XXXIX (1) (resubido)

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Narra David

Después del comentario de Iván me pasé los siguientes días ignorando a Sam y Guille. Pero obviamente no duró mucho.

Días anteriores

- David Romero, abre la maldita puerta que vamos a hablar. Y no es una sugerencia. - Samuel levantaba la voz y cada vez golpeaba más fuerte. - David porfavor, no me hagas hacer esto por las malas. - Gruñí enfadado y fui a abrir.

- Qué quieres. - me apoyé en la puerta mirándole cabreado.

- Dejarte claro que Guille y yo no hemos follado y que esta situación esta perjudicando a todo el mundo. - Ambos nos mirábamos desafiantes. - Rubén no me habla, Guille no sabe que hacer contigo y tú no me diriges ni una triste mirada. Venga tío, no puedes pensar de verdad que me he tirado a Guille.

- Yo ya no se que pensar Sam, Guille ha estado tan raro últimamente que llegué a pensar que sí. ¿Vamos a pegar a Iván? - Sugerí.

- Perfecto. - Cogí las llaves y una chaqueta y seguí a Sam.

Actualmente

Estaba terminando de preparar todo para la fiesta. Que tampoco había mucho que preparar. Solo la sala. Una sala dónde Frank, Sam, Borja y yo nos reuníamos a fumar sustancias no demasiado legales, pero por suerte ninguno estaba enganchado. Frank y Sam llegaron un rato después, más que nada para no aburrirme ya que Borja se iba a cenar con Raúl o algo así.
- ¿Así que Raúl y Borja han vuelto? - pregunté bastante escéptico. La situación que vi entre ambos no me pareció precisamente buena y menos esperé que volvieran.
- No han vuelto, estan modo puritanos. Teniendo citas y esas cosas. Ni que no hubieran follado ya - dijo Frank con una carcajada - pero se les ve mejor. Estan cuidando el uno del otro, intentan ambos no pelear pero van haciendo.
- Pero realmente van bien. Rubén me va contando, ve a Raúl ilusionado y feliz. Parecen casi una pareja - Afirmó Samuel.
- Me alegro por ellos, ya tocaba. - sonreí.
- ¿Y Guille y tu? - miré a Frank con el ceño fruncido. - ¿Cómo vais?
- ¿Os apetece algo de beber? - pregunté levantándome. Ambos negaron.
- Vale vale lo pillo, por cierto. ¿Qué le hicisteis a Iván? - Frank soltó una sonora carcajada.
- Vengarme, a mi pequeño sol nadie le hará llorar. - Comentó Samuel mirandose las uñas.

Narra Borja

Esto de tener algo formal y luego algo informal es una mierda. Primero la cena con Raúl, luego la fiesta de David y al dia siguiente comida familiar. Intenté vestirme lo mas formal e informal que pude por lo que me puse una camisa, unos vaqueros y unas bambas. Guapísimo, realmente no, mierda. Miré la hora en el bonito reloj Cartier que mi padre me había dado como "despedida". Quedaban cinco minutos para tener que ir a buscar a Raúl. Maldito tiempo. Salí de mi cuarto con una chaqueta, cogí las llaves del coche junto a la cartera y el móvil. Fuí al garaje y conduje hacia casa de Raúl. Esperé a que bajara después de avisarle que estaba ahí. Entró y se abrochó el cinturón.
- Vaya vaya, ¿Quién te ha dado permiso para venir tan guapo? - le dije empezando a conducir. Vi como se sonrojaba. Y es que joder si iba guapo, camisa negra, vaqueros ajustados y unos zapatos negros.
- Eres idiota, el que va guapo eres tu - sonrió, conduje hacia el restaurante, aparqué y bajé. Entramos y fuimos a la mesa que teníamos reservada.
- ¿Vas a querer vino? - asintió - ¿Blanco?
- Sabes que sí - sonrió. Era demasiado tierno Raúl. Como un pequeño ángel. Vino el camarero y pedimos cada uno lo nuestro. - ¿Al final que harás con lo de tu padre y Milán? - me levanté la manga y le enseñé el reloj. - Vaya.
- Vaya, eso dije yo al verlo. - sonreí - Supongo que iré a verle alguna vez. Que remedio, ¿No? Al final es mi padre.
- Sí pero... Es Milán, y él quiere que te quedes... Ahí. - Raúl bebió de su copa.
- No he dicho que vaya a quedarme, honey. Iré a verle, pero nada importante. - Trajeron la cena.
- Buen provecho - dijo con una sonrisa.
- Igualmente - empezamos a comer, hablando y riendo. La compañía de Raúl era lo único que necesitaba para estar bien, y es que quererle era el antídoto para todo los males. Al terminar, pedí la cuenta. El camarero vino y, al darme la cuenta, apuntó su número y me hizo una señal para que le llamara. Sonreí en modo de agradecimiento.
- Te espero en el coche. - Esas 5 palabras estaban dichas sin expresión. Raúl se levantó, me cogió las llaves del coche y se fue hacia fuera. ¿Que coño había pasado? Pagué la cuenta y salí en busca de Raúl ya que no entendí ese cambio de actitud tan repentino.

Nota

Si veis situaciones racistas, homófobas, xenófobas o un largo etcétera, ayudad como podais. No os metáis, pero llamad a la policía o a alguien.

#blacklivesmatter

Fine Line (Luzuplay) [En edición]Where stories live. Discover now