Extra dos: Un día normal en la vida de Kim Taehyung.

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     Un día normal de mi vida consistía en despertar junto alguno de ellos, en este caso fue con Yoongi, regularmente me quedaba viendo el techo o los alrededores, terminándome de quitarme el sueño. Pensando en todo, pero a la vez nada.

     Sobre todo, con la habitación del pálido que no tenías con que distraerte puesto que era la más simple de todos con paredes blancas, sin decoraciones, fotos, pinturas o posters en ellas. Sólo había muebles de madera oscura y la cama con sabanas grises.

     Aunque una vez había esculcado entre sus cajones y muy en el fondo de uno de estos me topé con una foto de los dos. En ella sentado en su regazo yo sonreía incluso con los ojos a la cámara, y él por su parte estaba sonriendo mostrando sus rosadas encías mientras me miraba a mí y no a la cámara. Era preciosa. Su mirada era tan suave. Y ni decir del paisaje detrás de nosotros que era como en un campo. Era la única fotografía que había visto de ambos juntos puesto que a Yoongi no le gustaban las fotos.

     Sin embargo, yo sí que tenia de él, muchas reveladas puesto que, explorando igualmente en mi habitación meses atrás encontré una caja mediana de cartón en mi armario con cientos de fotos adentro de todos claro, pero llamándome la atención que las del pálido, en la mayoría sólo salía él y parecía que fueron hechas a escondidas.

     Pasando a otro tema, en cuanto a la limpieza... Yoongi tenía "limpia" su habitación porque no hacía nada. No sé si me entiendan, porque si ibas a su despacho en el departamento, verías sobre que te hablo. Pues dicha oficina era un desastre. Hojas, carpetas, reglas, lapiceros y planos por todas partes, incluso en el piso, ya que la gran mesa que tenía en su despacho que era precisamente para su área de trabajo no era suficiente de tantas cosas que tenía sobre ella. Ah, pero si intentabas mover las cosas para ordenar, aunque sea un poco, Yoongi te regañaba con que no tocaras nada.

     Suspiré. Y decidí que era ya momento de levantarme para comenzar el día. Alejarme de Yoongi no era ningún problema, era de sueño pesado.

     Pero lo curioso empezaba aquí.

     Deje de abrazarlo, porque sí, yo dormía abrazándolos, aunque cuando lo abrazaba a él, el pálido no me regresaba el abrazo.

     Pero espera lo curioso no terminaba aquí.

     Ya en el baño, me cepille los dientes, el cabello y me lave la cara. Para cuando salí del baño adivina quién ya estaba despierto con el ceño fruncido.

     Sí, exacto. Yoongi. Ese hombre que parecía más un anciano orgulloso, a veces malhumorado, demandante, directo y que muchas veces parecía que no le importaba nada, tanto así que me daba la imagen que no me quería. Pero todos sabemos que en realidad no era nada desinteresado.

     —¿Qué haces ahí? —gruñó con la voz ronca—. Ven a dormir.

     Por poco me convence al verle sólo con uno bóxer negro y una camisa blanca muy holgada. Cabe decir que yo estaba en el mismo estado.

     Sonreí, mordiéndome el labio y negué con la cabeza.

     Él chasqueó la boca, volviendo a acostarse. —Has lo que quieras.

     Y casi me rio ahí mismo, porque ya cuatro meses desde que llegue a casa me había acostumbrado a su manera de ser, en vez de herirme me causaba gracias porque sus "insultos" no eran más que su manera torpe de decirme que me quería... Extraño, sí. Pero vamos, que Yoongi es... Yoongi.

     Salí de su cuarto, caminé descalzo por el pasillo, pasando todas las habitaciones porque la de peliazul era la última, hasta llegar a la cocina para ayudar a preparar el desayuno. Hoy le tocaba a Hoseok.

¿No me recuerdas? || VharemWhere stories live. Discover now