16

39.3K 4.7K 195
                                    

La semana más tediosa y horrible para el de hebras negras. Había desperdiciado tiempo valioso con sus amigos y le tocó recobrarlo, estando el hecho de estudiar más de lo normal para ser el número uno de aquella lista, y no sólo eso sino el tener que escabullirse de sus padres para que siguiesen creyendo que mantenía sus empleos y no preocuparles, eso quiera o no le cobraba factura ya que su rutina seguía igual con respecto a las horas de sueño, aunque ese tiempo "libre" no lo desperdiciaba y lo ocupaba en sus estudios por el momento.

Este día había sido su último parcial y por fin acabaría ese tormento, con los chicos había salido a pasar el tiempo y celebrar de que la semana de tormento había acabado. Por un momento los iba a rechazar pero luego de pensarlo aceptó, ya que hace un buen tiempo que no tenía esa oportunidad de compartir con ellos de esa manera, así que había aceptado, pero lo que prometía una salida normal se pasó a una salida con bebidas incluidas y ahora estaba un poco mareado y preocupado porque su madre descubriera su mentira. 

Quizás si pudo simularlo porque su madre lo saludó como siempre al igual que su papá y no hicieron preguntas yendo a su habitación inmediatamente, se tiró sobre la cama, suspiró y por lo mareado de su cabeza dejó cerrar los ojos, diciéndose mentalmente que la próxima vez debía tomarlo con más calma. No lo había pensado mucho y había bebido sin cuidado, olvidando el simple detalle que hace un buen tiempo no lo hace, menos mal es buen bebedor. El sueño lo vence, durmiendo sin siquiera quitar sus prendas.

La mañana siguiente llega, desorientado se levanta de golpe y busca su reloj de mesa, alarmándose de inmediato con la hora marcada. ¡Eran las nueve de la mañana! ¡Las nueve! Hace horas tenía que haberse levantado y fingir su ida hacia el Señor Chang. Ahora no sabía que excusa les daría a sus padres. 

Se levantó, aseó y vistió. Salió de su habitación encontrando a su padre como siempre en su silla viendo por la ventana hacia fuera, su madre estaba parada junto a él mirando de igual manera hacia fuera. Con nerviosismo se acercó y saludó a sus progenitores con un "buenos días" que fue devuelto. Besó las mejillas de sus padres como siempre hacía. 

—Tu desayuno está en la mesa de la cocina. —Su madre le hace saber y él se sorprende porque no preguntan de su presencia a esa hora ahí, lo deja pasar y se dirige a comer el delicioso desayuno de su madre.

Come en silencio y solo. Su mente trabajando en una buena excusa la cual decirles y que sea creíble. Su pregunta es ¿Por qué su madre no lo despertó? Ella siempre lo hace cuando sabe que se duerme —cosa que rara vez sucede— pero no lo hizo, eso es lo que más le aterra.

Termina el desayuno y a paso lento va donde sus padres, los cuales se encuentran en el mismo lugar, con la diferencia que su madre se encuentra sentada. Agradece por la comida y no pensaba decir más e irse así, pero la voz de su madre lo hace detener y sentarse junto a ellos.

—Hay que hablar, cariño. —le da un pequeño vistazo donde le sonríe y vuelve su mirada al frente.

—¿H-Hablar? 

—Sí, hablar. —su padre contesta y él asiente—. ¿Cuándo ibas a decirnos? 

—¿Decirles? —su sonrisa tiembla—. ¿Qué cosa?

—El señor Chang me dijo que ya no trabajas con él. —Su madre dice y antes de que diga algo, ella levanta la mano y él entiende—. Le hablé para ver si tomaba tu turno esta semana por tus exámenes, ya que yo no tengo horarios esta semana por la mañana, así que quería ayudarte para que durmieras un poco más, pero me llevé tremenda sorpresa. ¿Pensabas siquiera decirnos? —Jungkook niega mientras baja su cabeza—. Hijo... no te estoy reclamando o reprochando algo, sólo... quiero, queremos que confíes en nosotros, sabes que trabajar--

—No, mamá. Necesito esos trabajos, no quería preocuparlos y--

—¿Preocuparnos? —su padre habla indignado—. Eres nuestro hijo, Jungkook. Tu no debes preocuparte por nosotros, somos nosotros los que deberíamos, somos tus padres, nosotros tenemos que velar por ti, no tú por nosotros.

—Claro que debo y quiero hacerlo, quiero ayudarlos, que no falte nada, que puedas...

—Sé que lo deseas, pero también sé que es por mí. Yo estaré bien sin esas terapias o medicamentos. Seré inservible pero--

—No digas eso, papá.

—Es la verdad. No sirvo en nada estando así. —Su esposa aprieta su mano—. Yo estaré bien, ese dinero que gastas en mí, puede ser utilizado en otra cosa.

—Ese es el problema. —dice entre dientes, no queriendo levantar la voz ya que sus padres en ningún momento lo han hecho—. Por eso no quería decirles, porque sabía que se pondrían así y no quiero discutir esto. Yo seguiré con tus terapias papá, no importa lo que tenga que hacer. —Su padre iba a reprochar, pero él siguió—. De todos modos no se preocupen, ya conseguí un nuevo trabajo. —Y quizás estaba hablando imprudente o tal vez se arrepentiría, pero no veía otra solución ahorita más que esa. Estaría bien si sus padres lo estaban.

—¿Nuevo trabajo? ¿Dónde?

—B-Bueno... —no quería decir.

—No mientas, Kookie. —Su madre dice—. Nosotros no te estamos obligando a--

—Es con el Señor Kim... Kim TaeHyung, trabajaré para él.

La expresión de sus padres era de mucho asombro e incrédulos al no creer tal cosa. En eso llega un mensaje al teléfono del azabache, lo abre para poder distraer su incomodidad ante el tema y la mirada de sus padres. Su sorpresa fue más que la de sus padres al ver aquel texto. 

"¿Hablaste con el Señor Kim? Dijiste que nos enviarías un mensaje anoche y no lo hiciste... eso quiere decir que... ¿pasaste la noche con él?"

—¿C-Con el Señor Kim? —su madre dice, sacándolo de su shock.

Demonios, se le había olvidado pasar donde el Señor Kim y el tiempo se terminaba ayer... debía hablar con él, esperaba que por lo menos lo escuchara. Se levanta de golpe asustando a sus padres, ve la hora en su móvil; 10: 03 A.M marcaba este. Tenía que llegar rápido, esperaba encontrarlo.

—Sí, con él. Les cuento luego, tengo que ir con él.

Apresuradamente les dice mientras besa la frente de cada uno y se despide de ellos casi corriendo, dejando atónitos a sus padres por la acción y lo dicho. Cuando volviera lo harían hablar, por el momento sólo sonrieron y agradecieron por el hijo que les tocó.

Corrió fuera y justo logró el autobús que lo dejaba cerca de la empresa, se dirigiría ahí ya que era lo más probable donde se encuentre. Sentado en el asiento de aquel autobús sus pies se movían con nerviosismo mientras miraba los minutos pasar en su teléfono.

20 minutos después y llegó a aquella empresa, tuvo suerte no toparse con tanto tráfico, se mordió el labio inferior mientras miraba el edificio, pensando en qué demonios le diría o siquiera lo iban a dejar pasar. Tomó una exagerada bocanada de aire y se dio paso al lugar donde el vigilante lo vio con mala cara pero le dejó pasar. Llegó donde la recepcionista estaba, saludó y esta lo devolvió, pero la sonrisa de la contraria tembló al pedir hablar con el CEO, frunció su ceño, pero Jungkook no se echaría para atrás, así que sólo presionó un poco más.

—Dígale que Jeon JungKook quiere verlo.



BM~


El Elegido del Señor Kim |KookV|Where stories live. Discover now