Sesenta y dos

6.7K 1K 1.1K
                                    

Mirar a Antonio desesperado con un anhelo creciente de besarme, de tocarme y notarlo completamente empalmado, se había convertido en la razón para que nuestros encuentros se multiplicaran. Debía admitir que me gustaba alimentarme de su mirada sensual y sus manos ávidas por desvestirme. Me dejaba envolver en esa sensación agradable que era sentirme tan deseada por él.

Además, cada vez se comportaba más presto para complacerme. Ya no se reía soberbio cuando le daba órdenes de lo que quería en el sexo, poco a poco se fue doblegando. En cierta manera nos adecuamos el uno al otro. Sus erecciones eran largas, por lo que teníamos tiempo suficiente para hacernos lo que más nos apeteciera. A mí me gustaba iniciar el sexo, acorralarlo contra una pared o sentarlo en una silla y abrirle los pantalones. Él por su parte, siempre se mostraba satisfecho por retomar el control luego.

Los días fueron pasando y yo me adentré en una especie de rutina confortable. El semestre avanzaba, por lo que tomaba mis clases y salía con mis amigas. Había vuelto a escribir para las redes sociales de Natalia, a ayudarle con el contenido, videos, entre otros detalles que tenía abandonados. Volví a vagar sin rumbo por la biblioteca de la universidad, a sentarme en el césped a leer con Mu y cada vez que me apetecía iba a la casa del pintor, si él podía atenderme.

Era un arreglo cómodo para los dos. A veces me decía que estaba con su hijo o trabajando o dictando algún taller de pintura y lo dejábamos para otro día. La primera vez que se excusó de no poder verme me pregunté si aquello era una especie de clave para decirme que se encontraba con otra, fuese como fuese, estaba bien, él tenía una vida y ocupaciones, no siempre podía estar disponible. Coincidíamos cuando se podía. Él solía escribirme y a veces lo hacía yo.

Éramos muy prácticos, no obstante, aun así, Antonio me dedicó una mirada displicente cuando le comenté que Ramiro me había besado hacía unas semanas atrás. El tema había salido, pues tal como había sucedido en nuestro viaje a la playa, podíamos conversar animadamente por un rato largo, en especial, si teníamos una copa de vino.

Antonio hizo una mueca de exasperación y con un tono de voz que remarcaba cierta molestia me preguntó por qué lo había permitido. Lo miré confundida. Él me había hablado de alguna de las chicas con las que salía y yo nunca le había preguntado algo parecido. ¿Podían los amantes preguntarse algo así? Sobre todo, ¿cuando éramos desde lejos no exclusivos?

No le debía explicaciones, pero aun así, le conté la verdad, no lo sabía. Solo había pasado. Entonces, me preguntó si planeaba que volviese a suceder. Arrugué la cara perpleja, honestamente, ni siquiera había parado a pensar en esa posibilidad.

¿Era una posibilidad?

El modelito se había ido de viaje y entre nosotros se había establecido un agradable intercambio de imágenes graciosas. Memes de Las chicas superpoderosas y hablar tonterías como si era aceptable o no, comer pizza con cubiertos, siendo esa una de nuestras conversaciones más sustanciosas. O cuando me contaba sobre lo que había estado charlando por mensajes con su amiga María Clara.

Me daba la impresión de que aquel beso había sido algo que había sucedido y ya. A tal punto de que no me generaba una necesidad de introspección, de analizar lo que podía significar. Solo había sido un beso. Así que se lo dije sin más. Para mí lo ocurrido había sido algo sin importancia. La respuesta de Antonio fue acercarse para besarme con brío.

Su abierta actitud contrariada me recordó su naturaleza masculina. Él se acostaba con otras sin problema, pero al parecer, la misma conducta en mí, no sería bien recibida. Aun así, le agradecí que no osase decir nada al respecto. Habría sido una conversación innecesaria que provocaría una discusión y no estábamos para eso. En cambio, permitió que lo empujara hasta el sofá y se dejó hacer cuando me senté en su regazo. A fin de cuentas, de eso se trataba todo entre nosotros. Solo sexo.

A la Máxima (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora