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De regreso a casa, nadie dijo nada. Habían subido al auto de TaeHyung en un silencio sepulcral, con aquella incomodidad que se extendía.

Una vez dentro del vehículo, la señora Jeon mencionó que su jefe se comunicaría con TaeHyung para explicarle por qué ella se encontraba en casa, ya que ella no sentía ánimos de siquiera dirigir alguna más palabra hacia él. Por otro lado, estaba TaeHyung que, a este punto, eso era lo de menos. No niega que le intrigó un poco el verla, pero ya se imaginaba qué pudo haberle hecho estar en casa y los encontrara, pero lo que más se dice el pelinegro es, lo pequeño que es el mundo, mira que justo la mamá de su chico es la que le limpia y la que los encontró de esa manera íntima.

El trayecto no duró mucho, la mayor llevaba recostada su cabeza en el hombro de su hijo mientras este daba caricias al dorso de su mano, siempre con ese silencio un tanto incómodo. Fue hasta que el vehículo se detuvo que la mayor se despegó de su hijo y luego de suspirar con fuerza, habló:

—Gracias por traernos. —le dice con seriedad a Kim y luego besa la mejilla de su hijo—. No tardes, que aún tenemos que hablar.

Con eso sale del auto, sabía que su hijo hablaría con el mayor y por eso se permitió bajar, y darles su espacio, después de todo, sabía que ellos tenían que conversar.

En el auto, el silencio se extendió por unos segundos cuando ninguno de los dos sabía qué decir, no fue un descuido o quizás sí, más ninguno se imaginó ser encontrado de aquella manera.

—Yo... —empieza el menor—, en verdad lamento haber dicho la verdad a mi madre. Entenderé si hay consecuencias. —sin mirarle, con su cabeza baja le dice.

A este punto para TaeHyung eso era lo de menos, estaba claro que su madre no andaría divulgando todo eso, no por su persona, sino por su propio hijo. Por eso le parecía raro que al menor eso fuera lo que le preocupara, después de todo, hasta ni contrato tenían de por medio, Jungkook podía hacer lo que quisiera. Más eso sólo le dejaba ver la persona maravillosa que era su chico, preocupándose por otras cosas en vez de él mismo.

Suspiró, con un poco de derrota, desabrochó su cinturón para poder voltearse y verle, ya que el menor estaba en los asientos traseros. 

—Eso es lo de menos. —le asegura y Jungkook levanta su mirada—. No he dicho nada por respeto a tu madre, porque supongo ella en estos momentos no me ve de una buena manera —ríe de medio lado—, ya sabes... Por estar haciendo que su hijo haga este tipo de cosas... comprendo la situación, Jungkook-ah. —trata de sonreírle, más no sabe qué pasará y no quiere ni imaginarlo—. Pero lo único que me preocupa en estos momentos eres tú ¿cómo estás?

El silencio se extiende unos minutos y TaeHyung sabe que hizo la pregunta más estúpida, es obvio que el azabache no está bien, que lo sucedido traerá consecuencias y cambios grandes.

—Lo siento... —habla tras ese silencio que Jungkook no quiso romper—, esa pregunta es tonta, sé que no estás bien, después de todo, una de las personas que más amas y que te importa su opinión, te encontró en una situación no muy bien vista. Lamento meterte en todo esto... Entenderé si...

—¿Si todo acaba aquí? —le dice con un tono un tanto brusco—. ¿Eso es en verdad lo que desea? ¿Que todo acabe así?

—Yo... 

—Entiendo perfectamente que no tengo derecho a nada, más creía que había cosas pasando, pero me equivoqué —esas palabras descolocaron un poco a TaeHyung—, más no deseo que acabe aún, no así. Por eso... Por eso deseo que no diga nada más, no siento que sea el momento de hablar de ello, así que... espero y comprenda, y hablemos después... buenas noches, señor Kim.

El Elegido del Señor Kim |KookV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora