Daniel me toma todo el rato de la mano y me da besos.
Nadir y Nina están igual de cariñosos.
No puedo evitar sentir celos.
No puedo estar aquí.
—Voy a tomar un poco de aire—me disculpo.
—Tú te quedas aquí—me ordena mi madrastra con mala cara, la cual cambia enseguida para disimular—cariño, no me hagas quedar mal ante los invitados.
Miro a Nadir, y ése está mirando de manera extraña a mi madrastra.
YOU ARE READING
Enamorada de un hombre casado
Short StoryMi madrastra tiene razón, soy una mala persona, una pecadora. Pero Dios, ¿Cómo hago para evitarlo?