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Jungkook trató de no llorar mientras limpiaba las heridas del rubio, se sentía mal, muy mal, la conciencia le pesaba demasiado.

No debió comportarse así.

Pero su rabia era mucha, quería salir de ahí rápido o morir o...

Ya no sabia lo que quería.

Su cabeza daba vueltas, no desayunó, no había comido nada en todo el día.

De vez en cuando Yoongi abría un poco los ojos, pero seguía medio inconsciente, por un lado se sentía triste. Su padre- La persona que supuestamente debía apoyarlo siempre- había mandado a sus hombres para que le pegasen y no tuvo ningún signo de piedad o arrepentimiento luego de ver el cuerpo herido del rubio.
Por otro lado se sentía bien por haber impedido que golpeen a Jungkook, no soportaría verlo herido de nuevo.

- S-soy un estúpido, Y-Yoongi lo siento- El castaño dejó el orgullo de lado, lo único que quería en ese momento era traspasar esas horribles heridas del cuero del rubio, al suyo.

Yoongi empezó de repente a toser fuertemente, se intentó levantar y Jungkook lo ayudó, cuando ya se encontraba sentado en la cama, abrió un poco más los ojos.

La situación en la que estaban le dio vergüenza. Él sin camisa al lado de Jungkook, quien tenía un rastro de lágrimas en sus bonitos y cristalizados ojos.

- N-necesito agua- La voz a penas audible hizo que el castaño se estremeciera levemente, se levantó rápido del colchón y corrió hasta la mesa, donde yacía una botella grande de agua, la cogió y regresó con Yoongi, mientras se frotaba los ojos.

La paso al rubio y se aclaró la garganta.

- Aquí tienes- intentó sonreír pero lo que salió no era ni parecido a una sonrisa, sus ojos lo delataban, tenía vergüenza y miedo.

- Gracias- Yoongi respondió luego de haber tomado un buen sorbo, miró la hora en su reloj, eran las 5:08 p.m, faltaba más o menos una hora para que llegara su hermano junto a Hoseok.

- Acuestate, todavía no termino de curar los cortes- Jungkook no sabía si sería capaz de pasar los paños fríos por el torso desnudo del rubio ahora que éste estaba despierto totalmente.

Yoongi obedeció sin rechistar, le dolía el abdomen y la espalda, los hombres del Sr. Min no habían sido considerados ni mucho menos amigables, aún cuando se trataba del hijo de su jefe.

El castaño empezó con su tarea, echando alcohol en las zonas afectadas y limpiandolas luego con agua, la cual por cierto se estaba acabando.
El agua debía durarles hasta que lleguen los otros, quienes traerian más. Yoongi estaba de espaldas, Jungkook le hizo señas para que se diera vuelta.

Ante la atenta mirada del rubio, el menor siguió curando su cuerpo, con delicadeza y cuidado para que no le doliera, Yoongi tenía ganas de sonreír, Jungkook se había preocupado de él, con eso podía vivir mil años más, soportar mil palizas más, ya que no le molestaría si después el castaño lo curaba así como en ese momento.

Luego de haber terminado, Jungkook se levantó a dejar todos los trapos sucios en un tiesto.

- ¿Tienes hambre?- La pregunta desconcertó a Yoongi, se supone que él debía alimentarlo, no al revés, tampoco debió dejar que lo curase, pero eso ya no importaba en lo absoluto.

- N-No te preocupes de eso, yo me encargo- Jungkook simplemente negó sonriendo divertido.

- Hoy yo te atenderé- El rubio rodó los ojos, no le gustaba ser el centro fe atención, nunca se le había dado bien eso de que lo consintieran y atendieran.

- No te molestes en...

- No es molestia...Vamos a ver..- buscó la mochila de Yoongi y sonrió- Permiso- Abrió el cierre y lo primero que encontró fue una caja de cigarros de la mejor marca, luego un perfume de hombre-que por cierto olía muy bien- también un cargador de celular; al final había una bolsa con lo que supuso era comida.

- Jungkook...

- Pan, queso, jamón, jugo, fruta...¿Qué quieres?- Yoongi negó.

- No quiero, mejor dame los cigarrillos- El castaño hizo un puchero y una mueca de desagrado notable.

- Ni se te ocurra, hacen mal, ¿Lo olvidas?- El rubio se puso serio, amaba fumar, no quería dejarlo, aún sabiendo todo lo malo que provocaba.

- Eso no impor...

- ¡Si importa!, te puede dar hasta cáncer, te puedes morir, y luego...

Sin darse cuenta Jungkook de estaba desesperando, no soportaba la idea de que Yoongi muriese, menos por algo que se pudo evitar.

- ¿Me extrañarías?- El menor abrió los ojos de sobremanera, ¿Lo extrañaría? ¿Extrañaría a esa persona que hace un día atrás le había roto el corazón?

- No lo sé- simplemente respondió, sin darle tanta importancia.

Para Yoongi los detalles siempre eran importantes.

- Esa no es una respuesta- Jungkook había empezado a hacer dos sándwiches con jamón y queso, evitando mirar al rubio.

- Si lo es- replicó.

- No, sólo hay dos opciones, es un si o un no. Responde.

- Y-yo... quizá si te extrañe- respondió bajo Jungkook, pero no lo suficiente como para que el otro no escuchase.

Yoongi sonrió sabiendo que el castaño estaba dado vuelta, lo extrañaría.

Jungkook lo extrañaría.

El castaño por fin se dio vuelta con un sándwich en la mano, se lo entregó a Yoongi y el otro lo tomó entre sus manos.

- Gracias- respondió de mala gana, ya que le había dicho que no tenía hambre antes.

Jungkook solamente sonrió de vuelta.

Yoongi tuvo que contenerse para besar al castaño, éste le había dado una de sus sonrisas sinceras de nuevo, era lo que estaba esperando.

De repente sintió miedo, miedo por todo lo que estaba sintiendo, el amor que estaba adoptando su corazón lo desconcertó, no quería enamorarse de Jungkook, o más bien no podía.

Pero a veces el destino junta a las personas más distintas, a las más incongruentes. Junta a los corazones más puros con los más endemoniados, para que se fusionen y creen algo hermoso, incapaz de destruirse.

¡Qué ilógico el amor!
















































" Quizá si te extrañe "




































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Espero la historia les guste, en serio me estoy esforzando :(

Besos :3


Secuestrando Corazones ▪︎Yoonkook▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora