Yo creo que me probé ya diez vestidos y no me decido por ninguno. Dimos vueltas por casi todo el centro comercial y nada, no hay ninguno que me llame suficientemente la atención.
Pobrecito Nadir, estará cansado. Nunca más saldrá de compras con una chica.
Además no lo obligué. De hecho prácticamente me obligó él a mí.
—¿En qué estás pensando, eh?
—¿Uh?—frunzo el ceño.
—Siempre estás pensativa, creo que el 90% de las cosas que piensas no las expresas, deberías hablar más. ¿Sabes?
Me rasco el cabello—¿Clases de moral?
Sonríe—No, solo...habla más.
Nos quedamos unos segundos sin decir nada, hasta que entramos a una tienda, hay varios vestidos elegantes y bonitos.
Elijo varios para probar, hasta que veo uno que me enamora.
—Este.
YOU ARE READING
Enamorada de un hombre casado
Short StoryMi madrastra tiene razón, soy una mala persona, una pecadora. Pero Dios, ¿Cómo hago para evitarlo?