19

41.4K 4.8K 1.1K
                                    

Siempre le seguía admirando el interior de aquella casa, muy hermosa. Sus ojos habían recorrido cada parte que le fue permitida, hasta que una persona ajena a ellos dos figuró ante él, una persona muy conocida para su gusto.

El señor Park.

Después de que habían entrado y Jungkook analizara lo dicho por TaeHyung, la voz de Rebeca los recibió, exaltando un poco al menor quien se seguía sorprendiendo por ello. Estaba más tranquilo claramente, después de saber que al señor Kim le gustaba... recibir. Aunque eso lo descoloca un poco, no se había imaginado eso y como se ve, podría jurar ser el activo, pero vaya cosas... como dicen, las apariencias engañan. Los estereotipos están de más, en ellos queda claro.

Jungkook es de una complexión trabajada con el ejercicio pero no siendo robusta o excesiva, sino fina. Por su parte, el Señor Kim por su edad se ve un hombre de figura fina pero de buen porte, agraciado. La diferencia de edad podía notarse, pero sus cuerpos quedaban perfectos, ni más ni menos.

Jungkook se sentía nervioso y más con la mirada y sonrisa juguetona del Señor Park quien quizás se estaba burlando un poco de él, al verlo ahí dando su brazo a torcer. El señor Kim le había explicado a penas y rápidamente el porqué de la presencia de su amigo. Y es que el Señor Park por ser su abogado llevará a cabo el proceso del contrato del cual hablarán en este momento. 

Sudaba y sus manos se posaban en sus muslos moviendo estas en su extensión con extremo nerviosismo al ver a los dos hombres hablar. Estaban sentados en los sillones de la enorme sala, el señor Park había extendido unos papeles en la mesita frente a ellos. El Señor Kim estaba sentado a su lado y el Señor Park frente a ambos. Mientras se disponía a explicar las cláusulas del dichoso contrato.

—¿Sabes lo que estás a punto de hacer? —Jimin dice, le da un poco de necesidad el hacerle razonar o en todo caso, ponerle los pies sobre la tierra, para que se de cuenta y esté consciente de lo que sucederá al él firmar—. Quiero que estés seguro. 

Si Jungkook se pone a analizar bien a profundidad, sabe que no está cien por ciento seguro de hacer eso, sólo sabe que si no lo hace ahorita, jamás lo hará. También sabe que es una persona con una educación un poco diferente en ese ámbito, cosa que lo lleva a pensar que quizás esté un poco mal, y por eso duda que crea estar seguro, no lo podría, jamás lo haría, sólo sabe que es una buena oportunidad aunque tenga que dejar esos pensamientos de lado y el... respeto ante el señor Kim.

—Ya lo asustaste... —reprocha TaeHyung.

—Necesito saber, un contrato no es algo a la ligera, más cuando son incumplidos.

—Bueno... por eso está usted para que me enseñe el contrato y yo dar mi última decisión ¿no? —el menor de los tres dice.

—Eso es lo que quiero que veas. —estaba serio, a Jimin en los negocios le gustaba que todo quedase claro—. No es sólo un contrato, tendrás que hacer cosas que son... diferentes a lo que comúnmente hay en ellos. Tienes que cumplir con caprichos sexuales de él. —Señala a su amigo el cual sonríe con timidez—. A parte de tener todo en confidencialidad, y estar disponible cuando él lo desee ¿Entiendes?

La cabeza del menor empieza a trabajar, y no es como que no lo haya pensado. Es un adulto y sabe todo lo que "servicios" puede abarcar. Sabe que tendría que estar disponible al señor Kim y quizás si quería ignorar lo de los "caprichos" aunque muy en el fondo lo tiene presente. En todo ese aspecto está consiente y seguro, sus inseguridades radican en lo correcto e incorrecto, en el respeto. 

Dejando de lado eso, él sabía o más bien tenía la idea de lo que estaría por hacer. En su mente  a la hora de hablar sobre el contrato, lo único que cruzó por ésta fue el hablar los tiempos, dinero y transacciones, nada más. 

El Elegido del Señor Kim |KookV|Where stories live. Discover now