—¿Quieres que vaya paseando como si no tuviera mil exámenes muy pronto? De esos exámenes depende que me gradúe o no, Daniel, y si no entiendes eso es porque no me quieres como dices.
Consigo hablarle y sacar parte de lo que siempre he querido decirle, pero sin elevarle la voz, no me atrevería a llegar a ese punto.
—Está bien, te dejo estudiar si es lo que quieres. ¿Pero cuando acabes los exámenes saldremos por ahí?
No quiero ir a ninguna parte contigo, Daniel.
—Puede que sí.
Él sonríe—perfecto, amor—me da un beso rápido en la boca—mira que incluso hago estupideces por ti, te acompaño caminando porque sé que te gusta, a pesar de haber traído el coche.
—Uy sí, qué amor—digo con sarcasmo.
No sé si lo pilla, solo lo oigo reírse.
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Enamorada de un hombre casado
القصة القصيرةMi madrastra tiene razón, soy una mala persona, una pecadora. Pero Dios, ¿Cómo hago para evitarlo?
