Secuestrando Corazones ▪︎Yoonkook▪︎

41.

Jimin buscaba y buscaba, pero no encontraba el cargador de su computador, ya había pasado por su cuarto, por la cocina y el comedor, la sala, y nada.

Ya no podía estar más listo para ir a Daegu con Namjoon y Jin, lo único que faltaba era el cargador, una pieza esencial, ya que en su laptop había información importante, muy importante.

Estaba por rendirse de su búsqueda, cuando recordó algo que lo hizo caer en cuenta de todo...

Young Mi tenía la misma computadora que él.

Tocó la puerta del cuarto de su hermana menor, recibiendo un "pase" desde el otro lado. Entró rápidamente y miró a la chica, quien se encontraba tumbada en su cama, haciendo no-se-que-cosa con el celular.

- ¿Tu tienes el cargador de mi compu?- Preguntó, directo al grano.

- Ahh, si, disculpa, lo tomé cuando saliste, un amigo todavía está arreglando el mío- Rebuscó entre sus cosas y lo encontró, se lo iba a pasar, pero vió su mochila en el hombro y sintió curiosidad- ¿Vas a salir?

Jimin tomó el cargador de sus manos y le sonrió con tristeza.

- Si, voy a ir a Daegu por unos días, espero que te portes bien, revoltosa- le desordenó el cabello con cariño.

Su relación había empezado a mejorar un poco, o por lo menos ya no peleaban por cualquier desacuerdo.

- Daegu queda bastante lejos...- Pensó un rato la niña.

- Si, a más de 10 horas de aquí, pero volveré en menos de lo que te imaginas- Sonrió y le dió un beso en la frente a su hermana.

- Cuídate- Los dos se sonrieron por última vez, antes de que el pelinaranja dejara la habitación, con lo que buscaba en la mano.

Echó el cargador al bolso que contenía todo el material, desde su laptop, parlantes, audífonos  especiales, etc.

Namjoon le había mandado un mensaje de texto hace casi media hora, diciéndole que lo pasarían a buscar.

Ya debían estar por llegar, se apresuró a bajar y entrar a la cocina para despedirse de su madre solamente, pues su padre estaba en el trabajo todavía.

- Ya me voy mamá, cuídate por favor- Dejó un cálido beso en la mejilla de la mujer, quien sonrió con tristeza.

- Ve con cuidado, no quiero que te pase nada malo- Jimin sonrió, amaba a su madre, aún cuando sacaba su lado sobre protector.

- No te preocupes, tendré cuidado- le dió un último beso y en ese instante escuchó la bocina del auto de Nam afuera, ya se tenía que ir.

Salió de su hogar, encontrándose con un invierno a punto de acabar, el sol brillaba en lo alto con poca intensidad, algunas flores en los árboles frutales de los vecinos ya florecían; el pelinaranja esperaba que la primavera trajera paz y felicidad a su entorno.

"Que podamos encontrar a Jungkook"- pensó.

Entró al auto frotándose las manos, aún con sol, hacía bastante frío en el ambiente.

Se abrochó el cinturón y miró a sus amigos con una sonrisa triste.

- ¿Están listos?- Namjoon habló con seriedad, que se fue de su rostro al ver el semblante lejano de Jimin.

- ¿Y s-si fallamos?- Preguntó con miedo puro en su voz.

- Tengo la esperanza de que vamos por el camino correcto- Contestó Jin, mirándolo por el espejo retrovisor.

- N-necesitamos encontrarlo- susurró Jimin por lo bajo.

- Y vamos a encontrarlo- Nam habló con una sonrisa de hoyuelos que contagió a los otros dos.

Yendo por el rumbo correcto o no, lo iban a encontrar, no había otra opción, no había otra elección.

Jungkook aparecería muy pronto, el destino se encargaría de todo.

Ese mismo que hizo que desapareciera.

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El viento hacía que los árboles en la ciudad se estremezcan con fiereza, provocando que las personas estén abrigadas, quieran o no quieran, con bufandas y gorros de lana.

La ciudad de Daegu estaba en completo movimiento, las calles repletas de gente apurada, contra el reloj todo el tiempo.

Una señora de aproximadamente cuarenta años, caminaba por el parque, buscando con la mirada a alguien.

Vió la hora en su reloj, el cual marcaba las 4:57 p.m, su piel estaba más pálida de lo normal, a causa del frío.

Ya iban a ser las cinco de la tarde y no había rastros de la persona a la cual esperaba.

- ¿Cómo estuvo el viaje en avión?- Una persona la asustó por detrás, haciendo que casi botara el celular en sus manos.

- ¡Te he dicho muchas veces que no me asustes así!- El joven río con efusividad, pero paró al ver la mirada estricta de la mujer.

- Lo siento, lo siento, ahora si, ¿Llegaste sin problemas?

- Si, no hubo nada grave, ¿Pillaste algo que nos sirva para encontrarlos?- El joven de ojos negros penetrantes la miró con una negativa clara en su mirada.

- Aún no, pero no hay que preocuparse, los encontraremos a como de lugar- Empezó a caminar hacia cualquier parte, con los pasos de la señora detrás.

- Eso espero, confío en ti, cielo- Los dos se sentaron en una banca, con la intención de descansar.

La mujer sacó una foto vieja de su cartera, la cual estaba rota por la mitad, la otra parte la tenía una persona muy especial. Sonrió instantáneamente, recordando viejos tiempos.

En esa foto estaba su vida entera.

" Tengo la esperanza de que vamos por el camino correcto "

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Hii uwu, ¿Cómo están? Espero que muy bien.

Lo siento por no actualizar antes, pero he estado de muy mal humor y ánimo, lo que hace que mi inspiración se vaya a la mierda :D

Ahora que voy a salir de vacaciones (¡Si! Después de mil ochorrocientos años) voy a publicar más seguido, lo prometo.

La verdad yo misma me exijo mucho con mis historias en wattpad, me gusta dar todo de mi, y espero que sea valorado todo el trabajo.

Por cierto, ¿Quién creen que son la mujer y el chico? UwU pronto lo sabrán.

Besos :3

- La Pandicornio♡