Día 9, semana 2.

3.8K 632 60
                                    

     Ayer había sido un día totalmente de locos. El chico que se presentó como "mi novio", sólo le había dado tiempo de eso, de presentarse. Pues el tiempo de visitas se había terminado. Y desde que se fue, tenía una revolución de pensamientos.

     «¿No era Jin mi novio? ¿Dónde está Jin? ¿Por qué mis padres dicen que el desconocido es mi novio? Entonces, si ellos lo dicen, ¿lo es? Pero ¿Qué sucede con Jin? ¡¿Dónde demonios esta Seokjin?! No puedo tener dos novios... ¡¿Quién es el jodido mentiroso?!» miré a mis padres.

     Ambos habían llegado temprano. Yacían sentados en el sillón que había en la habitación, riéndose entre ellos de algún programa en la televisión. Al parecer mi madre sintió mi mirada en ellos porque me miró curiosa.

     —¿Ocurre algo, hijo?

     Apreté el agarre sobre el lapicero en mi mano. «¿Dónde está Seokjin?» tenía la tentación de preguntar. Él fue quien los llamó. No podía estar mintiendo, realmente los conoce. Pero, el descocido también parecía conocerlos, y bastante. Los había llamado suegros.

     Así que ahora tenía miedo de preguntar por Jin.

     —Buenos días.

     Y hablado del rey de roma. El mismo chico de ayer venia entrando sonriente a la habitación.

     «Oh. Wow» pensé al verle.

     Seokjin era muy atractivo, sin embargo, el desconocido, si bien era la segunda vez que lo veía, eso no fue impedimento para que me hiciera babear.

     «Pero ¿¡cómo no hacerlo si vestía de nuevo esa condenada chaqueta de cuero y esos condenados pantalones entallados que lo hacían ver condenadamente sexy, eh!?».

     —Bueno, nosotros iremos por cafés —dijo mi padre colocándose de pie.

     —Oh, ¿Por qué se van suegros? —inquirió mi supuesto novio.

     Mis padres no contestaron, y pasaron de él para salir. La sonrisa del pelinaranja creció y camino hasta quedar de pie a pocos centímetros de mi camilla.

     —Hey, cariño, ¿Cómo has estado? Perdón por no haber venido antes. Mi manager no me dejaba. Pero bueno, lo importante es que ya estoy aquí.

     Y sin tenerlo previsto, el pelinaranja colocó una mano en mi mejilla y la acarició. El simple toque hizo que mi piel se erizara.

     Al no poder contestar por estar aun asimilando que me estaba acariciando, él me sonrió con ternura. Pero esta vez sus ojos se hicieron dos medias lunas.

     —El médico me han contado de lo de tu pérdida de memoria. No te preocupes, haré que me recuerdes.

     «Santa madre de dios» pensé cuando le vi morderse el labio inferior.

     —Empecemos primero con que soy tu novio, Taehyung. Y que mi nombre es Park Jimin, ¿de acuerdo? Recuérdalo muy bien Taehyung, sino te castigare —me guiñó un ojo.

     «Oh mi dios...».

¿No me recuerdas? || VharemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora