Capítulo 26 "Su boca"

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Tras lo sucedido en casa de Jaz, ninguna había vuelto a hablar. Tenían miedo de la reacción de la otra y no sabían que decirse. En su habitación Flor piensa en Jaz, en el delicioso sabor de su boca y en esos gruesos labios que la hicieron tocar el cielo. Contemplando su cuadro recuerda todas las cosas que pasaron juntas para poder lograr ese beso y enojada por su cobardía se golpea el pecho.
  Cansada ya de esta indecisión decide dar el primer paso y escribirle a la colorada. Esta toma su celular y comienza a escribirle un mensaje pero no pasa de: ¨Jaz, quería decirte que…- no encontraba las palabras
   En ese momento se percata de que la colorada estaba en línea y que al igual que ella le estaba escribiendo un mensaje. Nerviosa siente como su cuerpo tiembla a la espera de un mensaje que nunca llegó. Resopla angustiada y se acuesta en la cama mirando la foto de contacto de Jaz, pensando en llamarla. ¿Pero qué le iba a decir después de lo ocurrido? ¿Cuáles eran las palabras indicadas para describir lo que estaba sintiendo?
  Mientras en su casa Jaz estaba igual que Flor, no sabía qué hacer ¿Debía llamarla? ¿Qué le diría? Pero no se decidía debido a que el miedo a presionarla era inmenso. Al igual que la morocha, la colorada esperaba observando el celular a que ella fuera la que diera señales de vida.
  Llenándose de valor comienza a grabar un audio para enviárselo, pero todo lo que decía parecía una idiotez, por lo que no llegó a enviar ninguno. Tratando de despejar su cabeza se propone terminar el retrato de Flor, por lo que pasa toda la noche frente a aquel lienzo.
  Pasa la noche y cae nuevamente la mañana. En su cuarto Florencia apaga media dormida la alarma del despertador. Al percatarse de que ya era otro día se levanta de la cama agitada tratando de arreglarse lo más pronto posible, pues a pesar de sus miedos se moría de ganas por ver a la colorada. Esta se pone un hermoso y sencillo vestido de cuadros con el cual baja al salón principal del hotel, donde todo era un completo caos.
Virginia trataba de atender a todos los clientes al mismo tiempo pero ella sola no daba abasto por lo que Flor decidió ayudarla. Estaban las dos hermanas Estrellas atendiendo a cada cliente que llegaba, pero Florencia no podía apartar su mirada de la puerta esperando a que llegara aquella persona que no dejaba su cabeza tranquila. Al verla tan distraída Vir se dio cuenta al instante de que algo le pasaba por lo que decidió preguntar
-¿Se puede saber qué te pasa?-
-¿Qué? ¿De qué? ¿A qué te referís?- preguntó Flor haciéndose la que no sabía de qué hablaba
-Ah, dale, Florencia, no te hagas la boluda. ¿De veras piensas que soy tan tonta como para no darme cuenta?- preguntó Vir con un tono irónico
Flor nerviosa comienza a pestañear rápidamente –No sé a qué te referís, Virginia. Me estas poniendo nerviosa- inquieta
-A que llevas toda la mañana observando hacia la puerta como esperando a alguien. Si se te va a partir el cuello de tanto que lo giras- le dice Vir con una sonrisa pícara –¿No me vas a decir a quién esperas?-
Flor comienza con sus tics de lo nerviosa que estaba ante la pregunta de Vir, se moría por contarle lo que le estaba pasando pero la vergüenza le ganaba a las ansias.  Al notar su silencio Virginia desistió de seguir preguntando y solo comentó para cerrar la conversación –Todavía no ha llegado-
  Al oírla Flor frunció el seño pero automáticamente una sonrisa de alivio se dibujó en su cara. Sin duda su hermana mayor sabía mucho más de lo que decía.
   Ambas continúan con su trabajo, hasta que Vir recibe la llamada de una habitación por un problema con la cerradura y se tiene que ir dejando a Flor sola al frente. Ya no había tantos clientes como a primeras horas de la mañana, por lo que Florencia decide distraerse jugando un poco de buscaminas.
  Se veía un poco ridícula jugando a esto debido que estaba realmente concentrada. A pesar de ser una imagen un poco tonta para alguien que estaba a lo lejos observando era lo más bello que había visto en su vida. Allí estaba ella, la colorada observándola desde la puerta.  Se recuesta a la pared un poco para observarla mejor de arriba abajo mientras se mordía levemente su labio inferior.  Agarrada del borde de su campera negra, Jazmín miraba con deseo la boca de Flor, la cual la morocha apretaba indicando lo mala que era en el juego. Jaz aun no podía creerse lo que había pasado, le costaba trabajo creerse que esa boca había sido suya hacía una noche.
  Dándose cuenta de lo acosadora que podía parecer si Flor la encontraba en esa posición decide acercarse a ella de una vez. Con una sonrisa picaresca toca la campanilla de la entrada, haciendo que Flor diera un brinco en su silla y más al ver que era ella.
  -Ah, que susto, Jaz- exclamó Flor llevándose la mano al pecho
-¿Tan fea soy?- dijo Jaz en forma de broma
-No, como vas a ser fea vos. Sos hermosa- dijo Flor sin darse cuenta de sus palabras, por lo cual al volver en sí se puso nerviosa
Al notar sus nervios Jaz tomó su mano la que estaba sobre la mesa. Al sentir el contacto con su mano Flor no pudo evitar erizarse y la miró directamente a los ojos –Tranquila- dijo la colorada con esa voz que solo ella sabía poner
Florencia respira hondo y decide volver a hablar -¿Y vos como estás del cuello y eso?- cambiando de tema
-Bien, ya estoy mejor del cuello- dijo Jaz sin apartar la vista de ella
Flor no podía evitar ponerse nerviosa ante esta mirada, que era diferente a las demás. Esta estaba como más llena de amor y deseo, sin duda aquel beso había dado un giro de 360 grados a la relación. Tratando de que Jaz no notara que estaba roja como un tomate se levanta de su asiento y se dispone a irse, pero a su paso tumba un montón de papeles que estaban sobre el escritorio.
  Al ver el reguero que había formado Flor se arrodilla en el piso a tratar de acomodar todo, pero al estar ahí nota como la colorada hace su misma acción. De esta forma había quedado una muy frente a la otra en el suelo. Esta cercanía las mataba, el deseo por volver a repetir ese beso era inmenso, pero Flor con miedo a no controlarse se levanta y se marcha dejando a la colorada con una sonrisa mientras la veía huir nerviosa.
Pasaron las horas y llegó el almuerzo. Jazmín se encontraba sola al mando de todo como siempre, debido a que Javo tenía la mala costumbre de perderse cuando más lo necesitaba. A pesar del ajetreo y de todo lo que pasaba a su alrededor Jaz no podía dejar de pensar en Florencia, en su reacción en su boca. Ay, Dios esa boca que la volvía loca y de la cual se había hecho adicta con un solo beso.
De pronto observa por la pequeña ventanilla que había en la puerta a Flor sentarse en una de las mesas afuera. Esta nota como Florencia la llamaba con la mirada, pero estaba muy nerviosa como para acercarse a ella. Tomando aire deja todo lo que estaba haciendo y se dirige hacia Flor, la cual comienza con sus tics solo con verla cerca.
-Hola- le Jaz con voz tímida. Realmente no sabía que decirle
Flor solo le contesta con una sonrisa nerviosa sin apartar la vista del plato de ensalada que se estaba comiendo. Al verlo Jaz se da cuenta de que se lo había hecho ella misma, pues se veía simple y casi sin sabor
-¿Quieres que te lo mejore?- dijo la colorada señalando el plato
-No, no, está todo bien- dijo Flor sin ni siquiera mirarla
Jaz notó lo nerviosa que la ponía su presencia, y en esos momentos al ver su actitud dudó si le hacía mal o bien, por lo que decidió irse –Bueno, ya entendí. Ahora te dejo sola- y procedió a coger para la cocina, pero de repente sintió una mano que la detuvo
  Eso era lo que deseaba, que la detuviera, que le dijera algo. Deseaba que saliera esa Florencia valiente y enamorada a la cual había besado, y se fuera esta llena de miedos y complejos
-Por fa, no te vayas- aun sujetando su mano y Jaz se volteó para verla con una sonrisa. Sin borrar esta de su cara, la colorada se sienta frente a ella y la mira esperando a que fuera ella la que hablara
-No te quise hablar mal. Lo siento- le dice Flor avergonzada por su tonta actitud
-Está todo bien. No hay problema- dijo Jaz sin apartar la mirada de sus ojos, trataba de descifrar sus pensamientos pero se le hacía imposible, por lo que decidió dar el paso -¿Vos cómo estás?- siendo directa
Flor se quedó en silencio un momento hasta que decidió darle una respuesta su pregunta –Rara- así era lo que sentía, no sabía muy bien nada
-¿Pero rara? ¿Rara cómo?- sin entender su respuesta -¿Rara bien o rara…? Decime algo, no hablamos nada después de lo del otro día en mi casa- dijo la colorada bastante ansiosa por una respuesta clara. Necesitaba saber si esta sentía el mismo sobresalto que ella en su corazón
-¡Shh!- dijo Flor prácticamente cayéndole arriba para callarla
-¿Qué?- preguntó Jaz sorprendida por su reacción
Flor vuelve a su asiento y en voz baja con mucho misterio le dice –No digas nada de eso ahora acá- mirando hacia todos lados
-¿Y dónde lo hablamos? Porque estoy hay que hablarlo, Flor- dijo Jaz confundida con sus miedos
-No lo sé. Vamos a un bar a hablarlo ¿Querés?- dijo la morocha entre dientes
-¿Por qué sonreís? ¿Por qué haces este gesto?- dijo Jaz confundida imitando su cara, lo cual hizo reír a Flor
-Para hablar bajo- dijo sin quitar ese gesto
-Está bien. En cuanto acabe voy- dijo la colorada imitando el gesto
Flor se paró de su asiento y le sonrió nerviosa, yéndose a preparar para la salida. Mientras que Jaz solo la miraba de arriba abajo suspirando y riéndose por lo tierna que se veía cuando estaba nerviosa.
Tras acabar la hora de almuerzo Jaz va a los vestuarios donde se da un baño para sacarse de encima el olor a comida. El agua cae por su bello cuerpo mientras piensa nerviosa en lo que le diría a Flor en su próxima conversación. Está realmente nerviosa sus manos tiemblan si parar contra la pared, moría de miedo ante esta situación.
  Se viste de nuevamente de civil y se coloca su campera negra, la cual cubría una hermosa camisa de cuadros azul la cual le quedaba de maravilla. Tras pintarse los labios de color violeta oscuro se marcha al bar donde habían acordado encontrarse.
   Al llegar Flor aun no había llegado, por lo que se dispone a coger asiento. Esta se sienta en una mesa cerca de la ventana, desde donde podría ver cuando Flor llegase. Pasan varios minutos y se comienza a poner muy nerviosa, teme que la morocha no apareciera.
  Inquieta mira hacia afuera pero no ve a nadie acercarse a la puerta del bar, por lo que sin querer parecer intensa toma su móvil y le manda un mensajito a Flor para saber por dónde iba. Su nerviosismo aumenta al no recibir una respuesta por su parte. Esto confirmó sus miedos: Florencia no aparecería por ahí.
  Resopló un poco enojada y decepcionada mientras se levantaba dispuesta a irse pero al darse media vuelta ahí estaba ella más hermosa que nunca. Con un vestido negro y una coleta hecha la saluda desde la entrada. Jaz sonríe aliviada y vuelve a tomar su asiento mientras veía como se acercaba
-¿A dónde ibas?- preguntó Flor sentándose frente a ella
-No, a ningún lado solo pensé que…- dijo Jaz nerviosa
-Que no iba a venir- la interrumpió Flor a lo que Jaz asintió avergonzada –No pasa nada, de hecho yo también pensé que no iba a venir. Tenía mucho miedo- le confesó Flor
-¿Y qué te hizo cambiar de opinión?- dijo Jaz mirándola directo a los ojos
-Saber que te iba a dejar esperando acá- dijo Flor con una sonrisa
Un silencio se apoderó de aquella mesa y sus miradas no se separaban por un instante, hasta que fueron interrumpidas por el imprudente mesero. Jaz pidió un café mientras que Flor no pidió nada, solo la miraba a ella como si su rostro fuera su alimento.
