Epílogo.

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     ¿Alguna vez te has despertado sin tener ni la más mínima idea de dónde estás? Sin saber qué día es, en que planeta estas, si tu perro comió o si el vecino se lo robó.

     ¿No? ¿Nunca te ha pasado?

     Bien, pues a mí me paso. Y ahora no estoy seguro si deseártelo o no.

     Ya que, en mi caso, me fue bien. Pff, que digo bien... ¡Me fue requetebién!

     Tenía seis novios que me amaban y yo a ellos, pero lo mejor de todo esto es que no les era infiel. Aun había cosas por entender de esta relación, pero a la vez no. No sé si me entiendan. Es como... el amor es amor, y amarnos es lo único que importa. ¿Qué importan las etiquetas? ¿Quién dijo que una relación amorosa sólo debe de ser dos personas?

     Pero bueno, por otro lado, por fin estaba en casa.

     Me habían dado de alta hace pocos días. ¡Ya podía caminar! Así que yacía en este gran departamento. Porque sí, los siete vivíamos juntos. Cada uno tenía su habitación e incluso yo, aunque según ellos me contaron yo rara vez la ocupaba.

     El departamento era muy grande, bonito y alengua se notaba que ganaban bien con elegantes muebles o decoración, una gran sala, comedor y cocina, cada habitación con sus baños, incluso había una terraza, y además había despachos de trabajo. Como el de Yoongi, el de Jungkook y el mío.

     Todo era perfecto. Me encantaba.

     ¿Cómo iban las cosas con ellos? De maravilla.

     Me trataban como tan amor que yo me sentía en una burbuja. Tan atentos, serviciales, cariños y protectores.

     Descubrí y conocí muchas cosas de ellos, la casa estaba repleta de recuerdos. Si bien en las paredes no había retratos o fotografías colgadas, en ciertos puntos de la casa, como mesita de la sala o en sus propias habitaciones y despachos había marcos con ellas. Incluso una simple vasija a la vista tenia historia, pues un día atrás Seokjin me había narrado la historia de cómo había llegado a mis manos.

     A veces me entraba melancolía mientras pasaba mi mano por las paredes, tratando de hacer memoria de las risas que habían hecho eco en ellas o intentando rememorar el día que decidí el color en que se pintarían ya que Namjoon me había dicho la anécdota de ese día, diciendo que yo casi agarro de las greñas a la diseñadora de interiores cuando yo exprese el color en que las quería más sin embargo ella lo negó señalando que no combinaban, y ya se lo imaginaran, yo siempre terco nunca interco.

     Pero regresando al tema principal, por otra parte, estaba satisfecho. Es como si mi yo inconsciente supiera que ese era mi lugar. Estar rodeado de ellos. Susurrándome de que no me preocupara por perder mis vivencias del pasado.

     Así que, en vez de deprimirme, comencé a vivir el presente. Además, los seis habían propuesto cortejarme. Yo no me negué. Estaba saltando de alegría por ello.

     ¿Y quién no lo estaría, eh?

     Desde que llegué a casa Namjoon, Hoseok, y Jimin permanecía a mi lado todo el día desde que despierto a diferencia de los demás, puesto que el primero no estaba de servicio y los dos últimos no tenían agendas programadas por ahora. Yoongi por su parte junto a Seokjin regresaban del trabajo en la noche. Y Jungkook quien, si bien estaba en el departamento, permanecía en su despacho saliendo a veces acompañándonos en el comedor cuando era la hora de comer, pero muchas ni salía de ahí.

     ¿Dónde dormía? Los primeros días en mi habitación, pero vamos que no me podía resistir a estos hombres que me hacían babear con sólo verles respirar. Por lo cual a veces dormía con Namjoon, otras con Yoongi, y así con cada uno, en realidad no había un orden en específico. Pero eso sí, cuando descansaba con Hoseok o Jimin era un peligro...

     Lo mismo ocurría con la comida o incluso con la limpieza, cada quien hacia su parte o sé dividían los días, aunque esta última de la limpieza lo hacia una agradable mucama mayor que llegaba los fines de semana.

     Ya saben, uno que es rico.

     Casi salto de mi piel cuando el teléfono de casa sonó en la sala. Salí de la cocina dispuesto a tomarlo, pero no alcance a descolgar antes de que sonara el buzón de voz.

     —Oye, Chim —una voz femenina vino del teléfono—. Mamá y papá están pregunte y pregunte de cuando vendrás a visitarnos, así que más te vale venir pronto. ¡También deberías venir a conocer a tu segunda sobrina!

     —Está loca —Jimin se rio a mi espalda y me abrazó la cintura apegándome a su pecho—, ¿Qué haces despierto tan temprano, cariño?

     Me giré. —Tenía hambre.

     Había escapado de los brazos de Jungkook para ir a pellizcar algo en el refrigerador.

     La risa del pelinaranja llenó la sala.

     —¿Quién era?

     —Mi hermana menor. Sólo que... desde que nos mudamos perdimos un poco el contacto.

     Hice una mueca triste.

     Ni con ellos podíamos ser honestos.

     —¿Quién más de ustedes tienen hermanos?

     —A parte de ella, tengo dos hermanos menores más, Namjoon tiene un hermano mayor, Yoongi igual y una hermana menor, Hoseok tiene tres hermanos mayores, Jungkook y Seokjin son hijos únicos al igual que tú.

     —Mm... ¿Iras a visitar a tu hermana?

     Vaya, nunca terminara de descubrir sobre ellos.

     —Probable, ¿quieres ir? —se acercó a mi oído para susurrar—. A mi familia le encantas igual que a mí.

     —Yo le encanto a todo mundo.

     Se rio en mi cuello generándome cosquillas.

     Pero se separó y me miró con algo en los ojos. —Tae.

     —¿Sí?

     —Tú ahora eres mi familia, no te preocupes por eso —con una sonrisa ladeada, me besó la mejilla—. Así que ve a dormir, niño travieso.

     Aww. Lo miré encandiladamente, regalándome una sonrisa de tonto antes de asentir y encaminarme a la habitación de Jungkook zumbando de júbilo. Creo que hasta salte. Amaba esto.

     Al entrar en silencio y de puntistas, esta seguía en la penumbra la tener las cortinas oscuras cerradas impidiendo la entrada de los primeros rayos del sol.

     Fue fácil llegar a los pies de la cama puesto que el pelinegro era más ordenado que saber qué. Subí con lentitud para no despertarle y me acosté, cubriéndome con las sabanas negras a su lado tratando de dormir nuevamente. Pero casi grito cuando sus brazos me rodearon y me acercaron más a él. Busque su rostro preocupándome que lo haya despertado, pero sus parpados yacían cerrados, y su respiración en cuestión de segundos volvió a ser profunda.

     El pensamiento de que incluso entre sus sueños me buscaba me mato y me hizo revivir cien veces.

     Suspiré ensoñadoramente. Bueno ahora cuando despierte tendré la certeza de que estoy con los amores de mi vida, que mañana es lunes, que estoy en planeta tierra, y que no tengo perro.

¿No me recuerdas? || VharemWhere stories live. Discover now