3

43.1K 5.6K 1.4K
                                    

Había llegado a aquella universidad donde no tardó en ser rodeado de personas, estudiantes, profesores y reporteros. Todo fue un caos en su llegada. El famoso Kim TaeHyung estaba frente a ellos, dándole paso y veracidad a todas aquellas cosas que se dicen sobre él. Lo hermoso que es y que comprueban. Además, están por comprobar también lo bueno que es en su campo.

Jimin siempre iba a su lado diciendo y haciendo cosas que le faciliten en su estadía por aquellas instalaciones. 

Una vez que pasaron el montículo de personas, ser incluso manoseado, llegaron al auditorio donde daría su conferencia. Unos minutos fueron otorgados para que se tranquilizara y que respirara, antes de pararse frente a aquellos chicos que le esperaban.

No pasó mucho y dio su charla de siempre, aplausos y festejos llegaron con sus palabras, pero también decepción y frustración.

Sólo dos personas serían elegidas para hacer las prácticas en su inmobiliaria. Sólo dos, las mejores. Aquellas dos personas que posean el mejor grado de competencia académica, él sólo aceptaba a los mejores.

Nadie llegaba en su empresa a ser alguien por cuello o un revolcón. Nadie. Todo se gana con esfuerzo y eso muchos no lo sabían. He ahí aquellas insinuaciones. 

Cuando salió del auditorio Jimin no estaba por ningún lado, temiendo por su bienestar empezó a caminar en son de buscarlo. Gran error. Las chicas que tiempo atrás se le insinuaron volvieron a aparecer y llamaron la atención de más personas que querían su "confianza".

Como pudo se escabulló del tumulto y corrió sin rumbo, cuando se percató estaba perdido en aquellas enormes instalaciones del campus, su cerebro se activó y marcó a su amigo para que fuera en su rescate.

—¿Dónde estás? —Es lo primero que escucha de Jimin y suelta un chasquido por ello.

—Eso debería preguntarte yo a ti. —con molestia le dice—. Como sea, estoy perdido, ven por mí. 

Escucha el fuerte suspiro de Jimin y se puede imaginar rodando los ojos, sonrió. 

—¿Cómo es tu alrededor? Descríbelo.

—Amm... —empieza a mirar a su alrededor—. Hay canchas... creo que es el polideportivo —empieza a reír—, estoy fuera, date prisa.

—Bien, no te muevas de allí. 

—No lo haré~

La llamada finaliza y él guarda el móvil, empieza a balancear su cuerpo de adelante hacia atrás en un tic impaciente. Unos sonidos capturan su atención, con curiosidad se acerca a la puerta de aquel lugar y es entonces donde su oído se agudiza y unos pujidos llegan hasta ellos.

Cuando entra al lugar y busca el sonido, encuentra a un chico en una de las esquinas de la cancha donde hay unos barrotes. El chico está sujetado a ellos y cuando baja no toca el suelo. No lo nota ya que está de espalda y para TaeHyung es maravilloso ya que lo puede observar sin vergüenza alguna.

Siente como su pene se sacude ante aquella imagen del chico subiendo y bajando, el cómo sus músculos se contraen con el movimiento que realiza, sus omóplatos se contraen y los músculos de sus brazos resaltan como si fueran a reventar cuando hace la fuerza para subir. Oleadas de calor lo golpean y su miembro se despierta mientras lo observa, sudoroso, sexy. Casi jadea y se viene sólo con verlo, parecía puberto mirando a su amor platónico, pero no podía dejar de verlo y cuando el chico jadeó por el esfuerzo realizado, TaeHyung también lo hizo.

Tapó su boca de inmediato pero fue en vano, el chico ya lo había notado y paró, haciendo que su pene deje de doler, aunque eso aún persistiría. 

El chico asustado tomó su camisa y se cubrió un poco, no iba ser maleducado y dirigirse a su mayor descubierto.

Mas no sabía que el contrario disfrutaba de aquella vista.

TaeHyung se sentía como un crío que fue atrapado, estaba nervioso por aquel joven que lo había puesto cachondo sin saber, y oh demonios, al verlo de frente creyó fallecer. Era hermoso y su cuerpo aún más. Con descaro lo barrió con su mirada y sus ojos pudieron apreciar aquellos esplendidos muslos que bien lo pudieran asfixiar mientras... bien, eran muy excelentes muslos. 

El chico carraspeó al ver que el hombre no hablaba e hizo una reverencia por respeto. Y no es para menos, conocía al hombre, quién no lo haría. Y se sentía nervioso y avergonzado de que lo viera en aquellas condiciones. 

—B-Buen día. —con nerviosismo le dice—. ¿Desea a-algo?

TaeHyung reacciona y sacude su cabeza mientras sonríe, pero no su sonrisa normal, es aquella sonrisa coqueta que les da a sus "víctimas".

—Oh, sí... bueno no, sólo... yo me perdí y pues... —al diablo su raciocinio—, eres bueno en ello —señala los barrotes—, disfruté verte.

La confusión golpea al joven, el hombre frente a él cambió de tema radicalmente y desvió el motivo del porqué están ahí, más se sintió halagado así como también avergonzado por lo que le dice. A parte...

¿Le estaba coqueteando?

Sabía diferenciar, pero era algo estúpido de su parte el siquiera pensar que aquel hombre heterosexual lo estuviera haciendo.

—Sólo doy mi mejor esfuerzo. —Es lo que responde. 

—Que descortés de mi parte, Kim TaeHyung. —le dice mientras extiende su mano luego de una pequeña venia.

El joven reverencia de nuevo a su mayor y toma la mano ofrecida, con mucho nerviosismo. Sabía quién era pero no tenía importancia decirlo por lo que optó por sólo presentarse.

—Jeon Jungkook, un gusto. 

Sus manos siguen estrechadas mientras se observan y no hacen el amago de separarse. 

—Es un bonito nombre al igual que tú.

Y ahí estaba de nuevo ese coqueteo que Jungkook no sabía cómo interpretar por lo que lo tomó sólo como un halago.

—Digo lo mismo, señor.

TaeHyung rió y negó. —No me llames señor, me haces sentir viejo, sólo TaeHyung, por favor.

—Está bien... Kim TaeHyung... —repitió el pelinegro mientras miraba sus manos aún sujetas.

TaeHyung también lo notó y con nerviosismo las separaron.

—Amm... yo... debería volver, seguro... seguro me buscan. —balbuceó el mayor mientras retrocedía—. Fue un gusto conocerte, Jungkook, espero nos veamos pronto.

—Concuerdo de la misma manera, señ... TaeHyung —se corrigió. 

TaeHyung le regaló una última sonrisa y salió a toda prisa del lugar. Su erección dolía y estar frente al pelinegro no ayudaría en nada. Tan apresurado iba por querer salir que no se fijó y terminó chocando, pero para su suerte era Jimin.

—Aquí estás —le dice mientras le sonríe—, no entiendo como es que te perdiste si yo te dejé en el auditorio mientras iba por el aut-

—Jimin. —lo interrumpe mientras lo toma por los hombros y le sonríe grandemente—. Creo que encontré a mi nuevo príncipe azul.

—¿De qué demonios hablas? —una interrogante enorme lo invadía, hasta que esas palabras resaltan "príncipe azul"—. No es cierto... dime que no asustaste a nadie.

—Para nada, lo quiero a él Jimin, haz todo lo que tengas que hacer por ello.

—Ni siquiera sé quién es.

—Jeon Jungkook. Ese es su nombre. Quiero saber todo de él. —Su sonrisa era enorme y aquel brillo en los ojos no se iría tan fácil, no cuando aquella imagen llegaba a su mente.

BM~

El Elegido del Señor Kim |KookV|Where stories live. Discover now