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Era tan estresante, apenas hace unas horas había terminado de llorar y sacar todo su dolor respecto a sus sentimientos, que olvidó algo muy importante.

Por eso, ahora se encontraba en aquella sala de hospital, con los ojos un tanto hinchados y quizás irritado, pero ya mucho mejor sin aquellos nervios que lo habían acechado.

El día anterior lloró al lado de SeokJin y siguió haciéndolo en la comodidad de su cama hasta muy pasada la madrugada, había dormido muy poco para despertarse ante el llamado de su madre de que era el día de la operación de su padre, lo había olvidado por completo. Su madre había omitido el preguntarle por su aspecto ya que se imaginaba la razón, más a su padre le tuvo que dar una pequeña mentira para que no se preocupara.

Ahora su madre y él sonreían tranquilos tras haber escuchado las palabras del doctor cuando les informó que después de tantas horas de trabajo, la operación había sido exitosa y que era sólo de esperar cómo reaccionaba con las terapias, esperaban buenos resultados, todo dictaba un éxito y esperaban que así fuera.

—Voy por café —su madre le dice—, vuelvo enseguida.

—Bien —besa la frente de su mamá—, acá te espero.

La mayor le sonrió y dándole una caricia a su mejilla se retiró, dejando a un silencioso Jungkook el cual intentaba evadir sus pensamientos que sólo le hacían sufrir.

Sólo fueron segundos para que reaccionara y tuviera un cuerpo sobre él abrazándole. Asustado ante el impacto se alejó y el contrario hizo lo mismo, pero sonriéndole. 

Los ojos de Jungkook dejaron su asombro y sonrió de igual manera para luego soltarle un golpe al pecho del contrario, el de cabello castaño se quejó y se lo devolvió. 

—Me asustaste, idiota. —reprende el azabache.

—Tienes una pinta del asco. —Lo barre con su mirada con una muesca de desaprobación—. Pero aquí vino tu esperanza para hacerte feliz. —Jungkook rueda los ojos—. Tu papá... ¿Todo bien?

—Sí, sólo es de esperar a que despierte y ver como evoluciona con las terapias... estoy tan contento y agradecido, espero verlo caminar ya.

—Ya verás que sí, tu papá es un gran hombre, sé que lo logrará y ahí estaremos para él. —Jungkook asiente—. ¿Ya comiste? Seguro que no, —se responde de inmediato—, vamos, yo invito...

No espera una negación y lo arrastra a donde supone está la cafetería del hospital, escuchando los reclamos del azabache mientras mencionaba a su madre. No le importó y se encontraron a la mayor a medio camino, la cual también fue arrastrada por Hobi para que comieran algo. Conocía tanto a esa familia y sabía cómo suelen ser, por eso si no los obligaba, buscarían la manera para no aceptar. Mas él no estaba dispuesto a perder. Por eso, los tres se sentaron en la cafetería para disfrutar de una comida.


🐰🐯


Estaba extremadamente nervioso, demasiado para su gusto. Incluso esa molesta manía de mordisquear sus uñas se presentó. Y es que, no sabía por qué había tomado esa decisión y ya era tarde para arrepentirse.

Sentado en la silla tras su escritorio, bajó la cabeza hasta dejar su frente apoyada en la superficie, para posteriormente empezar a golpearse contra ésta. Estaba aterrorizado.

Cuando decidió que debía hacerle caso a su amigo y llamar al joven azabache, nunca se imaginó que los nervios lo atacaran de esa manera y mucho menos se puso a pensar en el qué le diría. No sabía ni cómo comenzaría, sabe que su distanciamiento a herido al chico, quizás lo conveniente con lo que empezara sería una disculpa, pero sabe que es tan torpe con el azabache que quizás diga una estupidez.

El Elegido del Señor Kim |KookV|Where stories live. Discover now