25.

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Yoongi vió el cigarrillo que tenía en la mano, se consumía lentamente. Se sentía como él, sentía que en cualquier momento se desintegraria. Lo botó antes de que se consumiera completamente, sabía que debía volver adentro, donde Jungkook estaba durmiendo.

Había llegado hace por lo menos una media hora, pero no quería ver al castaño a los ojos, o quizá no podía.

Todo lo que había pasado el día anterior lo mareó, tantos sentimientos juntos, enojo, tristeza, alegría, amor...

No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de cuando alguien está enamorado. Ahora que Taehyung sabía que existía algo entre Jungkook y su hermano, molestaba cuando podía a este último. Se reía y le decía que lo habían flechado demasiado fuerte.

El viento era fresco, no hacía frío ese día, se estaba despejando desde la madrugada, Yoongi entró, debía empezar a preparar el desayuno para su rehén.

Rehén.

Ya no le gustaba esa palabra, ese concepto tan cruel, no quería seguir ahí.

Su padre le había ofrecido muchas veces algo de droga para que olvidase todo lo que pasaba a su al rededor, pero nunca aceptó, la verdad es que ya la había probado mucho antes, pero no siguió consumiendo.

A veces lo pensaba, drogarse para olvidar, no siempre parecía mala idea.

El rubio entró a la habitación tratando de no hacer mucho ruido, pero se dio cuenta de que el castaño ya estaba despierto.

Ni siquiera lo miró a los ojos, simplemente pasó rápido hasta llegar a la mesa, sacó la comida y la preparó en silencio. En ese instante se acordó del día anterior, de las palabras y miradas de Jungkook mientras hacía lo mismo.

Sonrió sin que el castaño viera.

- Come rápido, hoy viene el Sr. Min- Yoongi le pasó el sándwich, casi tirandolo en el colchón, se dio vuelta y se sentó en una de las dos sillas en el cuartito.

- Ya se estaba tardando, ¿No?- Jungkook sonrió con desgano, al fin habría algo de acción.

- Deberías estar feliz porque no viene todos los días- El rubio no sabía porqué, pero estaba buscando un tema de conversación.

Por primera vez.

- No fo cleo- Jungkook habló con la boca llena, luego se limpió, tragó y volvió a hablar- No lo creo- repitió- Quizá si viniera todos los días me mataría antes- El pesimismo del castaño asustó a Yoongi.

¿En serio se había enojado tanto, como para ya no querer estar ahí?

La pregunta sonaba estúpida en la mente del rubio, era obvio que no quería estar ahí, pero... ¿Ya simplemente lo había dejado de querer?

Puede que si, no lo sabía.

- Algún día tendrás que salir de aquí- Quería darle ánimos, de una u otra forma, pero no sonó tan así.

- Si, y no preferiblemente vivo- Jungkook se dio vuelta luego de terminar de comer, no quería hablar.

Todavía le dolía el pinchazo en su corazón, Yoongi solamente estaba jugando con él, como un tira y afloja, no lo quería y debía aceptarlo de una vez, no sufrir más por alguien que no lo merecía.

Aproximadamente veinte minutos después,se escuchó el sonido que ahora era tan común para los oídos de Jungkook, las motos.

Yoongi se levantó rápido junto al castaño, este último se sentó en la silla con las manos atrás, las cuales fueron atadas por el mayor.

Secuestrando Corazones ▪︎Yoonkook▪︎Where stories live. Discover now