O7 - Cansancio

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» 20 de octubre de 2018

GONZALO

Pala vino a casa a eso de las 23:30. Yo estaba terminando de perfumarme cuando me llegó su mensaje avisándome que estaba abajo. Le pregunté si subía, me respondió que no, que Romina le había dicho que ellas ya estaban listas, así que ya podíamos ir a buscarlas. Estaba bastante emocionado por volver a ver a Elena. Durante la semana me quedaba tildado viendo su foto de perfil de whatsapp casi todo el tiempo. Necesitaba volver a verla y no ser un estúpido como la última vez.

— ¿Cómo anda la masturbanda? —me saludó Exe cuando entré a su auto. Ese saludo de pelotudo, lo detestaba, y él lo usaba re seguido.

Le pasé la mano y arrancó el auto. Era bastante tarado para manejar, pero al menos no se pasaba los semáforos en rojo. En el camino prendí el celular y abrí la conversación con Elena. Habíamos hablado un poco más temprano, pero ya no me animaba a escribirle, no quería ser pesado.

Llegamos al departamento de las chicas y Exequiel le mandó un audio a Romina diciendo que ya estábamos abajo.

— Dice que ya vienen —me avisó y se puso a revisar sus redes. Yo miraba la puerta del edificio cada tanto, pero la verdad es que tardaron bastante en bajar, o al menos yo lo sentía como una eternidad, y con cada segundo que pasaba sentía que no aguantaba más. La quería ver ya.

Hasta que por fin las vi saliendo del ascensor y cruzando la puerta de entrada. Romina corrió hacia el auto y Elena la siguió pero caminando, tranquila.

— ¿Querés que Romina venga adelante? —le pregunté a Exequiel antes de que entrara.

Él negó con la cabeza y me dijo que me quedara en mi lugar. Lo mandé a la mierda internamente. Yo quería ir sentado al lado de Elena. Romina entró eufórica y se tiró hacia adelante para saludar a Pala con un beso, a mí me palmeó el hombro. Lena se subió con cuidado, la miraba por el retrovisor mientras se acomodaba el vestido y nos saludaba. Nuestras miradas se cruzaron a través del espejo y me sonrió. Hice lo mismo. Durante el viaje, ellas hablaban entre ellas de temas que ni yo ni Pala entendíamos. Nombraban gente que no conocíamos y comentaban anécdotas de "viejos tiempos". Lena actuaba como si no me conociera y eso me desconcertó un poco.

El pulpo y su esposa festejaban sus cumpleaños en un salón de zona norte. Nos dijeron que no iba a haber cena formal pero sí mucho para tomar y algunas cosas para no pasar hambre, así que por las dudas antes de salir de casa me había comido una hamburguesa con papas.

Pala dejó el auto en el estacionamiento del salón y los cuatro bajamos. Fue recién ahí cuando pude ver a Elena de pies a cabeza, y el corazón comenzó a latirme a mil por hora. El vestido le quedaba hermoso y me encantaba la forma natural que tenía de peinarse y maquillarse. Ella se acercó para saludarme y tuve que calmarme para que no sintiera cómo me temblaban las manos y la voz.

— Ya estaba extrañando esa carita —me dijo sonriendo de la forma más inocente posible.

Yo estaba extrañando todo de vos.

Entramos. Nos recibió Franco más alegre de lo normal, y al poco tiempo se acercó Daniela a saludarnos. Nos indicaron dónde buscar la comida y las bebidas y nos sacamos una foto todos juntos. El salón estaba bastante lleno, todo el equipo estaba ahí, algunos con sus parejas y otros solos. También había amigos y familiares de Franco y Daniela, gente que jamás había visto en mi vida.

La música nos levantó el ánimo en seguida. Pala se fue con Romina al centro de la pista y Elena los siguió detrás haciéndome señas para que los acompañara. No tardé en unirme a ellos y al poco tiempo llegó Enzo con una botella de champagne y copas para todos.

» CULPABLE - Gonzalo Montiel « Where stories live. Discover now