-¿Por qué me miras así?- preguntó Jaz dándose cuenta de la mirada imprudente de Flor
-¿Así cómo?- sonrojándose
-No sé. De otro modo- le dijo Jaz tomando un poco de café
-Será que te veo de otro modo- dijo Flor sonriendo y haciendo que la colorada fuera la que se sonrojara
Jaz se dejó de dar vueltas para ir al asunto que realmente la tenía loca -¿Te gustó?-
-¿El qué?- pregunto Flor nerviosa
-Ya sabes de lo que te hablo- dijo Jaz refiriéndose al beso
Ante el atrevimiento de Jaz, Flor se puso muy nerviosa y empezó hacer pequeños tics con la mano. Al darse cuenta la colorada lamentando ser tan lanzada toma su mano y trata de calmarla –Lo siento. Olvida lo que te pregunté- mientras la acariciaba con su pulgar
Flor siente esta caricia y se la corresponde – No, no pasa nada. Sé que hay que hablarlo en algún momento. De hecho a eso venimos ¿No?-
Jaz sonrió al oír la determinación que estaba mostrando la morocha  -¿Y?-
-¿Y qué?- dijo Flor sonriendo
-¿No me vas a responder?- dijo con una sonrisa tonta
Flor la miró avergonzada pero a la vez con una sonrisa picaresca, sus pómulos parecían dos tomates –Si- contestó mirando hacia la mesa
Lentamente levanta la mirada para encontrarse a una emocionada Jazmín, la cual estaba casi china de la sonrisa que había en su cara –A mí también- dijo –De hecho… no quiero sonar atrevida- dijo la colorada dudando
-¿El qué?- preguntó Flor curiosa
-Me muero por repetirlo- dijo la colorada mirándola directo a sus labios
  En ese momento Florencia sintió como si su corazón se le quisiera salir del pecho. No podía creer lo que estaba viviendo. No sabía que el corazón podía latir a semejante velocidad. La colorada se inclinó levemente hacia delante quedando su cara muy cerca de la de Flor, la cual temblaba como una hoja ante su cercanía
-Jaz… ¿Qué haces?- preguntó Flor sin casi aliento
-No lo sé- dijo Jaz dispuesta a cerrar el espacio que había entre ellas, pero Flor se alejó repentinamente.
  Asustada flor se esconde entre los menús, evitando que alguien la viera y dejando a la colorada con los labios esperando -¿Qué pasó?- preguntó Jaz al verla así
-Shh, es Vir- dijo sin salir de su escondite señalando hacia la entrada
  Jaz levantó la vista y exactamente como le había indicado allí estaba Virginia junto a Ignacio esperando a ser llevados hacia una mesa
-¿Quién es ese?- preguntó la colorada extrañada debido a que para su conocimiento Virginia estaba con su amigo
-Es Ignacio, su ex- le explicó Flor nerviosa -¿Por dios, qué hacen acá?- bastante estresada
-¿Qué tiene que ver, Flor?- dijo Jaz sin entenderla -¿Acaso no querés que te vean conmigo?- dándose cuenta de lo que le pasaba
Al oírla Flor la miró sintiéndose re mal, sabía que con su comportamiento la estaba lastimando pero no sabía que más hacer. Ella todavía no se sentía preparada para desvelar lo que sentía por la cocinera a su familia, por lo que guiándose por los miedos decidió irse a escondidas sin que nadie la viera.
Una vez sola Jaz da un pequeño golpe contra la mesa. Ya estaba cansada de tener que pasar por esto. Ya lo había pasado años atrás y no le había ido nada bien por lo que realmente no estaba dispuesta a sufrir nuevamente. Cansada de todo paga la cuenta y se dispone a irse pasando junto a Vir y a Ignacio sin esconderse.
  Al verla Vir la sigue hasta detenerla en la puerta y nerviosa le pide un favor –Eh, Jaz, por fa, ¿Me puedes hacer una favor?- y la colorada asiente –Que no le digas a Javo que me viste acá conversando con este hombre-
Jaz abre los ojos sorprendida y no dice ni una sola palabra lo que pone a Vir muy nerviosa. Eso era algo peculiar de esta colorada, que su carácter particular hacia titubear a cualquiera.
