Fine Line (Luzuplay) [En edición]

I

Narrador omnsciente

Raúl llegó el primer dia a la universidad. A esa majestuosa universidad a la que tanto trabajo costó acceder. Renunció a muchas cosas, entre ellas a la que fue su pareja, para cumplir su sueño de ser enfermero. Cuando llegó a la sala de actos para la presentación, solo vio sitio al lado de un grupo de chicos. Decidió sentarse con ellos para empezar a entablar alguna que otra amistad.

- Hola, soy Raúl, ¿Puedo sentarme? - Preguntó el chico con tatuajes un poco tímido.

- Ehh si claro siéntate, yo soy Alex y los dos de mi lado son Rubén y Guille.- Señaló con la cabeza a los dos chicos de su lado y estos hicieron una señal como saludo.

Raúl se sentó y miró alrededor para ver el panorama que se le presentaba. Como no, eran muchas chicas pero lo dejó pasar. Empezó la presentación del curso, pero Raúl no prestaba mucha atención ya que quería empezar a dar clase. Después de dos horas de charla salieron a tomar algo, Raúl se acopló con el simpático grupo de chicos que había conocido y se pusieron a hablar.

- ¿Sois todos de Barcelona? - preguntó Raúl curioso.

- Que va, venimos de Madrid. Quisimos experimentar cosas nuevas. - Rubén rió - ¿Y tú Raúl? ¿Eres de aquí? - el nombrado asintió.

- Ya os haré un tour por Barcelona. - todos rieron. A lo lejos un grupo de chicos más mayores se acercaron a ellos mirando con superioridad.

- Vaya vaya, así que vosotros sois los que no pudisteis entrar a medicina eh. - El chico que había hablado se rió - ¿Vosotros sabéis que les toca a los novatos no? - El chico castaño fijó su mirada a Raúl, este se sintió intimidado.

- Sí, lo sabemos podéis dejarnos en paz hasta la noche de las novatadas, ¿Porfavor? - dijo Guillermo con seguridad. Los futuros médicos se rieron empujándoles.

- Vaya gilipollas, me da a mi que se pasaran en las novatadas - comentó Alex.

- Bueno, yo no tengo problema en que el chico con ojos morados se pase eh. - Rubén empezó a reír sonrojándose. Todos empezaron a reír ya que la risa de Rubén era contagiosa.

El grupo siguió hablando de cosas aleatorias, conociéndose más y aumentando la confianza entre ellos.

Las clases no empezarían hasta la semana siguiente, así que decidieron irse a tomar algo para seguir hablando sobre sus metas respecto la vida y la universidad. A Raúl le caían bien esos chicos y sabía que la amistad sería muy buena.