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—Entonces... recapitulando... pasaste todo el fin de semana con él y regresaste a casa hasta ayer en la noche. —Repite lo ya dicho el castaño—. ¡Hombre! ¡a este paso te dejará seco! —Se echa a reír estruendosamente y Jungkook sólo puede hacerle mala cara.

Hasta el día anterior por la noche lo había llevado el señor Kim a casa, estaba exhausto y sus padres lo comprendieron, dejándolo descansar a gusto y sin preguntar nada más, hasta el día siguiente que lo bombardearon con preguntas y se tuvo que inventar una historia alejada de la realidad, pero creíble. Los convenció, aunque muy en el fondo se sentía mal por mentirles y por hacer lo que estaba haciendo.

Que, aunque se quisiera engañar a sí mismo, al fin de cuentas era prostitución.

Había tenido sexo todo el tiempo disponible con el señor Kim, sólo comieron, descansaron y volvían a hacerlo. Se comportaron como primitivos tratando de procrear, no se disgustaba ya que lo había disfrutado y eso le aterraba un poco porque le importaba nada que le estuviera pagando, con tal de volverlo a sentir no le importaba la paga, y eso, eso estaba mal ya que apenas habían empezado y el dinero era el propósito de haber él aceptado. Pero vamos, él no es de piedra y no quiere mentirse, el sexo fue majestuoso, tener a tal hombre bajo suyo, gimiendo fuerte su nombre, disfrutando el cómo lo penetra, ¿quién no lo amaría?

Su culpabilidad y remordimiento los dejaría de lado y mientras disfrutaría al máximo poder enterrarse de nuevo en el señor Kim.

El carraspeo de Hoseok lo trajo a la realidad, estaba en su casa ya que ahora poseía un poco más de tiempo, podía volver a la rutina de ir de vez en cuando a su morada. Estando ahí y en privacidad, el de hebras castañas no se resistió y lo bombardeó con preguntas, y terminó contando que sí, había estado todo el fin de semana con el mayor y habían tenido sexo como conejos, bien resumido. Sin decir detalles.

—Vaya... tuvo que ser muy muy bueno para que te quedes así. —bromea, pero al ver la cara sin inmutar de el chico sus ojos se expanden—. ¿Estás bromeando? ¿fue bueno? —Jungkook sólo asiente? —Carajo.... entonces sí quedarás seco.

—¡Hobi! —ambos ríen y luego Jungkook se pone serio—. Ya no quiero hablar de eso, es intimidad privada y no me parece correcto estar divulgando, así que ya no preguntes. —Hoseok asiente—. Pero quizás tengas razón y quede seco, pero moriré feliz. —Bromea y eso hace explotar al contrario en risas y el azabache no se queda atrás.

Quizás sólo era una broma de mal gusto, pero debería irse preparando mentalmente para poder cogerle el ritmo al mayor, ya que, lo que pudo apreciar, el hombre es un tanto insaciable y le gusta el sexo. No por nada pasó encima y debajo de él todo el fin de semana. 

TaeHyung era un hombre a simple vista, normal y centrado, pero Jungkook había descubierto a ese hombre hambriento de sexo, ese hombre que se desesperaba —por el momento— por su linda polla.


🐰🐯


El día lunes, había llegado a la empresa sonriente y saludando. Lo normal.

El personal lo observaba con la boca abierta e incrédulos de su actuar. Él nunca saludaba, nunca, tal parece había tenido un buen fin de semana el cual lo puso de buen humor, vaya que no se equivocaban. 

La sonrisa genuina que les había regalado sólo mostraba felicidad y calma, su caminar lento y para nada pretencioso, sus venias y pequeños murmureos en saludo, todo fuera de su actuar, ese no era el imponente Kim TaeHyung.

Llegó a su oficina y se sentó, quitando sus zapatos y poniendo los pies sobre ellos, a la espera que su amigo entrara por la puerta frente él y empezara con el interrogatorio que sabía, vendría antes de dar inicio a su agenda del día. Quería disfrutar su buen humor antes de que alguien o algo se lo arruine, había tenido el mejor fin de semana hasta el momento, estaba saciado y ansioso por el próximo encuentro que sabía no tardaría.

La puerta se abrió de golpe, lo esperaba ya que Jimin se comportaba así cuando algo lo desconcertaba, había entrado sin tocar y sin saludar habló.

—Hay todo un revuelo allá afuera desde tu llegada ¿Qué ha pasado?

Su sonrisa de medio lado quizás decía mucho. No dijo nada y sólo hizo una seña a su amigo para que tomara asiento, lo hizo. Se recostó en el respaldo de la silla y antes de hablar remojó sus labios para luego sonreírle al castaño del otro lado quien estaba más que confuso.

Jimin Había escuchado el parloteo, tenían unos empleados para nada discretos y metiches, no entendió que ocurría, pero pudo escuchar el nombre de su amigo y eso le dijo todo. He ahí su presencia y deseos de poder saber qué ocurrió.

—Primero que nada, buenos días para ti también. —Jimin rueda los ojos y eso le hace soltar una pequeña risita—. ¿Que desea saber oh gran señor Park?

—JA JA Estas graciosito, ya veo que es lo que pasa... 

—¿Qué? ¿No puedo estar de buen humor?

—No, no puedes, no tú, y menos un lunes por la mañana.

—¿Que puedo decirte? —Se encoge de hombros, luego se levanta y le da la espalda viendo hacia afuera, la cuidad era hermosa con esa vista—. Hace un tiempo no tenía un buen fin de semana.

—Oh...

El castaño no dice más ya que no recordaba su encuentro con el chico universitario. Se había olvidado por completo de ese detalle, aunque eso no justificaba su buen humor. No es la primera vez que hace este tipo de cosas y por ende no ve la necesidad, o más bien, no comprende qué fue lo diferente.

Siempre había sucedido lo mismo. Los contrataba, los hacía que lo follaran y saciaran esa necesidad y deseos reprimidos por estar con un hombre, sólo eso, ya que por mucho que lo desee no puede obtener la misma libertad que él posee, está un tanto atado y al ojo del público, por ende nunca ha podido darse el lujo de disfrutar un amor, el tener una pareja, el disfrutar con un hombre libremente. Todo ello lo llevó a la necesidad de estar con uno, empezando por esos objetos que lo complacían pero con el tiempo dejaron de ser eficientes y ya no saciaban su pequeño deseo carnal que había resurgido. 

Jimin pensaba que su deseo insaciable de sexo se debía a que él nunca había compartido con un hombre de otra manera más que esa, nunca había experimentado el tomarse de la mano con la persona que ama, no puede decir que no se ha enamorado, porque eso ya ocurrió en un pasado donde sus gustos surgieron, y aunque eso se quedó en un amor no correspondido y en una relación que no pudo ser, nunca experimentó como tal el noviazgo homosexual, porque sí, tuvo una novia de joven, pero que no llegaron a más que besos, fue muy inocente si le preguntan.

Si no viviera en una sociedad señaladora y él no tuviera un cargo como el que posee, quizás todo fuera más fácil.

—¿Fue bueno? —es lo que cuestionó luego de un tiempo de silencio entre ambos y el pelinegro aún no le miraba, pero juraba que sonrió con esa pregunta.

—Fue más que bueno, Jimin. Cumplió con mis expectativas, por no decir que las superó.

—Oh...

—Sí, oh..., dos noches seguidas, Minnie. Y quiero más. Encontré a mi perfecto príncipe azul.



3k de lecturas 🤧 gracias.

BM~

El Elegido del Señor Kim |KookV|Where stories live. Discover now