Capítulo extra

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Capítulo largo

Nadir

No estoy seguro de que esta sea la puerta por la que llegará Lara, solo quedamos en que la recogería en el aeropuerto. Me puse feliz cuando me dijo que al fin iba a regresar.

Hace ya un mes y medio que se graduó, yo estuve, no podría faltar a la graduación de mi novia. A esta no.

Además Londres se ha convertido en mi segunda casa, he estado aprovechando cada semana libre que tenía, fui en Navidades y la última vez fue en su graduación.

Ella estaba muy hermosa. Lara es hermosa.

Pero no quiso regresar enseguida, quería tiempo para despedirse de sus amistades, nunca en su vida tuvo amigos, y los consiguió en el extranjero. Y ahora debe despedirse de ellos.

El sonido de mi móvil me interrumpe de mis pensamientos, es Lara, descuelgo—¿Aló, amor?

Hola—su voz suena apagada.

—¿Qué ocurre?

Es que...perdí el avión, lo siento, me quedé dormida y...joder, en serio lo siento.

—¿Es en serio?—la alegría y las ganas con las que llegué a recibirla desaparecen.

Sí, perdón, veré qué puedo hacer. Te prometo que nos veremos muy pronto—estoy un poco desanimado, tenía tantas ganas de verla hoy y ya.

—No importa, tú tranquila.

¿Estás enojado?—su voz suena muy tierna.

—¿Cómo enojarme? No. Solo estaba loco por verte ya—admito.

¿Ya no lo estás?

—Lo estoy, Lara. Pero mejor busca forma de conseguir otra fecha ya. Yo me voy a casa.

¿Sin mí?

—¿Qué?

Me gustan los pantalones que llevas, amor, pegan con la camiseta blanca.

¿Qué? Enseguida me doy la vuelta y la veo ahí, de pie mirándome, con una sonrisa de "no me mates", con una sudadera rosa y un short que le quedan bastante bien.

Antes de que yo reaccione, veo a Lara corriendo hacia mí, es como si pudiera verla llegar a cámara lenta. Su cabello moviéndose de un lado para otro. Es tan bella.

Y está aquí. No perdió el avión.

Cuando finalmente llega hacia mí yo la abrazo muy fuerte, su olor se introduce por mis fosas nasales, me encanta como huele. Nos miramos a la cara, pongo mis manos en sus mejillas y atraigo su boquita hacia la mía.

Oh Dios.

Sus labios: el mejor sabor del mundo.

—Voy a matarte—digo sobre sus labios y siento los suyos curvarse en una sonrisa.

—No lo harás—me mira.

Pongo mi mano en su mentón—lo haré—ella frunce el ceño—a mi manera—añado con una sonrisa pícara.

—¡Oh Dios!—abre los ojos y se ríe—Nadir, puede oírte alguien.

Me río al notar lo roja que se ha puesto. Me encanta su timidez, me atrae.

—Dame eso—le cojo la maleta—nos vamos a casa.

—Al fin veré nuestra casa, qué emoción.

***

—Es mejor de lo que parecía en las videollamadas—Lara va en dirección al baño, continúa observando y yo voy tras ella—es perfecta, amor.

Enamorada de un hombre casadoWhere stories live. Discover now