3.

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La cara del rubio era inmutable, ninguna sonrisa aparecía en sus labios, simplemente manejaba, de vez en cuando mirando por el espejo retrovisor para observar al delicado castaño que se encontraba en la parte de atrás de la camioneta.

Su hermano iba al lado, como copiloto, mirando curiosamente a sus dos acompañantes.

- ¿Crees que despierte?- preguntó mordiéndose las uñas para "calmar" sus nervios.

- Ya me lo has preguntado seis veces, y por sexta vez, si, va a despertar, solamente le di algo fuerte.

- ¡¿Algo fuerte?! Casi lo matas!- la desesperación en el rostro de Taehyung hizo que su hermano lo mirara raro.

- No es para tanto- se quedó recto para no desviarse del camino- ¿Qué te pasa? Es como si no hayas hecho esto nunca- Tae se encogió en su asiento.

- N-no lo sé- se dio vuelta y siguió el trayecto mirando por la vidriera, totalmente serio.

Min Yoongi nunca demostraba su preocupación, o el amor que le tenía a Taehyung, pero en el fondo era su hermano.

Siempre sonriente, positivo ante todo, haciendo bromas para tranquilizar los ambientes.

Yoongi desde el principio le dijo a su padre que no involucrara a su hermano menor en el negocio, pero él, siempre tan obstinado y frío, había rechazado las palabras de su primogénito.

La vida nunca fue fácil, no para el rubio, quien trataba de sobrevivir cada día,sin muchas razones- cabe decir.

Nacer sin una madre, sabiendo que tenía un hermano mayor, pero que posiblemente nunca lo conocería, y por último tener un padre narcotraficante y frívolo, ¿Quién lo habría tomado mejor que él? Otra personas ya se hubieran suicidado.

La sonrisa de su rostro dejo de existir en cuanto cumplió los seis años, en ese entonces estaba jugando a las escondidas con su hermano, pero entró en un cobertizo- al que su padre le prohibía estrictamente bajar- y encontró a su padre haciendo negocios con unas personas raras, con tatuajes, armas, y lo máximo, había droga por todas partes.

No pudo salir de eso en cuanto entró al horrible cobertizo.

Luego de unas interminables horas de viaje, llegaron al lugar en donde su padre debería estar, Yoongi estacionó la camioneta y sacó de ella al chico desconocido en sus fuertes brazos.

Su padre no le dio más indicaciones que "Trae a este chico con vida" mostrándole una foto vieja y algo desgastada- sabe quien de donde la sacó.

Así que era un total desconocido.

Lo llevó con ayuda de Tae a la pequeña cabaña, para luego dejarlo en un colchón algo viejo, de una habitación estrecha.

En eso escucharon el sonido de motos llegando al lugar, su padre había aparecido ya.

El estruendo que hicieron al entrar hizo que Taehyung se asustara, su padre había llegado inusualmente contento, no como todos los días siempre amargado y enojado.

- Ahí está lo que pediste- escupió con repugnancia Yoongi, sin mirar a su progenitor.

- Pero miren a quien tengo el honor de conocer- se acercó al rostro del chico y le tomó la mandíbula, moviendola de un lado a otro- Jeon Jungkook.

Sonrió encantado, como si se hubiera ganado la lotería, luego sacó bruscamente su mano del chico castaño y se incorporó.

- Ustedes junto a Hoseok estarán a cargo de la vigilancia del chico, en cuanto despierte me llaman.

Luego se fue dejando a los dos hermanos y al llamado Hoseok solos.

- Ya era hora de que se fueran, hola chicos!- Jung Hoseok, o más bien Hobi, como le decía Tae, era amigo de los Min hace bastante tiempo, le gustaba mucho sonreír y hacer bromas, por esa razón no le caía bien el Señor Min.

Secuestrando Corazones ▪︎Yoonkook▪︎Where stories live. Discover now