Día 28, semana 4.

2.8K 481 83
                                    

     Bien. Ahora miraba a Yoongi de otra manera. Mas especial suponía. Me gustaba su forma simple e indiferente de ser, el cómo hablaba, el cómo su voz me relajaba, el cómo me ayudaba a levantarme sin soltarme, el cómo no se alejaba de mí, el cómo me prestaba mucha atención a pesar de que parecía a veces desinteresado, el cómo sus comentarios sarcásticos ahora me daban gracia y sobretodo me gustaba el color de su cabello. 

     —¿Por qué verde aqua?

     Era el único color vivo en su persona, de hecho, me llamaba la atención que no fuera negro.

     El pálido recargo su mejilla contra su puño.

     —Perdí una apuesta.

     —¿Contra quién?

     —Contra ti.

     Eso me tomo por sorpresa, pero termine riéndome. Me reí mucho en realidad de regodeo.

     «¡Toma eso, Gasparin!».

     —Te gane.

     Yoongi por su parte me veía con una ceja alzada pero divertido.

     —Te deje ganar.

     Bufé y rodé los ojos, pero al final sonreí.

     —¿Qué apostamos?

     —Tú desde hace tiempo habías estado queriendo convencerme que me tiñera el cabello de tu color favorito, pero yo no quería, así que hicimos esta apuesta de bebernos un vaso con pan, aceite, sal, pimienta, patatas fritas, vinagre, un pedazo de pata de pollo y una croqueta disueltos en agua.

     Puse una cara de asco y Yoongi rio al verla.

     —Esa misma cara pusiste ese día.

     —Es que eso es demasiado asqueroso de sólo imaginarlo. ¿Enserio me lo tome?

     Asintió con un movimiento de cabeza y no podía creerlo. Tenía el estómago revuelto.

     —Realmente querías lograr tu objetivo. Eres terco —negó con la cabeza robándome una sonrisa—. El caso es que si tu ganabas obviamente me iba a teñir, pero si ganaba yo tú te ibas a rapar. Amas tu cabello. Incluso una vez lo mantuviste largo que de lejos pensé que eras una chica sino fuera porque vi tus hombros y creciente barba.

     —Eres un idiota. Debí de verme sexy.

     —Claro, más cuando te hacías colitas —sonrió.

     Se me escapo una risa.

     —Me hubiera gustado recordar todo eso.

     Incluso quería recordar la cara que puso él al verme acabar ese vaso. Mi sonrisa vaciló un poco al no poder.

     —Haremos nuevos recuerdos. No tienes de que preocuparte.

     Le miré. Yoongi siempre sabía que decir en el momento exacto, como si pudiera leer mi mente y lo agradecía tanto. Me regresaba esa paz que a veces se me escurría por los dedos. A veces me recordaba a Jungkook.

     «Estos tipos leen la mente. Debería tener cuidado...».

     —Aunque hay una cosa que si deberías recordar.

     La curiosidad picó de mí. —¿Sí? ¿Cuál?

     —El lenguaje de signos. Lo aprendí por ti, así que debes hacerte responsable. No lo estudie por nada.

     En vez de sentirme molesto por su comentario arrogante e incluso rozando lo insensible me causo gracia.

     Min era un novio singular. Era como rudo, pero a la vez un osito de felpa por dentro. Creo que teníamos como una relación amor-odio.

     —Eres un idiota —escribí.

     Él sólo sonrió.

     —Tae, tengo algo que decirte.

     Su rostro serio no me dio buena espina.

     —Habla.

     —¿Te acuerdas que te conté que una empresa estaba buscando cerrar un contrato con nosotros?

     Asentí presintiendo lo que iba a decir a continuación.

     —Pues si aceptaron, y tengo que irme un tiempo a cerrarlo debidamente y comenzar con el proyecto. No te dejaría si no fuera el jef...

     Yoongi siguió hablando, pero mi mente ya estaba en otra dimensión.

     Solté un suspiró. Él también se iba.

     «Pero que novios tengo, eh» pensé con sarcasmo.


¿No me recuerdas? || VharemWhere stories live. Discover now