Cuando me despierto, Daniel ya no está en la cama, menos mal.
La cabeza no para de dolerme, me levanto para darme una ducha.
Voy al baño y, mirándome al espejo, me desnudo. Y al ver tantos moretones en mi piel, me entran escalofríos.
¿Qué es todo esto?
Hace dos semanas que Vera no me pone una mano encima, y tampoco tenía tantos moretones.
¿Qué es todo esto entonces?
Me doy la vuelta para mirar en mi espalda, y hay todavía más moretones.
La piel se me pone de gallina. ¿Es de eso de lo que no me acuerdo? ¿Por esta razón dijo Nadir que me encontró tirada en el suelo?
Maldita memoria.
YOU ARE READING
Enamorada de un hombre casado
Short StoryMi madrastra tiene razón, soy una mala persona, una pecadora. Pero Dios, ¿Cómo hago para evitarlo?