-Es para que Javo no piense cosas que no son- le dice Vir
-No entiendo igual ¿Por qué me dices esto?- haciéndose la desentendida y solamente mirando hacia la puerta por donde se había ido Flor
-No se entiende. Es verdad- dijo Vir nerviosa
Jaz miró a Virginia con una sonrisa y sin decir una sola palabra le dio la espalda saliendo del local. Estaba demasiado atormentada con otros asuntos como para enredarse en problemas que no eran suyos.
Angustiada por todo lo ocurrido Jaz se sienta en un parque a pensar. El miedo y las inseguridades se apoderan de su mente. No está segura de qué Flor esté dispuesta a arriesgarse por ese amor. Jazmín no quería volver a sufrir, ya lo había hecho y la había pasado fatal. Con toda esta situación no pudo evitar pensar en su historia con Elena. Aquella mujer que había robado su corazón cuando niña y lo había hecho mil pedazos. No quería que le volviera a pasar.
Tras respirar un poco el aire fresco y aclarar sus ideas decidió que era hora de hacer frente a los problemas e ir al hotel. Sin mirar ni saludar a nadie la colorada se dirigió directamente hacia la habitación Tita, donde sabía que estaría escondida Florencia.
-Flor, soy yo- dijo tocando muy seria
En menos de dos segundos la puerta se abrió mostrando a una nerviosa Florencia la cual la aló por un brazo y la entró rápidamente. Tras observar si alguien estaba por los alrededores la morocha cerró la habitación para darse cuenta de que la cara de la colorada reflejaba todo menos felicidad.
-¿Qué pasa, Flor? ¿Me estás escondiendo?- le dice la colorada angustiada
-No, no. ¿Cómo crees? Es solo precaución- le dijo Flor muy nerviosa haciendo gestos con sus manos –Es que no quiero que nadie se meta-
-Pero nadie se va a meter si vos no querés que se metan- le dijo Jaz muy seria
-¿Qué pasa?- dijo dándose cuenta de su cara
-Nada- sonriendo irónica –Que estás nerviosa-
Flor se comenzó a golpear el pecho de lo nerviosa que estaba. Al verla en ese estado Jaz le agarró bien fuerte las manos para evitar que continuara golpeándose y haciendo que quedaran una frente de la otra. Al sentir la cercanía Flor suspiró –Flor, si yo te hago mal… me voy – le dijo Jaz muy cerca de sus labios
-¿Cómo me vas a hacer mal?- dijo Flor sin apartar la vista de su boca
-Es que antes no ponías tan nerviosa conmigo- le dijo Jaz angustiada
-Es que antes no estaba loca por vos- le dijo Flor
  Sin aguantar más Flor se olvidó de sus miedos y le dio el beso que tanto había estado deseando volver a darle. Apretó bien fuerte su cara contra la suya, mientras Jaz sostenía su cintura.
Tras un largo y necesario beso estas se separan. Flor avergonzada por su actitud se limpia el labial corrido, mientras que Jaz trata de recuperar el aliento
-Jaz, yo te quiero como nunca quise a nadie en el mundo. Y todo lo que te dije lo siento de verdad- dijo Flor llorosa
-Ya sé- dijo bajando la cabeza
-Y cuando no estoy con vos siento como que no puedo, me paralizo. Pero cuando estoy con vos tampoco sé si puedo- le dice Flor
  Jaz se queda unos segundos observándola en silencio sin decir una palabra por lo cual Flor se pone muy nerviosa –Quiero cuidar lo nuestro- le dice Flor para finalizar su confesión
-¿Lo querés cuidar o lo querés ocultar?- le preguntó Jaz muy seria
-No, no, no. No lo quiero ocultar. Es que todo es muy complicado para mí- le dice Flor
-Yo entiendo lo complicado que es para ti todo esto. Lo sé, yo también pasé por todo esto. A mí ya no me importa pero veo que a ti sí y mucho- le dijo Jaz
Flor ante sus palabras agachó la cabeza y la colorada siguió hablando -Flor, yo quiero que vos sepas que yo no te quiero obligar a nada, ni quiero que vos te obligues a nada- con los ojos llenos de lágrimas
-Yo no me obligo a nada, te lo juro- le dice la morocha desesperada
-Es que no funciona así. Como que el amor no cuesta tanto- le dice Jaz con la voz quebrada
Flor la mira llena de miedos, sinceramente le dolía no poder hacerle cara a la situación, no poder hacer lo que le dictaban sus pensamientos –No, me digas eso- le suplicó
-Es que estás preparada para que te diga otra cosa- le dice Jaz colocando con mucha ternura su mano sobre su mejilla y se fue
  Flor sintió como si su alma se fuera con ella. Realmente no la quería perder pero tampoco sabía si sería capaz de tenerla.
