Capítulo 37 "Mario Estrella"

626 32 1
                                    

Era otro día de trabajo y Jazmín salió de su casa más temprano que nunca. Se moría de ganas por ver a Flor, por besarla y abrazarla como ya se había acostumbrado hacer. Esta como siempre llegó al hotel con ese estilo canchero que solo la caracterizaba a ella, pero cuando iba entrando una voz desagradable la hizo detenerse.
-Hola, Jaz- dijo sin mirarla a los ojos
Jazmín se detuvo nerviosa, la presencia de este tipo siempre la había incomodado.
-Hola, Dani- dijo acercándose
Estos comenzaron a hablar sin darse cuenta de que alguien los observaba atento desde un auto, oyendo todo.
-¿Cómo estás? Supongo que bien ahora que te estás tirando por fin a mi mujer- dijo irónico
-Ah, no, no, Daniel. No estoy para vos- dijo la colorada queriendo irse pero este la sujetó
-No, ahora vos me vas a escuchar- dijo agresivo –Decime la verdad sobre lo que pasa entre Florencia y vos- autoritario
Al oír esto Jazmín hizo una mueca de desagrado. Esa pregunta sin duda no le correspondía a ella contestársela
-Eso no te lo tengo porque responder… para vos somos amigas- dijo Jaz ya a la defensiva
-No, no son solo amigas. Yo vi como te mira. Te mira diferente… como con deseo-
-Dani, yo no te puedo ayudar con eso. Si querés saber pregúntaselo a ella-
-Se van y se pasan el día juntas en tu casa. Ayer yo la seguí y no se fue nunca. Se pasó la noche allá- dijo Dani sonando realmente loco
-¿Vos me estás cargando?- dijo Jaz alarmada de escuchar esto
-Yo sé todo- aseguró el chico
-Me estás dando miedo, Daniel. ¿La seguiste? Estás loco- dijo Jaz asustándose con su comportamiento
-Ahora vos me vas a contestar ¿Te estás o no te estás tirando a mi mujer?- dijo Daniel sujetándola bien fuerte por el brazo haciéndole daño
Jaz trató de zafarse pero no podía –Eso no te lo voy a responder-
-¿Y quién sí? ¿Florencia?-
-Te recomiendo que no te acerques a ella- dijo desafiante
-¿Por qué? ¿Tenés miedo?- dijo apretándola más
-No, simplemente no quiero que salga lastimada por culpa de un imbécil como vos- dijo Jaz zafándose por fin de su agarre
Daniel la iba a volver a sujetar cuando una voz de un señor mayor lo hizo parar en seco. Se volteo y su cara se puso completamente pálido. Jazmín no entendía nada, solo miraba aquel señor  tan elegante de gafas oscuras que la defendía de Dani.
El chico comenzó  a temblar pues ese hombre era nada más y nada menos que Mario Estrella, el padre de las chicas.
-¿Don Mario?- dijo Daniel alejándose de Jaz –Yo, yo…-
-¿Dani? ¿Cierto? Nunca me aprendí tu nombre- dijo Mario quitándose las gafas –Si  no querés que yo te enseñe ahora mismo lo que son buenos modales, te recomiendo que te alejes de la señorita- Dani iba a hablar -¿Quedó claro?- autoritario
Dani se alejó de ellos como un perrito asustado, provocando que Jaz riera ante su cobardía
-Gracias, muchas gracias. Pero no tenía porque meterse. Yo me sé defender sola- del dijo Jaz al señor una vez se quedó sola con él
-Lo sé. Te estaba viendo. Eres realmente una peleona- dijo Mario observándola de arriba a abajo, como analizándola
-Gracias-
-Este chico es un imbécil. Con razón me alegré tanto cuando mi hija lo dejó- dijo Mario
Al oír esto Jaz se le quedó mirando asombrada y por fin se dio cuenta de quién era
