Día 25, semana 4.

2.9K 482 119
                                    

     Ya había pasado una hora desde el comienzo de visitas y Min Yoongi no aparecía por esa puerta. Aunque los días anteriores desde que llego tampoco fue muy puntual que digamos.

     Y como si lo hubiese invocado, ingreso a la habitación quitándose el cubrebocas negro.

     —He llegado

     «¿Apoco? Si no me dice ni en cuenta».

     Casi le viro los ojos.

     En cambio, decidí observarlo. Comenzaba anotar que el mayor prefería vestir de colores oscuros o simples. Lo que hacía resaltar más el color de su piel por tales contrastes. Hoy portaba una gorra negra, pantalones del mismo color y una camisa de vestir igualmente negra con las mangas largas remangadas y los dos primeros botones. Se veía condenadamente bien. Sus estilos de vestir hasta ahora eran casuales, tan sueltos que solo lo hacía ver más sexy.

     «¡Te demandare, Min Yoongi! ¡Por vestir así!».

     Y ni hablar de su cabello. Amaba su color verde aqua, una lástima que él lo cubriera con su gorra.

     —Siempre llegas tarde, ¿Por qué?

     No quise sonar como reclamo, pero... ¡Tengo que darme a respetar aquí en mi papel!

     —El trabajo.

     Jaló la silla y se sentó junto a mí, suspirando al hacerlo.

     —¿De verdad?

     —La verdad no —murmuró colocando su mano en mi rodilla—, las sabanas se me pegan. No acostumbro levantarme temprano.

     Bufe. —No me sorprende.

     Él me daba esa impresión. Su forma acompasada al hablar e incluso en el de moverse.

     —Pero deberías llegar puntual, se supone que soy tu novio y deberías estar preocupado por mí.

     Yoongi me sostuvo la mirada después de leer lo que le había escrito.

     —Tienes razón. Soy tu novio.

     La última parte que dijo me hizo asentir un poco vacilante.

     «¿Pues si no?».

     —Te quiero mañana puntual —refuté.

     Y para mi vergüenza hasta creo que hice un puchero.

     —Hare un esfuerzo.

     Alce una ceja y me dieron ganas de lanzarle mi libreta en manos, su actitud me resultaba de lo más inentendible, pero tome aire y decidí preguntar:

     —¿Por qué dices que no acostumbras a levantarte temprano? ¿Es que no trabajas?

     —Tengo una firma de arquitectos.

     —Oh, eso es increíble.

     —Lo es. Este mes unafamosa empresa está buscando cerrar trato con nosotros para la construcción desu edificio —dijo y sonreí porque había sonado orgulloso y animado.

     —Que emocionante suena eso, ¿Yo de que trabajaba?

     No pierdo nada preguntando.

     —Eras mi asistente.

     «¡¿Me metí con el jefe?!».

     —¿Te agendaba juntas y eso?

     Lo había visto en la película que vi ayer.

     —No exactamente.

     «¿Ah?».

     —Entonces, ¿Cómo?

     —Lo sabrás en su momento.

     «Pero, ¿qué diablos significa eso?».





¿No me recuerdas? || VharemWhere stories live. Discover now