Cayó la noche y en la cocina todo había concluido. Jaz recogía las cosas para irse de una vez a su casa y acabar tal agotador día. En ese momento entró como una veleta Flor por la puerta.
Jaz abrió los ojos sorprendida, mientras que Flor aliviada trataba de recuperar el aliento para hablar
-Ah, qué suerte que no te fuiste- dijo Flor con una amplia sonrisa
-Estaba a punto de irme – le dijo Jaz mientras se zafaba el delantal
-Perdón-
-¿Perdón por qué?- preguntó Jaz confundida
-Porque si tardaba más no iba a llegar y vos te ibas a ir y no me lo hubiese perdonado jamás eso- nerviosa
Jaz se le quedó mirando en silencio tratando de descifrar sus intenciones -¿Pasó algo? ¿Necesitas algo?- curiosa
Flor comenzó con pequeños tics de lo emocionada que estaba –Si, que te quiero pedir algo-
-¿El qué?- preguntó la colorada
-Si…- tomó aire- ¿Si no te querés quedar a dormir acá conmigo?-
Al oír esto los ojos verdes de la colorada se abrieron hasta no dar más de sí. Estaba realmente sorprendida, en ningún momento pensó que de la boca de Flor pudiera salir esa pregunta… no tan pronto
-¿Estás mal?- preguntó preocupada
-No, no. Justamente todo lo contrario. Estoy bien ¡MERLUCERA!- dijo nerviosa
-Me encantaría, en realidad me encantaría…- dijo Jaz con un poco de melancolía en su respuesta
-¿Pero?- dándose cuenta de que su respuesta no sería el sí esperado
-Es que no quiero levantarme a la madrugada y tener que esconderme por los pasillos como si fuera una chorra para ir a buscar un vaso de agua- dijo Jazmín muy seria, poniendo a prueba a la morocha
-Umm, no claro. No sos una chorra vos- dijo Flor sin entender la prueba
Soltando una triste sonrisa Jazmín apoyó su cara sobre sus manos y miró fijamente a Flor –Me hubiese gustado que me digas que no me tendría que esconder por los pasillos – Sus ojos mostraban una gota de esperanza de que Flor reaccionara pero no fue así
-Sí, pero eso no puedo- le contestó Flor bajando la cabeza, la morocha aun no estaba lista para asumir lo que conllevaba este amor
Al ver su reacción Jaz se reincorporó y se alejó un poco de ella. Muy seria y con una gran tristeza en su mirada le dijo –Yo tampoco puedo así, Flor-
Ya Jazmín había pasado por esto y no quería volver a cometer los mismos errores del pasado. Ella ya no estaba dispuesta a esconderse.
-¿Te ofendiste?- le preguntó Flor preocupada al ver la cara de la colorada
-No, no. De hecho, me encantó tu propuesta… Pero así no- le dijo Jaz quitándose el delantal y dándole un beso en la mejilla, para luego marcharse.
Una vez sola, Flor se sentó a pensar. Estaba molesta consigo misma ¿Por qué no era capaz de asumir lo que le pasaba? Era clarísimo que ella amaba a Jazmín, estaba loca por ella, pero por otro lado tenía un miedo terrible a ser juzgada. Florencia había tratado toda su vida ser normal, pero ahora con estos sentimientos y todo esto que le pasaba con la cocinera se le hacía imposible. Se moría de miedo de volver a ser juzgada.
  Ella sabía que debía hacer frente a esos miedos antes de que fuera demasiado tarde y perdiera a Jazmín.




Tú eres para mí (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora