XXV (2)

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Narra Borja

Este domingo había empezado extraño. El día anterior eliminé todos los mensajes que le envié a Raúl por... ¿Verguenza? No realmente. No vi lógico elogiar a Raúl después de todo. No era del todo necesario. Una llamada de Raúl me despertó, le di los buenos días, le felicité y colgué. Volví a tirarme a la cama, me giré y vi a Iván al lado mío. Estaba profundamente dormido y ambos estábamos sin ropa. Nota mental de Borja a Borja: borra el número de los exs. Necesitaba saber que había pasado la noche anterior con seguridad. Fui al baño resignado por no acordarme de lo que hice, tomé una ducha y salí con una toalla en mis caderas. Raúl me envió un mensaje para vernos en un Starbucks, acepté la invitación y volví con Iván. Ya que estaba en mi cama, iba a aprovecharlo y sabía muy bien como hacerlo.
Como seguía durmiendo, me senté encima de su miembro, me tumbé encima suyo y empecé a besar su cuello dejando mordidas flojas y un rastro de saliva que iba hasta su clavícula. Iván se despertó caso gimiendo.
- Buenos días Borja, ¿No tuviste suficiente ayer? - dijo ronco acariciando mi cintura.
- De eso quería hablarte, ¿Qué paso? - murmuré mirándolo.
- Hmm, me llamaste, hablamos, me pediste venir y de alguna forma follamos. Por cierto, con las ansias rompimos una silla - me di con la mano en la frente - Y no te recordaba tan dominante, y menos tan sumiso
- ¡Cállate! - dije sonrojado - esto no saldrá de aqui, ¿No? - murmuré acariciándole el cuello.
- Que va, si no mi novia me mata - dijo irónico, soltamos una carcajada.
- Tan fiel como de costumbre eh
- Ya sabes que si - sonreí contra su cuello.
- Eres imbécil - le besé - ¿Uno mañanero? - dije contra sus labios. - se tiró encima mio deborandome.

Pasado un rato estábamos desayunando en una cafetería cerca de mi casa y hablando de bobadas.
- ¿Y tu que tienes con Raúl? - me preguntó Iván con recelo.
- ¿Hmpf? Nada, somos... Amigos - le dije. - ¿Por?
- Se rumorean cosas y ya. Nada importante.
Asentí brevemente terminándome el café. No me fiaba de Iván. Puto subnormal que eres Borja. No podía quedar con Raúl sabiendo que le había engañado. Vale, no son cuernos por que no somos pareja pero son cuernos metafóricos. Saqué el móvil y le envié un mensaje a Raúl cancelando el plan. Pude oir su suspiro y su sollozo desde donde estaba. Me merezco lo peor.
Un mensaje de mi madre me puso alerta, vendría esta tarde. Puto karma.
Iván y yo nos despedimos con un breve beso. Fui hasta mi casa, tenía que acomodarla y limpiarla y dejarlo todo presentable. Empecé por la cocina aunque no tenía mucho trabajo ya que era bastante limpio. Seguí por toda la casa, dos horas después estaba todo limpio. Fui a darme una larga ducha por lo que me esperaba de ese maldito domingo.

Sobre las 17:30 llamaron a la puerta, fui a abrir y dejé pasar a mis padres. Nos sentamos en las sillas del comedor quedando ellos enfrente mía aunque con una notoria separación entre ambos.
- ¿Nos nos vas a servir nada de beber? - preguntó mi madre. Yo negué - Borja, amor, la última vez que te vimos no pudimos hablar sobre el tema de nuestro divorcio. Queremos darte las explicaciones que te mereces - acercó su mano a la mía pero yo la aparté rápido. La vi suspirar de forma triste. Odiaba estar así con ella, pero hay cosas que no se pueden tolerar. - Tu padre y yo llevamos varios años casados, como bien sabes. Últimamente ha habido... Peleas entre nosotros y hemos llegado a la conclusión de que estamos mejor separados. Tanto él como yo estamos rehaciendo nuestras vidas - ambos asintieron.
- También, Borja - dijo mi padre en tono neutral - quería comentarte que dentro de un par de meses me voy a ir con mi pareja a vivir fuera. Nos vamos ambos a Milán y tu madre se queda aquí con la suya. Por lo que me gustaría que cuando pudieras vinieras a visitarme. Se que nuestra relación no ha sido la mejor, y me gustaría empezar de nuevo contigo aunque llegue tarde. - rodé los ojos y chasquee la lengua.

- Lo nuestro nunca va a ser como quieres que sea. No te prometo ir a verte a Milán, ni prometo llamarte semanalmente ni mensualmente. Pero algo haré. Eso sí, y os lo digo a ambos, no quiero ver a Óscar en la vida. - escupí su nombre con asco. - ni quiero que le digáis nada sobre mi vida. Gracias. - ambos asintieron - Bien. ¿Algo más? - ambos negaron - perfecto, os dejo que he de hacer cosas de la uni - me levanté y subí hasta mi habitación. Me tiré a la cama y me puse a pensar en Raúl. No estoy haciendo nada bien con él, ojalá poder empezar de cero y tratarle como se merece. Cuando pille al imbécil que le ha insultado le voy a partir la cara, con Raúl no se va a meter nadie. Raúl. Su nombre pasaba fugaz por mi cabeza, los vídeos de él tocando el piano eran el mejor falso recuerdo del recital que tenía, su risa, sus mejillas sonrosadas al halagarle, sus ojitos brillando al abrazarle... Le echaba tanto de menos. ¿Cómo se supone que tenía que conquistar al pelinegro? ¿Que tenía que hacer? ¿Y si le provoco un accidente y hago que pierda la memoria y empiezo de cero con él? Vale Borja, te estas yendo del hilo, pero la pregunta más importante: ¿Raúl que sentía hacia mi en esos momentos?

Fine Line (Luzuplay) [En edición]Where stories live. Discover now