Día 49, semana 7.

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     Dislocada me quedaría la mandíbula de tanta que la tenía abierta aun de la incredulidad. No sabía que era realmente lo que estaba pasando.

     —¿Es broma no?

     Intente buscar algo en los rostros de cada uno de ellos que demostrara que me estaban vacilando, pero no. Estaban serios.

     Seokjin tomó mi mano. —No lo es. Todos aquí somos tus novios.

     «¿Neta me lo juras?».

     —Es que es imposible.

     Jimin sonrió y ladeo la cabeza. —¿Qué es imposible, Taetae?

     —Tener... tener seis novios. Es...

     —¿Enfermo? —Jungkook habló sin emoción.

     «¿Eh?».

     Si bien me parecía muy extraño no me era enfermo. No se le hacía daño a nadie, ¿no?

     —No yo...

     —Vamos, dilo —alentó el pelinegro—. La mayoría de la gente lo piensa.

     En su cara no mostraba alguna expresión, pero si veía sus ojos, encontraba... dolor. Y me di cuenta de lo que realmente pasaba. Jungkook tenía miedo a que yo les rechazara.

     «Ay, dios...».

     —Pero yo no pertenezco a esa mayoría.

     Los ojos de Jungkook brillaron.

     —Tae, sabemos que esto puede parecerte singular... —Namjoon se rascó la nuca—. Lo entendemos, pero danos la oportunidad de demostrarte que lo nuestro funciona.

     —En el pasado funcionaba, ¿Quién dice que ahora no? —preguntó Hoseok con optimismo.

     Sonreí repentinamente sabiendo que todo está bien. Que eso era lo correcto.

     Pero un pensamiento arruino mi paz.

     «Es que yo antes tenía sentimientos por ellos, pero ahora... los he perdido. La amnesia podría ser temporal, pero ¿y si no?».

     —Sí no te sientes a gusto estas en todo tu derecho de terminar con nosotros —dijo Yoongi.

     Un silencio se asentó en la habitación. Esperaban mi respuesta.

     «¿Terminar con ellos?».

     Ellos me hacían sentir bien. Especial. En ningún momento que tuve con alguno de los seis me sentí incómodo. Y pensándolo ahora me di cuenta que, al contrario, mi corazón se agitaba cuando estaban a mi alrededor. Protegido. Querido. Cuidado... En casa. El sólo imaginarme el alejarme de alguno de los seis e incluso de todos, mi pecho se encogía de cierto dolor.

     —¡No! Yo... yo les quiero.

     Mis mejillas se tornaron de rojo al ver que les tome por sorpresa con mi confesión.

     Quizás ahora no podía utilizar la palabra amor, pero tampoco podía ignorar el susurró de mi corazón señalándome que sentía algo por ellos.

     —¿Nos quieres? —inquirió Jungkook.

     —¿A los seis? —le siguió Namjoon.

     Asentí abochornado.

     —¡Amor, nos quieres! —Jimin gritó de gozo.

     Y corrió a cargarme con euforia a lo que no paso mucho para que Hoseok también se uniera. Termine siendo alzado por ambos.

¿No me recuerdas? || VharemWhere stories live. Discover now