Capítulo 38 "Papá intuitivo"

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Si alguien conocía bien a Florencia Estrella, ese era su padre. Desde pequeña fue la más pegada a él, pues era la que más se parecía a su personalidad. Mario le enseñó casi todo lo que sabe de la vida y la hizo una amante fiel del futbol argentino.
Él la conocía tan bien, que con solo una mirada sabía lo que estaba pensando, por eso no tardó en notar la historia que escondía con la hermosa chef. Se le notaba en la forma de hablar con ella, de mirarla, de tocarla, que Flor estaba más que enamorada de Jaz. Esto le gustó mucho a Mario, el cual lo único que deseaba era ver a su hija feliz.
Ese día Flor estaba como de costumbre en la cocina desayunando con Jaz, cuando llegó Mario y se las quedó viendo curioso.
-Papá, ¿Qué haces acá?- dijo al verlo
-Nada, vine a desayunar ¿No puedo?- dijo el señor sentándose junto a ellas
-Sí, claro que puedes, pero hubieras avisado y Jazmín te llevaba el desayuno afuera- dijo Flor
-No, es que quiero desayunar acá. Con vosotras- dijo cogiendo una magdalena
Las chicas se miraron extrañadas, ambas se sentían nerviosas ante su presencia, principalmente Jazmín. Un silencio se apoderó del lugar hasta que Mario decidió romperlo
-¿Y hace mucho que se conocen?-
-¡ALMEJA!- exclamó Flor nerviosa -¿Eh? Sí, sí, hace un tiempo-
-Menos de un año, pero si hace un tiempo- dijo Jaz tratando de calmarla
-Se las ve muy unida- dijo Mario suspicaz
-Sí, Jazmín es mi mejor amiga. Ella me ha apoyado mucho en cuanto a estos problemitas que tengo- dijo Flor refiriéndose al Tourrette
-No, no digas eso. Vos no tenés ningún problemita. Vos sos perfecta. Mi todoterreno- dijo Mario abrazando a su hija –Pero me gusta eso, que tengas amigas así tan buenas… y sobre todo que cocinen tan rico-
-Sí. Jaz es una de las mejores chef de Argentina- dijo Flor mirándola enamorada
-Ay, que exagerada que sos- dijo Jaz sonrojándose
-No, tiene razón. Nunca he probado algo tan rico- dijo Mario alagándola
-Bueno, gracias, Don Mario- dijo Jaz
-No, dime Mario al fin y al cabo por lo que veo eres casi de la familia- dijo sonriendo pícaro
Al oír esto Flor comenzó con sus tics -¡PAPÁ TURRO! ¡PAPÁ PUTO! ¡PAPÁ BRUJO!- exclamaba dándose
Y Mario reía ante su nerviosismo –Ey, ya está. No te des más- sujetándola –Oye, tenía pensado que a lo mejor quisieras ir a…-
-¡A la cancha!- dijo Flor dando brincos de alegría
-¡Sí, sí, a la cancha!- exclamó Mario emocionado igual que ella –Esta pendeja le encanta el futbol- le explicó a Jaz, la cual sonreía al ver a Flor tan feliz
Minutos después se fueron a la cancha, donde Mario compró unas cervezas y se sentaron juntos en las gradas. Flor miraba melancólica el lugar
-¿Qué pasa?- al verla
-No, nada, nada. Es que aquí es donde acostumbro a venir cada vez que estoy mal- dijo Flor
-Siento no haber estado cuando estabas mal- dijo Mario triste
-No pasa nada- dijo Flor recostándose a él
Mario se sacó unas entradas de su bolsillo –Pensé que a lo mejor ¿Te gustaría este regalo?- dándoselas
-¡Ah, qué bien! ¡Son para las semifinales!- exclamó feliz
–Toma dos para que vengas acompañada por tu pareja-  dijo Mario con una sonrisa
-No, no, papá. Yo estoy sola. Me separé de Dani ¡ALMEJA!- dijo Flor
-No, no me refiero a Dani- dijo Mario con una sonrisa
-¡ALMEJA! ¡ALMEJITA!- exclamaba Flor nerviosa bajando la cabeza
Mario notó su miedo, por lo que la tomó por la barbilla y la hizo mirarlo  -Ey, no sientas vergüenza-
-¿De qué? No, vergüenza ¿De qué?- nerviosa
-No, no, de nada. Todo bien, todo bien- dijo Mario haciéndose el boludo –Me encantó tu amiga-
-¿Qué amiga?- nerviosa
-Esta… ¿Cómo se llama? Qué bonita que es… Jazmín se llama, que linda que es y qué bien que cocina. Me encantó-
-¿Por qué me mencionas a Jazmín?- riendo nerviosa
-No lo sé. Dímelo tú- dijo Mario tratando de que esta le abriera su corazón, pero empezó con sus tics –Flor, tú felicidad es mi felicidad. Que te quede claro-
Flor asintió y sonrió al sentirse apoyada por su padre. Respiró relajada y tomó un sorbo de cerveza
-Pasaron un montón de cosas en este tiempo- le dijo Flor
-Lo sé. Estuve al tanto. Hasta me enteré de tu casi casamiento- dijo Mario riéndose –Las ganas que tenía de estar ahí contigo-
-Bueno, agradezco que no hayas ido para que no me hubieras visto haciendo ese papelón- dijo Flor avergonzada recordando su escape
-Ey, no fue ningún papelón. Estabas creciendo- dijo Mario totalmente seguro de sus palabras
-Bueno, vos te diste cuenta antes que yo. Porque me lo negaba todo el tiempo- dijo Flor agobiada
-Recuerda que tu felicidad es mi felicidad- aseguró Mario
-Ay, papá, te quiero- dijo abrazándolo muy fuerte –No me dejes sola de nuevo- le suplicó
Mario la separó un poco para mirarla a los ojos –No estás sola. Hay alguien que te quiere mucho… Jazmín- dijo con una sonrisa
Flor sonrió ante sus palabras. Nunca pensó que sería así de fácil que la aceptaran tal y como era
Llegó la noche y ambos regresaron al hotel. Flor una vez sola fue prácticamente corriendo a la cocina, donde Jaz recogía ya todo para irse. Esta la tomó por sorpresa y decidida la besó llena de pasión y amor.
