El Elegido del Señor Kim |KookV|

6

Ya cuando el azabache está más tranquilo y su amigo deja de reír, buscan un lugar y se acomodan, era una simple banca que daba la vista al polideportivo del lugar.

El azabache suelta un suspiro.

—Oye... no es para tanto —Le suelta su castaño amigo—, no creo que haya sido tan malo lo que te dijo.

Otro suspiro.

En realidad, ya más tranquilo, se dio cuenta que no le había dicho mucho, sólo que sabía de su familia y de él. ¿Y qué con eso? todos en la puta universidad lo sabían, sea quien sea que preguntaras. 

No tenía por qué salir huyendo, pero algo en el tono del hombre le hizo estremecerse. Porque quizás ese hombre sabía más que todos en la universidad, porque aquel "sé todo" le decía que era muy cierto.

La pregunta era ¿por qué? o ¿para qué le ayudará saber de él? no tiene dinero y nada que ofrecer, a menos que... su conocimiento, pero eso era estúpido, la empresa del Señor Kim tenía muy buenos trabajadores.

—Sabe todo de mí, incluyendo mi familia, Hobi.

—Ya, pero eso es algo que todos saben, bien pudo preguntar.

—¿Y si no? él dijo "todo" y ese todo a de saber que...

—¿Que necesitas dinero? —El azabache asiente—. Kook... ¿eso no sería bueno? digo, imagina que quería ayudarte y tú sólo, huiste.

—¿Ayudarme?

—Sí, ayudarte. Esas personas tienen mucho dinero, Kook.

—No creo eso... 

—Como sea, no te mortifiques, seguro ya no vuelve después de como saliste corriendo.

Se burla un poco para aligerar el ambiente y lo logra, Kook ríe y le da la razón. Después de todo, quizás sólo estaba siendo paranoico.

Se queda un tiempo más conversando con su amigo hasta que el tiempo de su clase llega y la compartía con sus amigos, por lo que ambos se fueron juntos al salón. 

🐰🐯 = N🅾️🅱️I🅾️S

Un azabache sale casi corriendo de su última clase, debía de apresurarse o llegaría tarde a su trabajo y eso ameritaba regaño con una posible sanción a su sueldo, eso era lo que no podía permitir.

Sale corriendo a toda velocidad sin siquiera escuchar a sus amigos que le gritaban, siempre era así, una media despedida y sus carreras, era raro verle tranquilo.

Sus amigos suspiraron rendidos, no podían con el azabache. Desde que se enteraron de su situación quisieron ayudarle, ya que ellos provenían de familias mejor posicionadas, el de mayor dinero era su amigo SeokJin ya que su padre era dueño de unos hoteles, pero Hobi, él sólo era el hijo de unos trabajadores importantes de una empresa, como sea, siempre tenía mejor posición que el azabache. Pero Jungkook nunca aceptó su ayuda, alegando de que no quería que pensaran que era por interés su amistad. 

Los chicos alegaron contra ello y siempre terminaba en pelea ese tema, por eso, con el tiempo dejaron de insistir y sólo les queda ayudar como pueden, sin dinero de por medio.

Jungkook pedalea con mucho ímpetu para llegar al restaurante donde lava trastes, es un trabajo pesado pero todo por el dinero, es bien pagado para él, aunque termine de lo más rendido por lavar tanto y de manera un tanto rápida. 

Aseguró su bicicleta al llegar y de inmediato quitó su prenda superior para colocar la camiseta blanca que le es de obligación usar. Justo a tiempo entra y coloca su mochila junto al resto de los demás empleados. No tienen espacios privados para sus cosas, sólo es una esquina la que ocupan para dejar todos sus mochilas juntas. Saluda a los ayudantes de la cocina, al chef y a todos los demás del personal. Todos le devuelven el saludo y ve que llega a tiempo y con una cima de trastes esperando, bufa.

—Casa llena~ —le canturrea uno de los cocineros mientras palmea su hombro con afecto al verlo suspirar por la cantidad de trastes.

Se fuerza a sonreír y tomando aire se dispone a su tarea. Sabe que no se despegará de allí hasta que su turno termine. Así era siempre, terminaba esa tanda y llegaba otra y otra, todo un ciclo, hasta que su tiempo se acaba y es hora de ir a casa.

Mientras lavaba tarareaba una melodía que fue aceptada por los de la cocina que alcanzaban a escuchar, el chef negó con una sonrisa al ver que todos en el lugar empezaron a imitar al menor de todos allí. Los meseros que entraban por pedidos sonreían ante la armonía del lugar. Sin duda, ese chiquillo siempre les pegaba su felicidad. 

El reloj dio las 11:25 de la noche, hora en la que el azabache salía. Auto masajeando sus hombros caminaba en dirección de su bici, sentía todo su cuerpo dolorido, pero eso no impedía borrar su sonrisa y despedirse de los demás amablemente.

No subió a su bici directamente sino que la tomó por el manubrio y empezó a caminar un poco. Unos cuantos pasos había dado fuera del restaurante y un carro muy lujoso se paró cerca de él, no le dio importancia, total, era alguien de dinero y él no trataba con esas personas. Siguió su rumbo con el auto cerca de él, se detuvo y el auto igual, se negó a tener miedo y tocó el vidrio de la ventanilla.

Era el señor Park.

—¿Podemos hablar?

—Sabe que es feo seguir a alguien de esa manera.

—Lo siento, no quería asustarte.

—Escuche. —le dice cortando su discurso—. Lamento mi comportamiento pero no me gusta hablar de mí, no sé sus intenciones pero tampoco me gusta recibir cosas gratis.

Su voz es firme y sorprende al mayor ante su rectitud, sonríe. 

—No es gratis, nada en esta vida lo es. —le asegura el mayor—. Sólo quiero tus servicios, los cuales serán pagados.

¿Servicios? ¿escuchó bien? 

—¿A qué tipo de servicios se refiere?

Jimin le dice que los detalles es mejor hablarlo en otro lugar, no en medio de la calle, el menor le resta importancia y le dice que hable.

—Sé que entiendes a lo que me refiero.

Eso es suficiente para que el rostro del menor cambie y se asombre. El señor Park quería que... Vaya que no se imaginó eso de ese señor.

—Oiga, no soy ese tipo de persona, señor. Tampoco me interesa usted.

Es lo que dice, se aleja de la ventanilla y le pronuncia un "no vuelva a acercarse" mientras sube a su bicicleta y pedalea lo más rápido que puede, sin detenerse a mirar si lo persigue. Ese señor estaba loco, se dice. 

¿Sus Servicios? ¿Qué se creía? Él no era un prostituto para hacer tal cosa. Viejo loco.

Jamás aceptaría algo así. No por voluntad propia.

BM~