23.

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La puerta de la cabaña se abrió bruscamente, por donde entraba Yoongi corriendo agitado, Jungkook yacía casi inerte sentado y amarrado en la silla, llena de sangre.

El castaño no sentía miedo, quizá eso era lo más raro, Yoongi se acercó rápido a la silla desatandolo.

Jungkook sonrió débilmente.

- Vámonos de aquí- La voz ronca que tanto le gustaba habló en su oído antes de ayudarle a levantarse.

- S-si- le dolía un poco el estómago, la cabeza le daba vueltas.

Antes de poder pasar la puerta el Sr. Min entró, con irá en su rostro, los dos abrieron los ojos con sorpresa.

- No pienso dejar que se marchen!- el hombre levantó la mano para pegarle a Jungkook, pero el rubio lo impidió tomando de la muñeca a su padre, quien parecía un perro rabioso atacando.

- Ni siquiera lo toques- Yoongi susurró enojado pero con un semblante triste- No puedo creer que seas mi padre- pronunció lentamente antes de que Jungkook vea todo en cámara lenta.

El Se. Min saliendo disparado al piso por el puño del rubio, quien a su vez tomaba a Jungkook de la mano para salir los dos corriendo.

- Te vas a arrepentir!- la voz del hombre con sangre en su boca sonaba lejana, milagrosamente habían avanzado tramos largos en unos segundos.

Los dos se cansaron y pararon de correr, sosteniendose en sus propias rodillas.

- Ya lo perdimos- Yoongi sonrió contento, viendo como Jungkook le copiaba el gesto.

- Gracias- Ya parecía que no le dolía el cuerpo, a pesar de que hace unos momentos estaba casi inconsciente.

- Jungkook...- los dos se enderezaron y Yoongi se acercó, tomando las manos del menor- Te amo- la voz pareció más a un susurro, uno dulce y tierno.

Ya veía que venía después, los dos se acercaron con una sonrisa, pero antes de que sus labios se juntasen...






Jungkook despertó.




La luz cegadora hizo que le dolieran los ojos, las malditas cortinas estaban abiertas y el día comenzaba tranquilo, como si nunca hubiese llovido la noche anterior.

En ese momento se dió cuenta de que estaba abrazando una almohada, casi se ríe de si mismo, si no fuera porque visualizó a cierto rubio durmiendo en una silla, apacible, sin conciencia del momento vergonzoso que el castaño pasaba.

Los recuerdos del hermoso sueño le vinieron a la mente como flashes, parecía tan real...

Sonrió.

No sabía si tenía algún significado, pero le había encantado sentirse libre y...Amado.

Un gruñido lo trajo de vuelta a la realidad dolorosa, Yoongi se estaba despertando, al parecer la luz también le había molestado, ya que se estaba frotando los ojos.

Parecía un gatito, un lindo gatito rubio.

Jungkook quiso quitar los pensamientos que en ese instante invadian su cabeza sin piedad, no sabía porqué, pero se había quedado con las ganas de sentir los labios de Yoongi juntarse con los suyos, aunque sea en un vil sueño.

- Buenos días- El castaño sonrió para Yoongi, quien solamente asintió como respuesta- Tengo hambre- un puchero se asomó en sus labios haciendo que el rubio refunfuñara.

- Está bien, ya preparo algo- Se levantó perezosamente acomodando su ropa, Jungkook lo siguió con la mirada, se paró junto a la mesa sacando algunas cosas de su mochila y luego la cerró.

Secuestrando Corazones ▪︎Yoonkook▪︎Where stories live. Discover now