Jaz se separó sorprendida por tal ataque de pasión que le había dado a su chica
-¿Y eso?- risueña
-Que te amo-
-Yo también te amo, Flopi- dijo la colorada tomándola por las mejillas y llevándola de vuelta a sus labios
Ahí se besaron un largo rato sin importarles nada ni nadie, solo estaban ellas dos en el mundo. Luego fueron a la habitación, donde Flor lanzó a la colorada contra la cama. Estaba muy deseosa de ella.
Ya iba a comenzar a besarla, cuando Jazmín la separó un poco
-No, para, para. No me contaste como te fue con tu papá-
-¡PAPÁ BRUJO!- exclamó Flor sentándose a su lado
-¿Mal?- al ver su reacción
-No, no, todo lo contrario- dijo feliz
-Bueno, tu papá te debe conocer mejor que nadie- dijo Jaz con una sonrisa
-Sí, obvio-
-Entonces ¿Ya sabe?- preguntó ansiosa
-¿Qué cosa? ¿Lo nuestro?- dijo Flor y Jaz asintió con una sonrisa
Flor la miró y le hizo una seña de no saber bien
-Más o menos… creo- dijo la morocha no muy segura
-No, igual no te lo digo para presionarte, te lo digo para saber- dijo Jaz con una risa tonta
-No, no me molesta la pregunta. ¿Vos te has dado cuenta como que él ha estado atenta a nosotras?- le dijo Flor
-Sí, sí, lo he notado- dijo Jaz tratando de comprender su idea
-Bueno, es como que se ha dado cuenta- dijo Flor
-¿Posta? ¿Tanto se nos nota?- preguntó Jaz asombrada con el poder de deducción de su suegro
-O sea, tampoco me dijo, no lo nombró así como que… yo tampoco lo nombré. No le dije que estaba saliendo con vos, pero en la conversación se dio a entender- le explicó la morocha
-Ok, igual, él tiene re buena onda conmigo, así que seguro que en algún momento va a salir la conversación. Tengo que estar preparada- dijo Jaz nerviosa
-Igual, vos para lo que debes de estar preparada es para lo que se te viene a continuación- dijo Flor subiéndose sobre ella y enredándola con sus muslos
Jaz la tomó por la cintura pegándola más a ella -¿Es muy fuerte?- dijo con tono burlón
-Re fuerte- dijo Flor lanzándose sobre su boca y haciendo que cayera en la cama
Aquella habitación fue nuevamente testigo de su amor, él cual demostraron más de una vez esa noche. Entre besos y caricias llegó la mañana, y cuando el reloj marcó la seis Jaz se levantó rápido para irse antes de que empezara el tránsito de personas por el hotel.
-Te amo, gordi- dijo dándole un pequeño beso a una aun media dormida Flor
Salió en silencio, con la campera en mano y casi en puntillitas de pie, pero al ir por la Marlene se encontró con la persona con quién menos se quería topar en esas condiciones. Se topó con Mario Estrella.
Mario la miró de arriba a abajo sonriente, sabía muy bien de dónde venía. Ella sonrió nerviosa
-Hola, Jaz. ¿No sabía que te hospedabas acá?-
-¿Eh?- nerviosa sin saber que contestar –No, no me hospedo… es solo que vine a hacer un room service-
-¿A las seis de la mañana? ¿Y en esa facha?- mirándola
Jaz se puso más colorada que su propio cabello lo cual hizo que Mario soltara una carcajada. La chef lo miró confundida, este señor la inquietaba mucho
-No tenés que esconderte conmigo. Sé muy bien de dónde vienes y me parece maravilloso- dijo Mario con una sonrisa
-Don Mario, yo no sé realmente cuánto usted sabe… sobre nosotras por eso me cuesta un poco hablarle pero…quiero que sepa que yo la amo mucho a su hija y la voy a cuidar para siempre- dijo Jaz dándole la cara a la situación
Mario la miró y asintió con una sonrisa
-De eso estoy seguro. Igual, no importa lo que sé o lo que no. Lo que importa es que se encontraron, que te quiere. No te atrevas a soltarle la mano- le advirtió
Jaz sonrió ante sus palabras y contestó lo más rápido que pudo de todo corazón –No, no lo voy hacer… nunca-
Mario sonrió y siguió con su camino. Dejando a una aliviada Jazmín en el pasillo. Esto era un paso muy importante en su relación con Flor. El hecho de que su padre lo supiera y lo aceptara de esa forma hacía las cosas muchísimo más fáciles para ellas.

Tú eres para mí (Flozmín)Where stories live. Discover now