» CULPABLE - Gonzalo Montiel «

15 - Mentirosa

» 6 de noviembre de 2018

— Romina me dijo que ayer te fuiste enojado —empiezo de nuevo luego de que el mozo nos trajera nuestros platos. Me siento una pesada sacando el tema otra vez.

— Sí, no sé si enojado. Me preocupé por vos y... No sé, no me diste mucha bola ayer —me dice riéndose por lo bajo, como para intentar restarle seriedad a la situación, pero de todas formas me hace sentir culpable.

— Perdón, Gonza. Estaba muy metida en mi burbuja —admito mientras lo veo condimentar la ensalada.

— Lo sé. Habrá sido incómodo vernos a nosotros ahí invadiendo.

Hago una mueca porque no me gusta la palabra "invadiendo", pero sí reconozco que fue incómodo.

— No me lo esperaba. Lo único que quería era enterrarme en mi cama a seguir llorando.

Él se muerde el labio para luego sonreírme, un gesto que sé que si vuelve a repetir no me voy a poder contener. Permanece un momento en silencio, como si estuviera pensando una forma de decir algo importante sin que suene mal, hasta que lo suelta luego de un suspiro.

— Elena, no necesitabas contarme nada si no querías, pero me gustaría que confiaras más en mí.

Y yo quiero, de verdad quiero confiar en él, pero ¿cómo le digo que me fui a encontrar con el mismo tipo al que había puteado en su auto hace tres días? ¿Cómo hago para que parezca que aún me queda un cachito de dignidad? No, no me queda nada.

— Yo confío en vos, Gonza —le digo, pero siento que me lo estoy diciendo a mí misma para intentar convencerme de eso—, por eso estoy acá. Quería verte para que las cosas no queden mal entre nosotros.

— No quedó nada mal entre nosotros —dice luego de chasquear la lengua y negar con la cabeza. Su forma de expresarse me da a entender que no hay rencores—, de hecho me siento un poco egoísta por haberme enojado con vos. Estabas mal por pelear con tu mejor amigo, debe ser una cagada eso.

Mejor amigo...

Sí, claro. Arturo jamás había sido mi mejor amigo. Novio, ahora ex, forro siempre. Todo lo que podía ser, menos mejor amigo. Recuerdo las palabras de Romina diciendo que le había mentido, que no le había dicho que Arturo era mi ex, y esa posición me queda tan cómoda. Nada mejor que seguir esa historia falsa y cerrar el tema ahí. Dar todo por terminado, ya no tener más nada que aclarar. Pero ¿a qué precio?

— Sí —pronuncio en un hilo de voz—, es una cagada pelear con tu mejor amigo. 

Las mentiras tienen patas cortas, lo aprendemos desde chiquitos a ese dicho, y aún así, nunca damos bola. Yo jamás me había sentido culpable por nada, pero ahora no puedo evitar sentirme una mierda por mentirle a Montiel. Y es en ese momento cuando no entiendo qué carajos pasó por mi cabeza cuando decidí que verme con Arturo era una buena idea. Mi intención era básica, que quedara todo bien y listo, no volver a ver su cara. Pero, ¿con qué necesidad? No necesitaba tenerlo en frente para decirle que lo perdonaba, uno puede perdonar en silencio y sin que la otra persona se entere, y sobre todo, sin ocasionar todo este juego de mentiras hacia alguien que realmente me importa ahora.

El silencio me aturde, me molesta y necesito rellenarlo con algo. Así que me suelto a hablar:

— En realidad ni siquiera peleamos, solo dejamos de hablarnos por algo que ni él ni yo sabemos. Nunca entendí la razón, pero bueno, se terminó todo de un día para el otro. Por eso quise ir a verlo —miento. Es como si mi cerebro no conectara con mi boca—, pero cuando empezamos a hablar de lo que pasó, se puso re agresivo. Me dijo que la que tenía la culpa de todo era yo, que era soberbia, que era egoísta, no sé, un montón de otras cosas que, si me pongo a pensar, me genera muchísima vergüenza.