocí supe que…- jugando con el cabello de Flor para ocultar sus nervios –No sé, que estaba como enamorada de vos, y estoy enamorada de vos- confesó haciendo que Flor comenzara a reír de la emoción y sus cachetes se pusieran rojos como tomates
-Me duele la panza- dijo la morocha enamorada
-¿Te duele la panza lindo?- riéndose de las ocurrencias de la chica
-Sí, de mariposas, lindo- dijo Flor y Jaz la besó muerta de ternura
Jaz se acomodó bien frente  a ella y mirándola directamente a los ojos continuó con su confesión –Estoy enamorada de tu sonrisa, de tu pelo, de tus ojos, de tu manera de ser, de tu manera de ver el mundo… Vos haces que todo sea lindo y me hiciste mejor persona a mí- dijo con los ojos llenos de lágrimas
Flor estaba igual de emocionada, sentía que su corazón iba a mil en ese momento
-Ah, vos también me hiciste mejor persona a mí- confesó la morocha
-¿Si?- con los ojos humedecidos
Flor sujetó la cara de Jazmín entre sus manos colocándola muy cerca de sus labios –Que suerte que te conocí, Jaz. Me cambiaste la vida para siempre- y selló su confesión dejando un dulce beso en sus labios
Jazmín correspondió al beso sujetándola bien fuerte para que no se escabullera de sus labios. Fue un beso lento y lleno de amor, en el cual sus labios se encontraban múltiples veces.  Tras un largo beso se separaron sin apartar la vista de sus ojos enamorados.
La colorada hizo sitio indicándole a Flor que volviera a su puesto anterior en sus muslos, lo cual hizo la morocha inmediatamente. Se acostó sobre aquella delicada piel que tanto la maravillaba y allí se aferró a ella como si fuera su refugio, mientras que Jaz la abrazaba feliz de la vida. Jazmín miró hacia arriba como dando gracias al cielo por haberle concedido este deseo. Hace solo unos meses ella ni siquiera se había imaginado así con Flor y mírenlas ahora. Eran una sola persona, una sola alma, la cual ni la mayor de las fuerzas separaría.

Tú eres para mí (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora