11.

145 19 0
                                    





Confiar.

Yoongi nunca había experimentado esa palabra, desde chico había aprendido a no fiarse de nadie.

Cualquiera te puede fallar, cualquier persona te apuñala por la espalda cuando ya no te necesita, así fueron las cosas siempre.

Quizá estaba equivocado, quizá una persona dañada no puede dañar, o en otros casos es todo al revés y la gente daña porque fue dañada.

Un sin fin se términos horribles y significados aún peores.

Yoongi no quería sufrir por una ilusión rota, no quería llorar, no quería experimentar la decepción.

Nunca aceptaría que era miedo lo que su corazón albergaba.

Ahora se preguntaba algo cada vez que veía a Jungkook.

¿Por qué el castaño parecía tan feliz, aún estando secuestrado?

Nunca lo entendería, él estaba siendo maltratado, aislado, y no se quejaba..

¿Cómo es que esa sonrisa tan grande cabía en su rostro?

Luego de estar un rato mirándolo, se dio cuenta de que ya se tendría que ir, y una vez más el par llegaba tarde.

Iban a ser las 6:10 p.m.

Ningún sonido de motos.

Yoongi quería mucho a su hermano pero no podía dejarle pasar algo así, tendría que hablar con su padre, aunque no sabía porque se esforzaba ya que siempre le creían al hijo menor, al predilecto, al más humilde y correcto de todos- Nótese el sarcasmo- A Kim Taehyung.

Su padre siempre fue un poco más atento con el menor de los Min, eso sí, nunca fue cariñoso con alguno de los dos.

Desde que su esposa, y la madre de los dos hermanos también, se fuera de su casa, no Yoongi ni su padre sonreían.

Habrá sido porque los dos la conocieron, ya que Taehyung era todavía muy pequeño, fue entonces cuando este último empezó a escuchar historias sobre su madre, siempre la parte buena de todas, por supuesto, y creció con una idea más o menos errónea de ella.

Yoongi sabía que mucho de lo que le decían era mentira, desde pequeño aprendió a no confiar en los adultos.

Muchos creían que él no tenía corazón, pero...

- ¿En qué piensas?- la tierna y dulce voz de Jungkook le sacó todas las ideas posibles de su mente, se inclinó para ver al castaño y se encontró con este mirándole atentamente.

- No te importa- respondió seco y sin ganas de lidiar con él.

- ¿Ahora lees mentes? Cada día me sorprendes más- La ironía se notaba en las palabras de Jungkook, quien tenía un semblante serio y cansado.

Yoongi se quedó mirando al castaño, de repente eso se había vuelto una manía, ojos oscuros, rostro definido y casi perfecto, sonrisa deslumbrante, cabello castaño revuelto y precioso, no tenía fallas, según el rubio.

Pero aún pareciendo perfecto no era fabricado en serie, no era como otras personas queriendo seguir la corriente del mundo, Jungkook era un rebelde que nadaba contra la corriente.

Tenía su perfección y sus defectos, su sonrisa y su lado oscuro, su buena voluntad y su mal humor, pero era transparente y eso le llamaba la atención a Yoongi, que no tenía velos ni cortinas que muestren algo aparente, Jungkook parecía real.

Era real.

Cuanto le hubiera gustado ser real.

Yoongi nunca se consideró lindo, no le gustaba verse al espejo, porque llegaba la auto-depreciación y su mente formulaba palabras involuntarias, inconscientes.

Tampoco alguien le había dicho que era lindo, o que tenía un cabello genial, o que sus facciones eran de modelo, quizá por eso él mismo se criticaba sin lograr rescatar lo bueno.

Además muchos ya le habían dicho que su actitud era una mierda.

No lo negaba.

Dejaba venir críticas y después las soltaba a través del humo de un cigarrillo.

- Oye, se que soy lindo pero me incomoda un poco que me mires, ¿Vale?- Jungkook quiso bromear y se terminó riendo solo, Yoongi se dignó a solamente mirar y analizar todo.

- Si, eres lindo, pero no te miraba a ti- Sin quererlo esas palabras causaron un pequeño rubor en las mejillas del castaño, por su lado el rubio encendía un cigarrillo para tranquilizarse y no matar al par de raros cuando lleguen.

- S-sólo bromeaba- Yoongi sonrió por el efecto de nervios que había causado en su rehén, una sonrisa escondida, mientras miraba por la ventana.

Se dio vuelta para ver a Jungkook mientras éste hacía una mueca de desagrado.

- ¿Sabes que fumar es malo para tu salud y que más encima contamina el aire, No?- Yoongi mostró una expresión de "Me importa una mierda" y siguió fumando, para enrabiar al menor.

- No lo sabía, lo siento- espetó con sarcasmo cerca del rostro del castaño y expulsó el humo de su cigarrillo consumido.

Luego empezó a encender otro más.

- Dame eso- Jungkook se levantó con cuidado, para que sus heridas no sufrieran.

Luego intentó quitarle el encendedor a Yoongi pero éste no le dejo, entonces empezó una guerra absurda por el preciado encendedor del rubio.

- Suéltame!- Yoongi le tenía afirmada la muñeca al contrario, el cual trataba efusivamente de soltarse.

- No- en su interior se reía, las expresiones faciales de Jungkook eran cómicas.

- Dame esa cosa!- Jungkook tenía fuerza, pero se sentía débil por las heridas y por....estar cerca del rubio.

No lo podía explicar pero al estar cerca su fuerza disminuía hasta llegar a la nada misma.

- Aishh!- se quejó- Es malo para ti! Yoongi dámelo!

Forcejearon por un rato, esta vez Jungkook en reversa, entonces pasaron a tropezar con la silla donde se sentaba Yoongi, haciendo que el castaño pierda el equilibrio.

Ya sentía el suelo duro contra su cuerpo, pero unas fuertes manos lo atraparon, haciendo que sienta una electricidad por su herido cuerpo.

- Ten cuidado, no quiero tener que limpiar heridas de nuevo- Yoongi puso al castaño de nuevo recto y lo soltó, la electricidad se fue.

Al descuidarse, Jungkook pudo tomar el encendedor y le sacó la lengua a su "oponente".

- Yo me quedaré con esto- sonrió burlón y se fue a acostar al colchón, con miles de ideas en la cabeza, con el corazón palpitando a mil, y con una sola pregunta.

¿Porque se sentía tan emocionado? No había ninguna razón.

¿O si?






























"  Si, eres lindo "








































Secuestrando Corazones ▪︎Yoonkook▪︎Where stories live. Discover now