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- Min Yoongi- el guardia miró a los dos jóvenes en la celda, hasta que el rubio se levantó perezoso, sin entender nada de lo que estaba pasando- Está en libertad, por favor, sígame.

Yoongi hizo una mueca de confusión y no caminó.

- ¿Está seguro que no se ha equivocado?- El hombre que lo escoltaba detuvo su andar para voltear a mirarlo, sin emoción o alguna pizca de amabilidad.

- Yo sólo hago mi trabajo, no fastidie- El rubio bajó la mirada empezando a seguirlo, con la duda en su mente.

Pero con alegría creciendo en su corazón.

Pasaron por varios pasillos, repletos de gente encerrada, hasta llegar al salón principal, donde registraban a las personas.

Taehyung y Hoseok esperaban en la entrada, igual o más confundidos que él.

¿Qué estaba pasando? Dae-hyun se encontraba firmando algo, encorvado en una silla, al frente de un oficial. Cuando subió la mirada le sonrió.

Se levantó para caminar hacia el rubio, mientras el guardia le sacaba las esposas. El corazón de Yoongi empezó a latir más rápido. ¿En serio estaba libre? ¡Faltaban meses para cumplir su condena!

- Hasta que al fin llegas, lo siento por no poder venir a verte esta semana, tenía que hacer los trámites para sacarte de aquí- El ceño del mayor se frunció levemente, pero igual recibió el abrazo del contrario.

- No entiendo nada, ¿Estamos libres? ¿P-podemos  salir?- Preguntó el rubio con un nudo en la garganta.

- ¿Tú pagaste para que nos saquen de aquí?- Preguntó en cambio Taehyung, con una sonrisa formándose en sus labios.

- Si están libres, chicos, pero no fui yo quien pagó la fianza- Dae sonrió en grande- Lo que dictaminó la ley fue que ustedes eran cómplices de su padre, por lo que a los tres meses podían salir pagando una cierta cantidad de dinero. Son libres.

Los ojos de Tae se aguaron mientras sonreía con alivio. ¡Al fin eran libres! Podría disfrutar de la compañía de sus amigos y de su novio.

Yoongi sintió que le quitaban un peso de encima, como una mochila que cargaba en los hombros, una mochila que no le pertenecía en absoluto.

Los tres habían saldado sus cuentas con la sociedad.

Pero había algo que no cuadraba en la situación. ¿Quién pagó por los tres para su liberación? Debía ser mucho dinero.

- ¿Q-quién pagó p-para...para que..- Intentó formular el rubio, pero sentía su garganta seca, estaba demasiado... emocionado e impaciente.

- Sobre eso...necesito que me acompañen, esa persona quiere hablar con ustedes- Yoongi miró con desconfianza a Dae-hyun- ¡Tiene que ser rápido! Luego debemos ir al hospital.

El rubio sintió como su corazón volvía a ir a un ritmo acelerado, se había olvidado por completo que ese era el último día de Jungkook en el hospital.

- Jungkook...- entonces se dió cuenta de que esa persona los había liberado justo ese día. No podía ser una coincidencia solamente.

Taehyung lo miró haciéndole entender que avanzara, para conocer a la misteriosa persona.

Al salir Dae los guió a lo que parecía ser el estacionamiento del recinto. Estaba bastante oscuro, pero se podía visualizar fácilmente a la persona frente a uno de los autos.

Y Yoongi quiso salir corriendo al darse cuenta de que esa persona era Ji Yeong.












Su madre.

Secuestrando Corazones ▪︎Yoonkook▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora