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—Señor Kim... ¿Pero qué-

Sus palabras fueron acalladas cuando su cuerpo se estampó contra la puerta por donde había entrado, siendo aprisionado por el cuerpo contrario y a continuación sus labios fueron atrapados en un beso feroz, necesitado y con muchas emociones de por medio.

Jadeó ante la intensidad del beso que devoraba su boca, sintió la intromisión de la lengua del mayor, le permitió el paso y se dejó llevar por la danza de sus lenguas que se encontraban en una batalla de encuentros placenteros. Jungkook se sentía desorientado y su mundo girar, sentía que el oxígeno le faltaba. Con un pequeño mordisco el mayor se separó de él, dejando un pequeño hilo de saliva entre sus bocas, ambos jadeaban por la intensidad del beso. No pasó mucho para que otro beso se llevara a cabo, no le dio ni tiempo de siquiera decir algo, cuando su boca ya se movía al ritmo de la otra. 

¡Demonios! ¡se estaban comiendo la boca!

TaeHyung volvió a cortar el beso, pero esta vez sin separarse por completo, arrastró su boca por la mandíbula del menor, para luego llegar a su cuello con un camino de besos húmedos por toda su extensión, JungKook empezó a jadear cuando el mayor dejaba mordiscos y lamía su cuello, sus manos estaban inmóviles mientras que las del Señor Kim lo tenían bien aprisionado de su cintura, muy pegado a su cuerpo, tratando de ser uno solo.

Fue hasta que una de las manos del mayor empezó a tantear el cuerpo del muchacho, buscando hacia el sur, que JungKook se alarmó y jadeó una vez más cuando aquella mano encontró su destino. TaeHyung acarició aquel bulto y luego dio un pequeño apretón que hizo al azabache gemir bajito.

Eso fue suficiente para alarmar los sentidos del menor, más cuando TaeHyung volvió a atrapar su boca, sabía que no estaba bien, no ahí.

Con mucha fuerza de voluntad elevó sus manos y tomando de los hombros al mayor, lo separó de su cuerpo, haciendo que un sonido resonara en todo el lugar cuando sus bocas se separaron, volviendo a dejar un pequeño hilo de saliva. 

Las pupilas de TaeHyung estaban dilatadas y amenazaban con volver a su acometido, pero JungKook no lo iba a permitir, así que como pudo se separó de las garras del mayor y huyó de su lugar. TaeHyung lo miró ofendido por su acto y fue cuando el azabache se conmovió por el puchero que le mostraba, suspirando rendido se acercó de nuevo al mayor y lo rodeó con sus brazos, en un inevitable abrazo que fue correspondido de inmediato.

—Lo siento, pero sabe que aquí no, usted mismo me lo dijo. —Su voz es calmada y suave.

TaeHyung se escondió en el cuello del chico, aspirando su esencia varonil con esa peculiar loción que le encantaba, aprisionó aún más al chico entre sus brazos, apretándolo con poco de fuerza.

—Te extrañé. —Es lo que dice en cambio. Sabe que él mismo fue el que le dijo que no le gustaba mezclar lo que hacía en una cama, con el trabajo. Y helo ahí, justo haciendo lo contrario—. Ha pasado un poco más de una semana y no sé nada de ti, ni siquiera he podido verte de lejos.

El pecho del azabache se contrae con las palabras y como puede, hace que el mayor le mire, sin cortar su abrazo. Eleva una de sus manos a la mejilla de TaeHyung y acaricia ésta mientras le sonríe, acerca su rostro al hombre y besa sus labios, con la tranquilidad que el mayor no tuvo en un inicio. Disfrutó el tacto de sus labios parsimoniosos, sin la intensidad enloquecedora de hace un momento, pero con mayor sentimiento de poderle tener entre sus brazos y acariciar esos rosados labios que le permitían degustarlos a su antojo y ritmo.

Se separó del mayor con la misma lentitud que unió sus bocas, se miraron con complicidad y se sonrieron, para posteriormente juntar sus frentes y permanecer así por un momento, respirando el mismo aire, disfrutando sus esencias, contemplando la presencia del otro.

El Elegido del Señor Kim |KookV|Where stories live. Discover now