Enamorada de un hombre casado

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Otra vez Nadir decidió acompañarme a la biblioteca, quiere ayudarme.

Está muy atento conmigo.

Me encanta tenerlo cerca.

—Nadir...—digo su nombre, procurando no elevar la voz.

—Dime, Lara—sonríe levemente.

—¿Qué pasó exactamente para que me despertara en un hospital?—pregunto, me molesta no recordar nada todavía.

—El doctor dijo que no debíamos forzarte—me responde, la preocupación es evidente en su cara.

—Ya, pero necesito recordar ya—no dice nada—tengo...graves moretones por todo el cuerpo—añado.

Él me mira, noto como la piel se le pone de gallina—no te mereces esto—se alborota el pelo—no te mereces nada de esto.

—Vera me pegó, ¿verdad?

Al principio no me responde, pero después asiente lentamente—Sí, te encontré tirada en el suelo, no te puedo explicar lo que sentí al verte así.

Oh!