Enamorada de un hombre casado

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Después de una semana ya consigo ir otra vez a clases, he faltado muchos días. Tengo que estudiar mucho y hacer los ejercicios que tengo atrasados.

Tengo que sacar buenas notas para que acepten mi solicitud en alguna universidad.

Salgo de clase y comienzo a caminar en dirección a la biblioteca, ahí podré trabajar con más tranquilidad. Pero a mi izquierda veo que se detiene un coche, y mi corazón me obliga a mirar.

Mi bello Nadir.

Él baja del coche y yo me detengo.

—Hola—le saludo con una sonrisa, hacía tanto que no le veía.

—Hola, ¿cómo estás?—sonríe.

—Bien, ¿y tú?

—Bien. ¿Quieres que te lleve a casa?

Niego con la cabeza—Voy a la biblioteca, tengo muchísimo trabajo.

—Entonces te ayudo. ¿Quieres?

No digo nada.

—Déjame ayudarte, dos son mejor que uno. ¿No?—sonríe.

Qué sonrisa tan bella.

—De acuerdo—sonrío—la verdad es que lo necesito.

—Genial—me alborota el cabello.