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¿Dónde estás? —le cuestiona la voz al otro lado de la línea.

—Estoy en la parada de autobús. —contesta Jungkook.

¿Ya terminaste todo lo de los papeles?

—Sí, voy a dejarlos en estos momentos ¿Qué pasa, Jin?

Necesito encontrarme contigo... cuando salgas de la Universidad me llamas. 

—Me das miedo, pero bien. 

La llamada finaliza dejándolo con un mal presentimiento. Últimamente siente que todo lo que lo acecha son puras cosas malas, siente que es su mala racha. 

Si recapitulamos todo, Jungkook sin duda diría que no es su mejor momento. Claro está que debería estar de lo más contento, pero no.

Acababa de salir de la empresa del Señor Kim donde, por cierto, no se encontró con él. Había ido por sus documentos donde certificaban sus horas de pasantías y todo lo que ésta conllevó. Porque sí, había culminado sus cinco meses de pasantía, lo había hecho exitosamente y sin ningún inconveniente, lo agradecía. Por eso, debería estar emocionado, porque sólo llevaría eso a la Universidad y su proceso de graduación iniciaría, estaba a nada de tener en sus manos su título universitario que lo acreditará como arquitecto.

Pero no se sentía emocionado. Obviamente estaba contento de que por fin tuviera ese logro que con mucho esfuerzo ha realizado, más sus emociones están en otro lado y eso le impide disfrutar en gran manera.

TaeHyung desde el día del encuentro con su madre no le ha vuelto a hablar, no tuvieron ningún encuentro, no han conversado de lo del contrato, más en su cuenta llegó el dinero correspondiente. Nunca tuvo la oportunidad de hablar de esos momentos fuera del contrato, no le dio oportunidad de siquiera tratar de confesarse, más sabe que no será correspondido, este distanciamiento lo comprueba, pero quería ser capaz de poderlo decir de frente y posteriormente aceptar el inminente rechazo.

Cosa que no ha podido, porque desde ese entonces sólo lo pudo observar una tan sola vez a lo lejos, sin que TaeHyung lo observara a él. No lo vio este día que fue por sus documentos y eso de alguna forma lo entristecía, porque ya no tenía ninguna otra excusa para verlo, a menos que él mismo se comunique con él, cosa que no pasará. 

Se sentía decepcionado con él mismo, siente que pudo dar más, demostrarle más al señor Kim, hacerle más evidente sus sentimientos, pero creía que sí lo hizo, porque al ver el brillo en los ojos de su mayor, la manera de comportarse hacia él, su forma de tocarlo, todo le decía que sus sentimientos podrían ser muy bien correspondidos, pero saber o pretender saber, es muy diferente a la realidad y esa realidad le duele, esa donde se da cuenta que su mente y sentimientos le jugaron en contra y todo eso sólo fue una imaginación proyectada por lo que él siente. 

Nada es real, salvo sus sentimientos hacia su mayor, de ahí, él sólo fue la persona donde TaeHyung descargó sus más profundos deseos carnales.

Suspirando y volviendo a esa realidad subió al autobús que lo transportaría a la Universidad, dejando a sus pensamientos divagar por todo el recorrido. Una vez llegó, hizo lo correspondiente con sus documentos y se dispuso a salir luego de esas instalaciones, a esperar a que llegue el día donde su graduación se lleve a cabo.

Sacó su móvil y envió un texto al pelirosa diciéndole que había acabado, no tardó en recibir respuesta con el nombre de una cafetería donde lo esperaría.

Negó ante lo misterioso y serio que estaba siendo su amigo, hasta que alguien se paró frente a él. Jungkook sin entender, miró con sorpresa al tipo que obstruía su paso y con una ceja alzada le cuestionó el por qué se interponía en su camino.

El Elegido del Señor Kim |KookV|Where stories live. Discover now