-¿Vos sos…?- nerviosa -¿El padre de Flor?-
-Sí, el mismo. Y de otras cuatro según recuerdo- dijo bromeando
-Claro, claro- nerviosa
-¿Y vos sos?- extendiendo su mano
-Jazmín, Jazmín del Río- estrechándola
-Mario Estrella- con una sonrisa –Ahora, ¿Me puedes llevar con mis hijas?-
Jaz asintió rápido y procedió a llevarlo dentro. Al llegar en el holl estaban Carla y Flor, las cuales al verlo se quedaron boquiabiertas, principalmente Flor al verlo junto a Jazmín.
Mario abrazó a sus pequeñas con fuerza, alzándolas en peso a las dos, las cuales estaban más que felices de verlo
-¿Qué haces acá?- preguntó Carla
-Vine a verlas. A ver cómo llevaban el hotel-
-A controlarnos- aseguró Lucía llegando
-Ahí está la más afilada de mis hijas ¿No hay un abrazo?- preguntó Mario extendiendo sus brazos para recibir a su hijita
Muy pronto fueron llegando las restantes hasta que las cinco estaban en los brazos de papá. Aprovechando la escena, Jaz decidió retirarse a la cocina y dejarlos solos.
Mario no tardó en hacerse el dueño del hotel, daba órdenes y todos las cumplían. Era una gran persona, la cual tenía un carácter justo y burlón al mismo tiempo. Aprovechando que su papá estaba entretenido con el resto de sus hermanas, Flor se escabulló a la cocina para robarle un beso a su adorada cocinera.
-Hola- volviéndola a besar
-Buen día. No había podido saludarte hoy- dijo Jaz colocando sus brazos sobre su cuello –¿Te he dicho que estás más hermosa que nunca?- haciéndola sonrojar
-Ya, calla- avergonzada –Ey, che, ¿Cómo te cruzaste con mi papá?- curiosa
-Ah, aun no te lo he contado. Fue duro- dijo Jaz poniéndose seria
-¿Por?- preocupada
-Tú papá me salvó de Daniel Cacavela- dijo con voz gruesa
-¿De Dani? ¿Qué te hizo?- preocupada
-No, nada, por suerte. Pero estaba muy raro. Actuaba agresivo y me acusó de haberte robado de sus brazos. Él sabe, Flor, o al menos sospecha de nuestra relación- le dijo la colorada
Florencia se llevó las manos a la cabeza agobiada –Ah, Dios-
-Ey, tranquila, que no pasó nada. Yo no le admití nada y lo puse en su lugar. Además, creo que Mario lo hizo cagarse bastante- dijo Jaz riéndose al recordar la escena
-¿Mi papá oyó?- alarmada
-¿Él qué?- confundida
-Lo que vos hablabas con Dani, ¿Sabe que soy…? ¡TORTA! ¡CATADORA DE RABAS!- exclamó Flor nerviosa golpeándose el pecho
-Ey, tranquila- sujetándola –No lo sé, creo que no oyó nada. Pero si oyó ¿Hay algún problema?- dijo Jaz analizando su reacción
-No, no- dijo nerviosa –No, cero problema. Pero quiero ser yo la que se lo diga, no que se entere por ahí-
-Ok, me parece bien. No te presiono ni nada, pero creo que debería ir contándolo antes de que lo haga Daniel- le advirtió la colorada
Flor se abrazó a ella angustiada –Ah, Dios, ¿Por qué tiene que ser todo tan difícil?-
-Tranquila, estoy yo acá- dijo Jaz abrazándola bien fuerte contra ella
A lo lejos desde el cristal de la puerta un sonriente Mario Estrella observaba todo, confirmando de una vez sus sospechas. Conocía bien a su hija, se daba cuenta de las cosas. Él sabía muy bien por su mirada que estaba completamente enamorada de aquella chica de cabello naranja, la cual de alguna forma le daba confianza.

Tú eres para mí (Flozmín)Where stories live. Discover now