XLVIII💭

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Narra Rubén

- Entonces... ¿Me has hecho un regalo? - preguntó Sam escéptico.

- Claro, es Navidad ¿No? - le dije como si fuera lo más obvio del mundo, realmente sí lo era.

- Ya, ya sé que es Navidad pero... No hacía falta - Sam siguió sin aceptar el regalo.

- Venga, abrelo. Te gustará. - dije acercándole la caja.

- Vale vale, ya voy - Sam abrió la caja delicadamente. Como si en ella hubiera la pieza de porcelana más frágil del mundo. - Rubén no... No hacía falta - murmuró sacando una foto de ambos junto a una cajita de terciopelo.

- Cuando me dijiste que habías perdido un colgante que era muy importante para ti, pensé en darte uno pero con un toque más personal. - me encogí de hombros. - Ábrelo, venga. - Sam abrió la cajita y un bonito colgante dorado con nuestras iniciales grabadas hizo acto de presencia - A lo mejor es demasiado o demasiado poco, pero quiero que sepas que este colgante es mi muestra más pura del amor que siento hacia ti. Es un amor delicado como puede ser este colgante pero a la vez brillante y claro como puede ser el oro. - sonreí mientras Sam acariciaba el colgante y se lo ponía.

- Creo que es el mejor momento para decirte que te amo, te amo Rubén. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida - le abracé juntando nuestros labios en un corto beso lleno de sentimientos.

- Te amo Sammy - le susurré en sus labios.

[...]

- Así que hoy es el día, ¿No? - preguntó Samuel desde mi cama.

- Efectivamente, hoy conocerás a mis padres de forma formal. - Dije vistiendome.

- Estoy nervioso. ¿Es normal estar nervioso? Rubén por Dios, avísame con más antelación - Sam estaba de los nervios. Vaya exagerado.

- Relájate, iremos al restaurante del otro día y mantendremos una conversación donde tu serás el centro de atención. - Solté una carcajada mientras él me lanzaba múltiples objetos. - Venga, ve a ducharte idiota - reí mientras le sacaba de la cama.

- Ojalá no sudara mientras follamos, que asco. - dijo yendo a la ducha.

- Ahora te quejas del sudor eh De Luque - solté otra carcajada.

- Callate imbecil y prepárame el traje del otro día - dijo riendo y cerrando la puerta del baño.

[...]

Narra Samuel

- Entonces... quieres ser cirujano, ¿cierto? - asentí nervioso. El señor Doblas era un hombre que imponía, y estar en un restaurante de su propiedad no lo hacía menos imponente.

- Sí señor, me gustaría especializarme en neurocirugía - sonreí lo más relajado posible. Noté como Rubén me apretó ligeramente la mano tratando de relajarme.

- Interesante campo, ¿en que subespecialidad? - dijo interesado.

- Probablemente la oncológica. Hice una promesa que quiero cumplir - asentí con una media sonrisa.

- Pappa, nok er nok. Kan vi fortsette å spise? - Miré a Rubén. ¿Que cojones había dicho?

- Slapp av sønn, jeg vil bare vite om han er en god gutt. - Bebí de mi copa. A lo mejor con alcohol lograba entenderles. Vaya chorrada. El tono del padre era bastante calmado a diferencia del de Rubén.

- Nok er nok, skjønner du ikke at Samuel ikke forstår deg? Lo siento cariño, cuando estos dos discuten no hay quien los pare - me sonrió de la forma más dulce del mundo y yo le devolví la sonrisa.

- No pasa nada, gracias - sonreí y seguimos comiendo.

- Yo tuve un amigo cirujano, ¿sabías chico? Me dijo que lo peor de esa especialidad es cuando fallecen los pacientes. Estas listo pa... - el padre de Rubén calló de golpe.

- Er du en idiot eller hva? Kan vi snakke om noe lykkeligere ved bordet enn døden? Takk skal du ha. - dijo Rubén en un tono de molestia. Nota para el Samuel del futuro: apúntate a clases de noruego. Terminamos la cena, pagaron ellos y Rubén y yo nos fuimos de paseo a disfrutar de la bonita noche que había.

- Oye Sam... Perdón por lo de la mesa - dijo un muy arrepentido Rubén.

- Oh, tranquilo. No he entendido nada - sonreí. Ambos nos fundimos en un beso bajo la luz de una tenue farola.

- Te amo neurocirujano - murmuró sonriendo.

- Te amo dios nórdico - murmuré sonriendo también.

Fine Line (Luzuplay) [En edición]Where stories live. Discover now