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Kim Seokjin siempre fue un chico alegre, le gustaba sonreír y ser amable con todos, por eso algunos de sus amigos se preocuparon cuando lo vieron desesperado, corriendo por todos lados.

- ¿Han visto a Jeon Jungkook por aquí?- había pronunciado esa pregunta por lo menos unas diez veces, pero siempre le daban la misma respuesta.

- No, lo siento- respondió una chica en el grupo, los cuales estaban sentados en el patio de atrás de la Universidad.

Volvió a salir corriendo, mirando por todos lados si encontraba esa preciosa cabellera castaña de su amigo, pero nada.

Ya había recorrido toda la Universidad, no sabía que hacer.

Así que se le ocurrió ir a la casa de los Jeon al salir de clases.



























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Justo a las 5:00 p.m Jin se fue de la Universidad, su última clase había sido de Historia, no se pudo concentrar por pensar en Jungkook.

¿Dónde se pudo haber metido ese conejo?

Además todo le recordaba a él, ya que la clase de Historia era su preferida.

Buscó su auto deportivo- que le había comprado su padre por sus buenas notas- y salió a toda velocidad por las calles de Seúl.

Dejó la vidriera abierta, haciendo que el viento entrase y pegara de lleno en su rostro, dándole una satisfacción inexplicable.

Mientras conducía, pensaba en alguna posibilidad de que lo que pudo pasar..

Jungkook le había dicho que necesitaba lavarse la cara por el estrés de Álgebra.

Al principio Jin no se había preocupado por el tiempo de la demora, porque sabía que Kook era muy lento en hacer cualquier cosa. Ya se empezó a preocupar cuando no llegó a clases, Jungkook nunca llegaba tarde, algo le había pasado y al no encontrarlo supo que ese algo no era nada bueno.

Al llegar a la casa de los Jeon se puso a pensar en la conversación de esa misma mañana, antes de tomar caminos distintos y perderse el uno del otro.

" Me gusta abrazarte porque puede pasarte algo en cualquier momento, no quiero pensar en que no me despedí de mi mejor amigo "

Le llegó un tipo de flashback a la mente, la sonrisa de Jungkook, esa sonrisa tranquilizadora, y su misma voz diciendo "No me va a pasar nada"

¿A caso era el destino?

¿Jin sabía que ese sería uno de los últimos abrazos que le daría a su amigo?

- No, no fue el destino, el destino nunca es tan cruel- quiso hacerse creer a sí mismo, con una sonrisa forzada en su rostro, tocando el timbre de la gran casa adelante.

Le dolía un poco la cabeza de tanto desesperarse y correr por todos lados, seguro fue una broma de mal gusto de parte del castaño, o quizá se sentía enfermo y no tuvo tiempo de avisar que se iría.

La puerta se abrió dando por terminada la espera ansiosa.

- Esta empleada que no sirve ni para..- la Sra. Ha Neul sonrió y dejó de vociferar regaños a la pobre empleada que no había escuchado el timbre, en cambio sonrió abiertamente hacia el amigo de su hijo- Jin, querido, ¿Qué te trae por aquí? Pasa, pasa!- la amabilidad de la Sra. Ha Neul siempre le había agradado al pelirrojo, además su perfume era exquisito.

Secuestrando Corazones ▪︎Yoonkook▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora