El Elegido del Señor Kim |KookV|

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Capitulo un tanto largo.

Había llegado un poco tarde a aquella casa, así que su tiempo se reducía un poco más y es que, a los clientes no les gustaba toparse con su persona, por eso es que trataban de hacer todo lo posible de terminar antes de que los dueños de esos enormes hogares, llegasen.

Está consciente que les permiten asear por las tardes y esto se debe a que no alcanzan a cubrir todas las casas, eso y que las personas ricas eran raras y no les gustaba que cualquier persona entre a sus casas, lo entendía.

Era su segunda vez en esa enorme y lujosa casa, le habían explicado lo que tenía que hacer y algunas cosas respecto a la seguridad que la casa poseía. La señora Jeon había memorizado todo. Por lo mismo es que había una pizca de inseguridad en ella, ya que le habían contado que más de una persona se quedaba atrapada en aquella casa. 

Resumiendo, la casa pasaba la mayoría del tiempo a solas, por eso es que se avisaba al vigilante de la llegada y se programaba la seguridad, esto quería decir que, sólo se habilitaba para que la puerta se abriera dos veces, para entrar y salir, luego el sistema se reactiva y la casa no puede ser abierta a menos que tengas el código, sino la alarma se activaría.

Así que, de la empleada anterior había escuchado que se quedó encerrada más de una vez, por eso se ponía nerviosa y esperaba que no le sucediera.

Limpió e hizo todos los quehaceres respectivos terminando en un par de horas, cansada y con deseos de regresar a casa. Quitó las ropas sucias y se colocó la mudada limpia que había llevado, guardó todo en su bolso y se disponía a salir, eran cerca de las cinco, temprano antes de la hora que le habían dicho, el dueño llegaba.

Echó un último vistazo a todo, percatándose que estaba en orden, se acomodó sus ropas y se dispuso a salir, abrió la puerta y dando un suspiro se disponía a salir cuando recordó que en el baño había dejado los paños que había estropeado al limpiar y dijo que después lo recogería para votar, cosa que olvidó y debía hacerlo. Estuvo a punto de que la puerta se cerrara y recordó lo del sistema de seguridad, así que buscó para ver qué colocaba, pensó en su bolso, pero este le serviría para echar los paños y botarlos afuera, así que sacó un pañuelo que le serviría para que la puerta no se cerrara del todo, no era una gran idea, pero esperaba funcionara, aparte que el material no haría ningún daño al piso o a la puerta.

Se encaminó al baño, recogió los paños y se dio cuenta que había dejado otras cosas ahí, las cuales metió a su bolso y regresó, sólo para presenciar como su paño se movía con una pequeña brisa y la puerta se cerraba.

—¡No~! —canturreó mientras corría en un intento de detenerla, pero falló. Se golpeó mentalmente por ser tan torpe.

Apresuradamente sacó su teléfono y marcó a su jefe, el cual la regañó un poco y le dijo que esperara. Lo hizo, pasaron los minutos que se convirtieron en una hora y no tuvo señales, hasta que su jefe volvió a marcar, diciéndole que ha estado marcando al dueño de la casa y este no contesta, así que le tocará esperar hasta que llegue y espera que no se enfade tanto. La señora Jeon suspira en derrota y con su bolso se sienta en una silla del comedor, a esperar a que alguien entre y ella pueda salir.

El tiempo pasó, se comunicó con su esposo para informarle y que le dijera a su hijo por si llega antes que ella y no se preocupe, se recostó sobre la mesa y esperó. No sabe cuánto tiempo pasó en sí, hasta que escuchó unos ruidos provenientes de la entrada. Acomodó sus ropas y tomó su bolso, para casi salir corriendo en busca de la persona que entró, pero se topó con un escenario un tanto incómodo.

Dos hombres se estaban besando furiosamente, uno estaba colgado como un koala mientras se restregaban y manoseaban, no sabía qué hacer, si interrumpir o algo, pero quería salir de ahí, así que a pasos lentos se acercó mientras los hombres se detenían, eso fue suficiente para que ella jadeara y sintiera que se le movía todo.