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Jungkook llegó a la Universidad, el lugar donde más pasaba el tiempo, le gustaba mucho estudiar, la clase de historia era su preferida, las fechas, acontecimientos, las guerras y la dictadura sus temas favoritos.

El Profesor Matthew era bueno en su oficio, y al castaño le caía muy bien, no sólo por ser profesor de historia, sino por ser siempre simpático y carismático.

Se quitó los audífonos al entrar al establecimiento sabiendo lo que pasaría, en cuanto puso un pie dentro, unos fuertes brazos lo rodearon y sintió unos besos fugaces en sus dos mejillas.

Dos palabras..

Kim Seokjin.

Jungkook ya conocía a Seokjin desde hace dos años, en ese poco tiempo su lazo de amistad fue creciendo hasta poderse decir que eran mejores amigos, todos los veían siempre juntos, y como no estaban casi nunca con chicas, corrían rumores de que eran pareja.

Pero ellos sabían bien que su amistad nunca podría llegar a más, se trataban como hermanos y siempre se cuidaban, además de que Jungkook sabía que Jin estaba a la siga de una compañera unos años menor, pero nunca se atrevería a hablarle.

- ¿Por qué siempre haces eso?- preguntó el menor a modo de regaño- Me pegué en la cabeza- bufo sabiendo que a su querido amigo no le importaría mucho.

- ¿Hola? ¿Cómo estás amigo querido de mi alma?- ironizó Seokjin con un puchero, al no recibir si quiera una palabra de respuesta, le pegó juguetonamente en el brazo- A veces no se como es que somos amigos- pasó su brazo por encima de los hombros del castaño mientras este reía, los dos caminaron tranquilamente a la clase que les tocaba para que la profesora no se enojara como la última vez, cuando Seokjin se retrasó por ir al baño y el otro lo esperó.

- Respondiendo a tu pregunta, me gusta abrazarte porque puede pasarte algo en cualquier momento, no quiero pensar en que no me despedí de mi mejor amigo- sonrió haciendo que el otro también lo haga.

- No me va a pasar nada- tranquilos empezaron a subir los escalones hacia el segundo piso, no faltaban a veces las miraditas enamoradas de algunas chicas al pasar por cursos inferiores y cartas en los casilleros de los dos amigos, ya que ellos eran alumnos destacados, de alto nivel, y con una capacidad de socializar increíble, a menos de que sea con chicas.

Llegaron a su salón, C-18, al entrar todo estaba como el Viernes, los alumnos siempre en los mismos grupos, los marginados a un lado, uno que otro chico fumando en una esquina; Jungkook ya se había acostumbrado, por eso tenía miedo de que su padre, de la noche a la mañana, escogiera irse a cualquier otro lugar lejos.

- Oof! Tengo sueño- habló el castaño con un rostro totalmente achacado, Jin iba a hacer un comentario pero un compañero llegó a la mesa, le pidió unos apuntes a Jungkook quien se los dio siempre con amabilidad, luego de que se fuera Jin habló.

- ¿No pudiste dormir?- preguntó con preocupación camuflada con un sonrisa divertida.

- Exacto, estuve ocupado, además tuve una pequeña pelea con mi padre de nuevo- sonrió cansado y estresado.

- ¿Otra vez? Él debería buscarse otra persona a quien molestar- se cruzó de brazos negando con la cabeza, luego hizo como que pensaba- Ya se! En la tarde podemos hacer una salida e ir por helados, así te distraes!- la felicidad de Seokjin le dolió al castaño, ya que tenía planeadas otras cosas.

- Quizá para mañana, ya quedé en juntarme con Jimin en la tarde- sonrió y abrazó a su amigo quien ya estaba con una mala cara.

- Ese chico te saca de mi lado muy fácilmente- luego los dos rieron, pero tuvieron que parar al ver que la profesora Mala Cara había llegado.

Park Jimin, más conocido como Jimin, era amigo de Jungkook desde hace más de 10 años, la Unión que tenían era gracias a que sus madres se conocían desde pequeñas, y al reencontrarse, las dos estaban casadas ya y con un hijo.

Jimin era ya un profesional exitoso, uno de los detectives independientes más consultado en Seúl, la relación de este con el castaño era muy buena, se ayudaban y apoyaban en las buenas y malas.

Jungkook salió de sus pensamientos, viendo que la profesora ya había empezado a escribir en la pizarra, y llevaba seis ejercicios aburridos de álgebra.




















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Las horas de clase pasaron terriblemente lento para Jungkook, debido a que la profesora los había hecho trabajar como mulas; le dolía la cabeza y más encima se había llevado una retada por culpa del pelirrojo, quien quería hacerse el basquetbolista y en vez de echar un papel en el bote de basura, lo había mandado directo a la cabellera negra de la profesora, la que en ese momento escribía en la pizarra.

- Quiero ir al baño, necesito lavarme la cara- Jungkook se restregó los ojos al salir del aula, a causa del sol, ya bien alto en el cielo.

- Yo te espero en la cafetería, tengo muchísima hambre- se sonrieron, Jungkook se iba a ir pero Jin lo atrajo hacia sí y le abrazó.

Por alguna razón el castaño no dijo nada y se dejó amar por unos segundos.

- Vuelve pronto, Kookie- Jungkook sonrió entre medio del abrazo, eso parecía más una despedida.

- Tampoco voy a estar muy lejos- Jin lo miró mal- Sólo digo por si acaso- Jungkook empezó a reír por la expresión de "Arruinaste el momento" de su amigo.

- Y yo queriendo ser cariñoso, nunca lo valoran- dramatizó y se sacó una lágrima falsa- Conejo mal educado!

Jungkook rió más al escuchar el tierno apodo que su compañero le había dado desde el primer día en que se conocían.

- Ya ya, mejor anda, que sin comer te pones más raro- se sonrieron y hicieron su pequeño choque de puños.

Al caminar hacia el baño, por la mente de Jungkook pasaron muchas cosas, su padre, su querida madre, la tarde con Jimin, las peleas; todo en un milisegundo.

La teoría del castaño era que todo podía irse en sólo minutos, o bien, podías irte tu mismo.

Nunca había tenido la confianza suficiente con alguien como para contarle su tan horrible secreto: el trabajo de su padre.

Por eso se había dado cuenta de lo pasajeras que eran las cosas, la gente se aleja con cualquier punto negro en tu ficha, a nadie le gustan las mentiras.

Él esperaba que con el tiempo, ya se acostumbrara a su vida, pero las cosas a veces pueden salirse de tus manos.

Y si llegan a manos equivocadas no será bueno para nadie.

Al llegar al baño entró, como siempre evitando a las personas que ahí estaban, haciendo lo suyo. Se lavó la cara con lentitud y paciencia, tratando de pensar en otra cosa que no sea su miserable realidad.

Al terminar todo, cayó en cuenta de que se había demorado mucho, miró la hora en su reloj y ya faltaba poco para que el timbre toque, Seokjin lo iba a matar.

Salió del baño, no había casi ninguna persona fuera, todo a estarían con sus amigos, riendo felices, siempre aparentando.

Se encaminó rápido a la cafetería, le gustaba mucho caminar al lado de las paredes, se sentía más seguro. Fue ahí, en una esquina de la Universidad, en donde dobló y al instante sintió un fuerte golpe en su cabeza.

- Lo tenemos- fue lo último que alcanzó a escuchar para que su conciencia se muera y sus ojos se cierren lentamente.

" No me va a pasar nada "





























Secuestrando Corazones ▪︎Yoonkook▪︎Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora